Chapitas: Domagoj Vida y la cerveza más cara del mundo

El defensor croata Domagoj Vida es una figurita frecuente en las convocatorias de la selección ajedrezada y seguramente sea uno de los que trate de parar a Messi y compañía en Rusia 2018.

Hace algunas semanas fue noticia por haber terminado con la cabeza toda chocolateada sangrada en un partido que su equipo, el Dínamo de Kiev ucraniano, disputó ante el Young Boys suizo por la Europa League 2017/18.

Sin embargo, no es la primera vez que el bueno de Vida toma por asalto las primeras planas. En 2012, cuando aún defendía los colores del Dínamo Zagreb de su país, fue multado ¡por abrirse una lata de cerveza! en el micro que los transportaba al encuentro frente al NK Vrsar por la Copa de Croacia. Además, obviamente, el técnico Ante Čačić lo obligó a bajarse y quedarse en Zagreb.

Una cerveza voy a tomar, una cerveza quiero tomar y así olvidarme de aquella trampa mortal (?)

Horas más tarde, el club, cansado de los actos de indisciplina de sus jugadores, anunció la dura sanción: 100 mil euros, una cuarta parte de lo que Vida ganaba anualmente, según la prensa local. De todos modos, el futbolista no se hizo mucho problema. En enero de 2013 fue transferido a Ucrania a cambio de seis millones de euros.

¿Más? En 2013, Vida fue uno de los protagonistas de una histórica juerga luego del partido de ida del repechaje clasificatorio para Brasil 2014 contra Islandia. Tras el 0 a 0 en Reykjavík, Mario Mandžukić, Darijo Srna, Nikica Jelavić, Vedran Ćorluka, Niko Kranjčar, Eduardo da Silva, Mateo Kovačić y Vida fueron a un bar, donde se bajaron la friolera de 70 cervezas, a razón de casi 9 por cabeza.

¿Lo curioso? Vida y Čačić volvieron a cruzarse algunos años después en la selección. El DT estuvo al frente de Croacia durante casi toda la eliminatoria clasificatoria para Rusia 2018, hasta que fue despedido 48 horas antes del encuentro decisivo ante Ucrania, que dejó a los ajedrezados en el repechaje contra Grecia.

Etiquetas: Deportivo La Coruña, Celta de Vigo y Deportivo Lugo con Estrella Galicia

Si hay una empresa en todo el territorio español que apoya como ninguna otra a los representantes futbolísticos de su comunidad, esa es Estrella Galicia. Esta firma, hoy por hoy main sponsor (?) de las principales instituciones deportivas de la zona, se instaló en esta región en 1906, expandiéndose de a poco a nuevos mercados. Pero manteniéndose siempre orgullosa de sus orígenes.

El primero de los equipos de Galicia en lucir su nombre fue el Deportivo La Coruña, quien lo lleva impreso en sus colores desde 2008. Sin embargo, esta relación comercial estuvo a punto de finalizar abruptamente en 2011, cuando la Xunta de Galicia profundizó la legislación sobre la publicidad de bebidas alcohólicas, prohibiéndola en espectáculos públicos donde esté prohibida su venta o consumo. Hecha la ley, hecha la trampa: Estrella Galicia agregó un “0,0” debajo de su patrocinio, por lo que técnicamente lo que se estaba publicitando era su cerveza sin alcohol. Gallegos, pero no boludos.

La afinidad entre la marca y los equipos más importantes del noroeste de la península ibérica se afianzó cuando en 2016 llegó al pecho del Celta de Vigo, reemplazando a Citroën, el histórico auspiciante del club desde 1985. La cervecería les abrió las puertas a los jugadores para que celebren el ascenso en 2012 (cuando la automotriz francesa todavía estaba al frente de la camiseta) y para llevar a cabo diferentes actos como firma de autógrafos.

