Under Ladrón: Takeshi Kagawa

Takeshi Kagawa

A mediados de 2001, Mauricio Macri gato, por entonces presidente de Boca Juniors, anunció la contratación de un desconocido delantero japonés que venía para instalar la marca Boca™ en Asia. Si bien el paso de Naohiro Takahara desde lo futbolístico fue bastante olvidable (apenas marcó un tanto, el sexto de una goleada 6 a 1 ante Lanús, en seis partidos) y ni siquiera integró el grupo que viajó al Lejano Oriente para enfrentar al Bayern Munich por la final de la Copa Intercontinental, se puede decir que cumplió a medias su función.

Cinco temporadas más tarde, otro nipón arribó a suelo argentino para hacer historia. Cuentan los que vieron al mediocampista Takeshi Kagawa enfundado en la camiseta de Quilmes (2006/07), donde alternó entre Cuarta y Reserva, que corría como loco y que, mal que mal, sabía defenderse con la pelota en los pies. También que le gustaba más la joda que el sushi, que al principio no entendía una sola palabra de español y que lo único que repetía, en cualquier lugar que estuviera, era “Boca Juniors”. Punto para el Takagol.

A la derecha con Rogério Ceni, en la previa del choque entre Estudiantes LP y São Paulo por la Libertadores 2006.

Oriundo de Matsuyama, a unos 800 kilómetros de Tokio, al Cervecero había llegado a los 20 años, de la mano de César Mario Menotti, hijo de César Luis y director general de las divisiones inferiores del cuadro de la zona sur. Su club de formación se había comprometido a pagarles a los argentinos para que lo foguearan en un mercado más competitivo que el asiático. A esa altura, Kagawa era una supuesta promesa del fútbol japonés a la que ya se le estaba pasando el cuarto de hora.

A la derecha, con la 8, en la Reserva de Quilmes.

Con apenas un puñado de encuentros en Tercera al lado de Damián Musto, Enzo Kalinski, Emanuel Loeschbor y Claudio Corvalán, entre otros, los dirigentes se avivaron de que estaban ante un verdadero paquete y le dieron las gracias. Sayonara, adiós.

Siguiendo la ruta del 148, a mediados de 2007, se sumó a prueba a Defensa y Justicia. Disputó un par de amistosos, uno contra la Reserva de Estudiantes de La Plata en City Bell, por ejemplo, pero Ricardo Rezza, DT del Halcón, le bajó el pulgar. Era el momento de conocer la Capital Federal.

En Devoto (del lado de afuera) lo esperaba General Lamadrid, en la Primera C. Estuvo muy poco tiempo, pero hay quienes aseguran que Kagawa jugó algunos minutos oficialmente con la casaca del Carcelero. Un afano, pero nada comparado a lo que se vendría.

A fines de 2007, y no un 28 de diciembre, una noticia pegó fuerte en los medios uruguayos. Una importante automotriz de origen japonés estaba dispuesta a poner una buena cantidad de dinero para patrocinar la camiseta de Nacional, uno de los dos cuadros más grandes de Montevideo. Hasta ahí, nada fuera de lo normal. Sin embargo, una cláusula llamaba la atención: el Bolso debía contratar, como condición sine qua non, al volante nipón. El negocio, acercado en conjunto por Menotti Junior y Luis Malvárez, incluía, además, una gira relámpago por países de Europa y Asia. En principio, el Tricolor, dirigido por Gerardo Pelusso, se comprometía a fichar al jugador con un sueldo bajo y testear sus condiciones para ver si le daba el piné para actuar en Primera, Reserva o si lo prestaba a un club más chico.

Inexplicable.

De más está aclarar que todo quedó en nada. Luego de pasar un semestre en Racing de Montevideo (2008), bajó dos categorías para vestir los colores de Albion Football Club (2008), en la Liga Metropolitana Amateur, aunque no por mucho tiempo.

Es muy probable que su mejor versión en el paisito se haya visto durante su breve estadía en Basáñez (2008), en la C. Con fútbol y carisma, arrancó los aplausos de los gurises de La Bombonera, el estadio del Rojinegro. Sin embargo, a fines de ese año pintó la nostalgia y dijo chau, para pegar la vuelta a Japón.

A pesar del amague, en marzo de 2009 estaba de nuevo en Uruguay, ahora en la Segunda División Profesional, defendiendo los intereses del simpático Tanque Sisley.

La última vez que lo vimos en una cancha fue a comienzos de 2011, cuando viajó a Chile para disputar el Campeonato Sudamericano de jugadores libres, representando a la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales.

Después de colgar los botines, regresó a Japón y desde entonces pudimos seguir su vida vía Facebook. Así, por ejemplo, nos enteramos de que en 2015 se quedó dormido en su auto y se la dio de lleno contra un árbol y que actualmente es entrenador de juveniles en el FC Livent Jr de la tierra del sol naciente.

28 respuestas a “Under Ladrón: Takeshi Kagawa

  1. Este ponja era under de verdad, Eh. Aprovechó al máximo el evidente patrocinio que tenia. La barrera del idioma es muy difícil para estos asiáticos a la hora de adaptarse, pero algunos se dan maña.
    El fútbol japones esta creciendo mucho, los últimos mundiales de clubes lo demostraron, jugadores muy disciplinados, rápidos, con buena técnica pero creo todavía les falta en lo defensivo.
    P.D.: sera familiar del Kagawa que juega en el Dortmund?

    P.D.2: que nombre hermosa para un club de fútbol es El Tanque Sisley, aplausos para los yoruguas.

