Agustín Doffo
Nacido un 25 de mayo en la pequeña ciudad cordobesa de Oliva, se sumó siendo un infante a las inferiores de Vélez Sarsfield, donde comenzaría una carrera con altibajos.
Su debut fue un par de días antes de cumplir 20 años, de la mano de Miguelo Russo, que lo mandó al verde césped y en sus primeros minutos en cancha habilitó a Mariano Pavone para vencer a Banfield de visitante. No sería ni la primera ni la única vez que el Gordo Doffo definiera un partido en los instantes finales.
Tras sumar un total de 22 encuentros en el Fortín, fue cedido al Villarreal B, para disputar la tercera división española. En los escasos cinco partidos que disputó, se destacó por meter un golazo en el último minuto para ganarle 3 a 2 al Atletico Saguntino.
El recién reconstruido Chapecoense fue su siguiente destino. El equipo hizo una campaña aceptable en el Brasileirao y nuestro homenajeado no desentonó en los partidos que jugó, donde hizo tres goles, incluido este a Atlético Mineiro. Parecía que levantaba, pero en realidad ese despegue le costaba bastante. Y ni hablar del aterrizaje (?)
Volvió a armar las valijas para firmar contrato con el O’Higgins chileno, donde jugó bastante en su única temporada y también hizo un solo gol, en un equipo que contaba con sus compatriotas Matías Cahais y Maximiliano Salas.

En 2020, la llegada de la pandemia lo encontró firmando contrato con Colón de Santa Fe por pedido de Diego Osella, que lo llevó varias veces al banco pero nunca jugó. En medio de un conflicto por falta de pago, Doffo se consideró despedido y quedó libre, lo que lo llevó a renovar pasaporte y completar el casillero de todo baldosero: probar suerte en un destino exótico.
Su llegada al FK Tuzla City de Bosnia y Herzegovina no fue tapa de ningún diario ni de los portales de su pueblo natal, pero la rompió: fue elegido en el equipo ideal de la liga 2022, donde fue subcampeón, la mejor posición histórica del club.
Después de esa gran temporada fue fichado por el NK Olimpija Ljubljana esloveno, a quien lo dirigía Robert Prosinecki. Lamentablemente Agustín no pudo entrenar con el crack croata que fue despedido dos semanas antes de la firma del contrato.
Sin embargo, en este club la rompió toda, ganó una Copa de Eslovenia y salió bicampeón de la liga local, siendo además el capitán del equipo. Dedicado a los que no confiaron en él: les metió la Olimpija hasta el fondo.