Con la marca instalada a nivel nacional, el siguiente paso fue crear un gran impacto. Para esto, se creó una movida de marketing que tuvo al Deportivo Lugo en el centro de la escena, algo fundamental para llegar al producto final: una camiseta tan llamativa como polémica. Aquella vestimenta alternativa en la temporada 2014/15 se asemejaba a un chop de cerveza. Con la excusa de promover las mercancías locales, la prenda del arquero no se quedaba atrás: su camiseta, negra, incluía el enorme tentáculo de un pulpo, en homenaje a la cocina gallega. Y, aunque combinar pulpo con cerveza no parezca ser el maridaje ideal, nada estaba dejado al azar: business are business.

Etiquetas: Celtic y Rangers, la década tomada

¿Qué mejor manera de asegurarse la presencia en la foto del campeón de la liga escocesa que auspiciando en simultáneo las casacas del Celtic y el Rangers? Algo así deben haber pensado los capos de Marketing de las cervecerías Carling y Tennent’s, con católicos y protestantes dividiéndose la fiestita ininterrumpidamente desde hace más de 30 años (el último intruso fue el Aberdeen en 1985). Protagonistas desde 1888 del clásico de Old Firm, albiverdes y azules nos regalaron desde entonces algunas de las escenas más violentas del fútbol mundial.

Después de haber tomado caminos distintos en 1987, cuando Rangers abandonó CR Smith (sponsor de ambos desde 1984) para estampar la marca de la cervecería McEwan’s, los dos clubes más grandes de Escocia volvieron a coincidir en 1999, gracias a la compañía de televisión por cable irlandesa NTL. En 2003, la canadiense Carling vino por todo y se aseguró el espacio con un acuerdo que terminó extendiéndose hasta 2010. Y la profecía, como era de esperarse, no falló. Celtic fue campeón en 2004, 2006, 2007 y 2008, mientras que Rangers lo hizo en 2005, 2009 y 2010.

En 2010 la escocesa Tennent’s, aquella de los Tennent’s Sixes entre mediados de los ochenta y comienzos de los noventa, decidió que era hora de volver a invertir pesado y firmó un contrato hasta 2013 con ambos equipos, que se mantuvo incluso cuando Rangers perdió la categoría en 2012 por sus deudas con el fisco.

En 2013, ya con los ositos de peluche (así les dicen a los azules, posta) iniciando su arduo camino de regreso a Primera desde las profundidades del under, Rangers anunció un acuerdo con Blackthorn, una empresa productora de sidra. Enseguida, los albiverdes hicieron lo propio con Magners Cider, otra marca de la misma compañía.

Hoy, de nuevo en la elite del fútbol escocés, los dos cuadros son auspiciados por casas de apuestas online. Porque podrán pasar los años, pero llevarse puesto a alguno siempre será una fija.

Resaca: Duff, la cerveza amarilla

Si cualquiera de nosotros -ya sea perteneciente a la Generación X o Millenial- pensó en cerveza seguro que automáticamente pidió Duff. Y si, viejo, cerveza Duff, Duff Beer. Porque, mal que le pese alguno y aunque no lo hayan pensado, esta birra ficticia es probablemente la más reconocida de todo el planeta.

Y es que esta bebida alcohólica surgió y es la favorita de los personajes de la serie estadounidense The Simpsons; tira animada nacida en 1989, la cual durante años se destacó por su ácido e hilarante sentido del humor, su reflejo sobre la sociedad occidental, sus sátiras, sus parodias y sus personajes invitados, pero que desde hace un par de lustros a esta parte es apenas un mero vehículo para predicciones…

¿Cuál es tu profe (?) favorita de Los Simpsons? Escribinos, te leemos (?)

Bautizada así en honor al bajista de Guns N´ Roses, Duff The King of Beers McKagan (como lo presentaba Axl Rose sobre el escenario), se caracteriza por los diferentes estilos que se comercializan, como sí también por las sonantes borracheras que padecieron Homero y Barney, pero, sobre todo, por haber auspiciado y traído hasta nuestros hogares el partido más famoso de la historia de la humanidad.

