Trapasso: las banderas para Fabbiani

Eran tiempos en los que los futbolistas no usaban Twitter o Instagram. Hacerles llegar un mensaje hiriente no era tarea fácil. El bullying cibernético a gran escala aún no estaba perfeccionado: la mecha que encendía una fogata de burlas no provenía de las redes. En el caso del fútbol, las muestras de ingenio al servicio de la maldad estaban en las tribunas. Y se veían reflejadas en las banderas. Cristian Fabbiani pudo dar fe.

Rara vez fue cuestionado por sus habilidades futbolísticas. Por eso, este lienzo de 2007 refleja lo que los hinchas de Lanús sentían cada vez que le llegaba la pelota: placer. «Fabbiani: fútbol erótico». Cortito y contundente.

El Ogro dejó el sur del GBA y voló hacia Rumania. En 2008 regresó al país y se instaló en Rosario. Su paso por Europa le había dado fama mediática por su fallida convivencia con Amalia Granata, y su imagen no hacía más que llamar la atención. Su talento, también. Y su filosa lengua, ni hablar.

En la previa de la 8ª fecha de aquel Torneo Apertura, el delantero se había referido a las dimensiones del campo de juego de la cancha de Argentinos. La respuesta de los hinchas del Bicho fue una de las más sutiles: «Fabbiani: la cancha no es chica… vos estás gordo». Él eligió contestar en la cancha: Newell’s ganó 4 a 0 con un gol suyo.

Algo similar ocurrió en la 15ª jornada. La gente de San Lorenzo provocó con «Fabiani vomitá el fitito». Seguramente ofendido porque habían escrito mal su apellido, metió un golazo y dio una asistencia para que la Lepra empatase sobre la hora un partido que parecía perdido.

En el primer semestre de 2009, la Ogromanía alcanzó su punto máximo: su llegada a River, su romance con Victoria Vanucci, su peso. Todos hablaban del hombre del momento. Hasta Alberto Cormillot, médico especialista en nutrición, se refirió a su estado físico: «me encantaría darle una mano y que venga a mis clínicas. Para mí, sería un honor».

En su debut por el torneo local, el Millonario debía visitar a Rosario Central. Y los mensajes no se hicieron esperar. Mientras que el local no se olvidaba de su reciente paso por el adversario de toda la vida («Fabbiani no estás gordo, Newell’s es chico»), su nuevo público lo apoyaba.

Es que, teniendo todo arreglado para sumarse a Velez, Fabbiani había dado un giro en las negociaciones para jugar para el club de sus amores. La gente supo retribuir este gesto con aplausos, caretas de Shrek y banderas. «Gracias ‘Ogro’ por elegir con el corazón», decía una de ellas.

Aunque después de un buen arranque su nivel fue decayendo, las hinchadas rivales no tenían descanso. Con la colorida «Fabbiani: seguís sin vomitar el fitito», los fanáticos de San Lorenzo insistían con clásico hábito de ingerir un Fiat 600 como si fuera un plato de ravioles. Alcanza con ver el modelo del auto para identificar la originalidad del chiste. Viejísimo.

Mientras tanto, la platea de Vélez no se olvidó de lo que había sucedido en el último mercado de pases, y le dedicó otro trapo: «Fabbiani: las vacas comen pasto; no te morfes el del Amalfitani», y la hiriente «Fabbiani, vos te lo perdés. Acá concentramos con asados».

Un poco más arriesgado en cuanto a la creatividad, pero no menos gordofóbico, fue lo que sucedió en La Bombonera. El histórico lienzo que contaba los goles de Palermo quedó a la sombra de uno muy especial: el Fabbiani countdown, que en lugar de goles, contabilizaba kilos. En aquel clásico, también se vio otro con la frase «Ogro: vas a ir a Japón pero para hacer sumo».

En 2010, el atacante dejó River y, como consecuencia, se corrió del centro de la escena. Continuó defendiendo los colores de All Boys, Independiente Rivadavia y Sports Boys (Bolivia). Los trapos con dedicatorias fueron desapareciendo, o ya no tuvieron el rebote mediático que causaban anteriormente.

Sin embargo, su nombre (o su apodo), siguió estando presente en algún que otro estandarte. Por ejemplo, el que mostraron los jugadores de Estudiantes de San Luis en 2015. Con un Fuerza Ogro le mandaban buenas vibras antes de ser operado por un tumor en el gemelo derecho. La operación salió bien y pudo seguir jugando varios años más. Los suficientes para llegar al centenar de goles y recibir el agasajo que merecía.

En 2019, alcanzó la cifra redonda y los hinchas de Deportivo Merlo, su club, lo homenajearon con una prolija bandera que tomaba las palabras que Ronaldo le había dedicado un tiempo atrás: «Los gorditos hacemos la diferencia». Además, la gente del Charro le agregó: Los 100 goles lo confirman. Por fin, después de tantas bromas, había llegado su revancha. ¡Mirá de quién te burlaste!