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    • El Tanque Sisley es el resultado de la fusión de dos clubes de Montevideo «Club Atlético El Tanque» y «Centro Cultural y Deportivo Sisley» materializada a fines de 1981. De allí que en el medio futbolístico uruguayo se lo conozca como, además de «verdinegro», el «fusionado».
      A propósito de «fusionado», hay otras instituciones de Montevideo, que actualmente se desempeñan en los torneos organizados por la A.U.F., que son el resultado de la unión de dos entidades: Defensor Sporting (producida en marzo de 1989) y Sportivo Miramar Misiones (realizada en junio de 1980).

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  2. Haber jugado en Basáñez y el Tanque Sisley (si chapeás con eso en el cabarute más piojoso de la ruta 3, ni la poco demandada gorda de al lado de la estufa te cree que jugaste al fútbol) coloca a ninguno de estos marmotas por encima de los dos pioneros de oriente en nuestras canchas:
    El recordado (???) Kawakami (Banfield, tempranos ’80) y el inefable coreano Phan Van Thu de Riestra en los mismos tiempos, protagonista de una historia única, que bien contada dice «sasí»: Sportivo Barracas 3 – Riestra, 1 (1982, 1ra. «D»), penal «bien otorgado» (?) para Riestra. Ejecuta Phan Van Thu y el arquero Forcinitti (con ese apellido, en la partida de nacimiento ya quedó determinado que tenía que ser arquero del ascenso) detiene adelantándose. Anula el colegiado, en segunda instancia se adelanta Forcinitti más aún (habrá creído que se lo anularon por «poco adelantamiento») ataja y ve desfilar ante sus pupilas el cartón amarillo, el tercero es desviado por el «cuidapalos barraqueño» adelantado ya casi a la altura del punto de penal (por poco no le hace foul al ejecutante) y el juez educado en la cátedra de Zaffaroni, recién lo expulsa. Por cuarta vez Uset (…es responsable de todas mis angustias, de todos mis quebrantos…) sin moverse de la raya, contiene, esta vez «conforme a derecho». Un penal errado cuatro veces, qué me venís con estas Kagawas!!!

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    • El partido de la anécdota se jugó en la cancha de Barracas Central, época en la que tanto Barracas Central y Sportivo Barracas compartían la localía en la cancha de Olavarría y Luna (por aquel entonces, los barraqueños militaban en la vieja Primera «C» mientras que el arrabalero jugaba en la vieja Primera «D» -en 1982 el arrabalero realizó una campaña decorosa, comparándola con la desempeñada en los años inmediatos precedentes y con la que realizaría en 1983-).

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      • Phan van Tu jugó con mi tío en Riestra y era más argentino que el Martin Fierro. Su «coreanes» fue una bomba de humo de Crónica, firme junto al pueblo. Y el arbitro de la anecdota era Dellacasa (h)

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      • Convengamos que los apellidos Phan Van Thu, Schattenhoffer o Protzukov en el fútbol de ascenso de comienzos de la década del ’80 (donde el término globalización y las consecuencias que traería aparejadas eran impensadas para el común de la población de aquel entonces), no serían asociados a ciudadanos de estas latitules.

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  3. tengo que ser sincero…apenas vi la foto, se me erizaron hasta los pelos del culo por ver la camiseta del Basa en primera plana, equipo donde hice casi todas las inferiores hasta que me «sugirieron» que me dedique a las 8 horas.
    Tuve la dicha (?) de verlo jugar 1 partido, te arrancaba una ronrisa el ponja…no por buen jugador sinò por insistente y tenaz (?) , literalmete lo mataban a patadas, escupidas y sobre todo lo recontra cagaban a puteadas , pero el te la devolvià pero en forma de emoji sonriente, grosso total.

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  4. Che, pero FC Livent Jr no tiene ni página en Wikipedia. ¿En qué división está?

    Por lo que vi en Internet su página está alojada en jimdo y su dirección es con Gmail. Y parece ser solo de fútbol infantil.
    https://fc-livent.jimdo.com/

    Es bastante esperable me parece. Con semejante carrera que hizo este muchacho no vamos a esperar que esté laburando en el Jubilo Iwata o el Kashima Antlers.

    Ya que hablamos de japoneses, me puse a ver en que andaban los dos primeros futbolistas ponjas que conocí en mi vida. Supe que Nakata ahora es modelo y se saca fotos ultra-recontra-trolazo (se rumorea eso también) y que el gran Takahara hizo la gran Verón en Okinawa SV: Presidente y ladri-futbolista a la vez

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  5. menotti jr…como puede ser que roben tanto los «hijos de»???
    habria que hacer un listado de esos que manosean los laureles que sus progenitores supieron conseguir

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  6. Takeshi ademas de ser un muy buen futbolista.. es sin duda una mejor persona… gracias al futbol lo tuve de compañero y la verdad siempre me acuerdo de el a pesar de no haberlo visto mas… saludos desde uruguay take. Un abrazo Gabriel.

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  7. Este creo que trabaja en el chino de aca la vuelta de mi casa… No fue un crack como lo vendian y mucho menos alcanzo el nivel del Kagawa de Borussia Dortumnd (¿Seran primos? Seria el fracasado de la familia) Por lo menos alcanzo a un referente Baldosero como el gran Takahara.

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  8. Pensé que se asociaba la baldosa a su apellido. Incluso yo, sin acordarme del nombre de pila del famoso Kagawa, fantaseé con que en el tercer o cuarto párrafo iba a saltar de Laferrere a Real Madrid. Al final era un Kagawa más. Simpaticé con esta historia. Me hizo acordar a un jugador que debería buscar pero que se armó alta trayectoria mundial sin jugar.

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