¿Argentina – Inglaterra en México ´86? ¿Alemania – Francia en España ´82? ¿Brasil – Alemania en el Mundial 2014? Nada de eso. Acomódense en sus asientos y disfruten, que este match no necesita presentación. Y, por supuesto, dígale si a la violencia bien entendida (?).

Mucho más serios e intelectuales, cuando a los futboleros nos dicen “Duff”, no pensamos automáticamente en cerveza, curdas ni resacas, sino que se nos viene a la cabeza la figura colorada del mediocampista y atacante irlandés Damien Duff, quien jugó en Blackburn Rovers (1996/2003), Chelsea (2003/06), Newcastle (2006/09), Fulham (2009/14), Melbourne City de Australia (2014/15) y se retiró en el Shamrock Rovers de su país (2015).

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Por supuesto, el viejo y querido Damien Duff jugó durante 15 años en las diferentes selecciones de Eire, quedando en la historia por haber marcado el primer Gol de Oro o de Muerte Súbita en una Copa del Mundo (a Marruecos por los Octavos de Final del Mundial Sub-20 de Malasia ’97, donde fueron eliminados por Argentina en Semifinales) y por haber sido uno de los grandes protagonistas del Mundial de Japón-Corea 2002.

Sin embargo, también es recordado –junto a sus compatriotas Robbie Keane y Shay Given- por haber sido uno de los más enajenados protestantes en la Repesca hacía el Mundial de Sudáfrica 2010, cuando el francés Thierry Henry acomodó una pelota con la mano de manera grosera para luego habilitar a William Gallas y de esta manera meter a los galos en la Copa del Mundo, en desmedro de los perjudicados irlandeses.

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Con la sangre en el ojo y un asco imposible de balsamizar, Demian Duff esperó pacientemente que aquella mediocre Selección del gallito se terminara de autodestruir, y luego que fuera eliminada en primera tonda por la escuadra local, salió por las calles de Dublin –junto a su compañero y amigo Robbie Keane- a agarrase un pedo de novela, festejar e invitar cervezas a cualquier compatriota que quisiese brindar por la mala suerte de sus taimados verdugos franceses.

Una actitud resentidamente sana, noble y de persona de bien, que ninguna serie norteamericana necesita profetizar…

Etiquetas: Blackburn Rovers con McEwan’s (1991 a 1996)

Antes de que el Leicester City sorprendiera a todos en la temporada 2015/16, en 1995 otro equipo fuera del eje Manchester/Londres había dado el zarpazo quedándose con el título de la incipiente English Premier League, fundada en 1992 tras la emancipación de la English Football League, el Blackburn Rovers.

Con Alan Shearer en un nivel superlativo (34 goles en 42 partidos), y secundado por Chris Sutton (15 tantos en 40 presentaciones), los Rovers de Kenny Dalglish superaron por apenas un punto (89 a 88) al Manchester United de Alex Ferguson en un final para el infarto y se consagraron por tercera vez en su historia como los mejores de Inglaterra, algo que no pasaba desde 1914. Más que justificada la locura de los festejos en el vestuario, que incluyeron a un pibito rubio fondeando un botellón de champagne.

Todo eso con el parche de la cervecería McEwan’s en el pecho, que entre 1991 –cuando ascendió desde la Division Two– y 1996 supo patrocinar la siempre bonita casaca del cuadro inglés, y también, claro, algunos adefesios utilizados por los arqueros Tim Flowers -foto-, Bobby Mimms y un casi adolescente Shay Given.

Desde entonces, Blackburn Rovers disputó otras 15 temporadas en la máxima categoría, con un sexto puesto como mejor resultado. Desde 2012, cuando terminó 19° en la Premier, y hasta mediados de 2017, cuando finalizó en el 22° lugar, jugó en la English Football League Championship, la segunda división.

Actualmente, lo hace en la League One, la tercera a nivel nacional, al lado de equipos con pasado en Primera como Charlton, Wigan o Portsmouth.