 

25 respuestas a “Trapasso: las banderas para Fabbiani

  1. Apa apa apa, que tenemos por acá (?) Con que resucitando secciones polvorientas… Será un indicio de resurrección baldosera o un manotazo de ahogado? Buen post, muchachos, buen post. Ahora falta que posteen más seguido. Más baldoseros, más deformaciones, Segurola y Habana, DTerror, mal pases, fuera de stock… Y faltando más de 320 días para el 2022 dejo un pedido claro: que la encuesta baldosera de este año sea más digna que la nefasta paparruchada que hicieron el año pasado.

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      • vos también Tiro Loco sos terrible nabo, te ponés a discutir con estos incogibles que no sirven pa nada, ni siquiera los podés mandar a la mierda por que los tenés que acompañar,

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    • Pero no manga de mongis, si como mucho te ponían foto de las minas en bikini estos pacatos (?), lo que verdaderamente garpaba en esa sección aparte de algún buen toor eran los comentarios, verdaderamente ingeniosos en la mayoría de los casos…pero en fin, otra época…ahora tenemos los comentarios de los troll millennials que tienen menos gracia que un desalojo.

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      • Totalmente de acuerdo! La idea no era ver la foto de la mina en tanga, vayamos un ejemplo, que de nuevo le vas a conocer a la tr*l* de Cintia Fernandez (de Defederico) en un post de la baldosa, si pones cualquier página de porne (así sería?) y la tenés en un video garchande. O te ponías con 3 lucas verdes y la tenías en vivo y en directo. La idea es lo ingenioso que salía de los textos del post, de las historias increibles que se daban alrededor de la relación de la mencionada con el futbolista (desde Marianas Nannis del ascenso hasta minitas copadas que le escribieron a la página mandando saludos, desde modelos muñecas hasta azafatas del tren fantasma, desde plástico y silicona hasta pibas al natural que como se dijo alguna vez, era para llevarla a comer los ravioles del domingo en casa). Además, la magia de los comentarios. Y en lo particular es una sección cara a mis sentimientos, ya que en su momento tuve un ranking (pavadas de post-adolescente) que me llevó a tener mis últimos 15 minutos del segundo tiempo en primera, cuando me invitaron a escribir por el aniversario. Que épocas!

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  2. Inolvidable el no gol en el clásico, cuando eludió a fatu broun se me paralizó el corazón por 5 segundos, volví a respirar cuando la mando a las popular alta, muy técnico pero su adoración a los ravioles de la vieja le marcaron la carrera

    Los trapos de san Lorenzo son simplemente sublimes

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  3. Fabbiani representa a todos los pizzeros y puesteros que la mueven con las medias bajas y botines desatados los jueves en el papi futbol, que obviamente se clavan una bien fría y un chori con chimichurri en el 3er tiempo, crack total

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  4. Siempre seguiré pensando q este tipo era crack…
    Habrá sido tarado, no se cuidaría, tenía una forma de sentir el fútbol q no lo iba a llevar a estar en equipos q pelean cosas importantes…pero en la cancha hacía cosas diferentes. Y eso q soy de River y en ese 2009 tuve q padecer cuando decidió casarse ( y borrarse) justo antes del comienzo de un torneo, cuando tiró un taquito abajo del arco y lo erró en un partido q terminamos perdiendo, o cuando se mostraba muy orondo de joda en Esperanto mientras los domingos dábamos lastima peroo…no puedo ser necio: el tipo era crack

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  5. Pintaba como un gran crack pero terminó en decadencia. En River lo recibieron como a un ídolo y lo terminaron puteando en todos los idiomas. Su sobrepeso fue la causa por la cual fue cayendo, varios clubes terminaron prescindiendo de él y algunos lo tuvieron a prueba y no llegaron a contratarlo.

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    • Los domo el karma a las gallinas en ese año, como van a recibir como a un idolo a un tipo q no solo q jamas habia jugado 1 partido en River, sino q en su carrera tampoco habia ganado nada, con razon 2 años despues se fueron a la B. Ojala q hayan aprendido la leccion, los idolos se hacen con el tiempo, no con la prensa

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  6. La mejor, lejos, la del alambrado Juan Agustín García. Falta una frase que aún todos usamos, y alguna vez le escuché a Caruso pero también la leí (o la puse yo, que se yo a esta altura) en este foro: «Duró menos que un Bon o Bon en la mesa de luz de Fabbiani», Merecíó ser trapasso

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  7. trapos gordofobicos?????????

    cierren el sitio, ustedes no entienden lo que es el folclore del futbol ni las cargadas, gordos putos pasivos culos rotos de mierda

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