Resaca: Tennent’s Sixes

Mucho antes de que el Showbol inundara las pantallas argentinas a mediados de la década pasada, gracias a la presencia de Diego Armando Maradona, esa modalidad ya era furor en países de escasa tradición futbolera, como Estados Unidos y Canadá, pero también en Brasil, Inglaterra, Escocia y buena parte de Europa.

En la tierra de las polleras, por ejemplo, cada enero entre 1984 y 1993, la cervecería Tennent Caledonian Breweries auspició el Tennent’s Sixes, un torneo de fútbol rápido integrado por clubes escoceses de primera y segunda categoría (y eventualmente algunos ingleses). El formato dependía de la cantidad de equipos participantes, aunque generalmente eran 10, divididos en 2 grupos de 5, donde los 2 primeros de cada uno avanzaban a las semifinales.

Las reglas del juego, en cuanto a dimensiones de la cancha y número de jugadores en campo, se asemejaban bastante a las del indoor soccer estadounidense: 61 metros de largo por 26 metros de ancho y 6 players de cada lado, con cambios ilimitados y en cualquier momento.

Los partidos eran disputados en dos tiempos de 7 minutos y medio durante la primera ronda, y 10 minutos en las semis y finales. Si el encuentro terminaba empatado, había penales, pero la victoria en esa instancia otorgaba 2 puntos, en lugar de los 3 que se obtenían al ganar en tiempo reglamentario. Además, un jugador del equipo (2 a partir de 1991) debía permanecer siempre en el campo contrario para evitar ser multados con un penal.

A lo largo de las 10 ediciones, ningún club conquistó este prestigioso (?) torneo más de 2 veces: Rangers lo hizo en 1984 y 1989, Hearts en 1985 y 1991, Aberdeen en 1986 y 1987, Dundee F.C. en 1988, Hibernian en 1990, Celtic en 1992 y Partick Thistle (foto) se quedó con la última en 1993, cuando Tennent’s decidió no sponsorearlo más, dejando un vacío irremplazable entre los nostálgicos hinchas escoceses.

Resaca: el spa cervecero del islandés Aron Gunnarsson

No tenemos ni la más puta idea de si existe el paraíso, pero en caso de que sí, debe ser lo más parecido a Islandia por estos días. Y no es que nos guste la música de Björk (ndr: quien escribe estas líneas preferiría mutilarse un testículo antes que escuchar uno de sus discos), quizás su máxima celebridad. Desde la Eurocopa del año pasado, cuando dieron el batacazo y dejaron en el camino a Inglaterra en los octavos de final, a la reciente clasificación directa para Rusia 2018, su primer Mundial, parecen ser todas buenas noticias.

Hace algunos meses, Árskógssandur, un pueblito remoto en el norte del país, a unos 400 kilómetros de la capital Reykjavík, celebró la apertura de Bjórböðin. Se trata del primer spa cervecero de Islandia, ubicado en un terreno lindero a la fábrica de la birrería Bruggsmiðjan, dueña de la marca Kaldi.

Uno de los accionistas de este emprendimiento, algo bastante común en países como República Checa, es nada más y nada menos que Aron Einar Gunnarsson, el capitán de la selección islandesa de fútbol. Un borrachín divino al que le fallan un par de cables y que juega como mediocampista en el Cardiff City galés.

Bjórböðin cuenta con siete bañeras (con capacidad para una o dos personas) llenas de cerveza, agua, lúpulo y levadura, y dos jacuzzis al aire libre con una vista de la concha de la lora espectacular. Obviamente, no se puede tomar su contenido (creemos que nadie sería capaz de hacerlo). Pero está todo pensado, eh: cada una está equipada con su propia chopera.

Los baños duran 25 minutos e incluyen otros 25 de tratamientos a base de cerveza. Todo esto a partir de los 50 dólares. Según el website del Bjórböðin, bañarse en birra “tiene un efecto extremadamente poderoso entre el cuerpo y la piel. Este tratamiento es a la vez para la limpieza de la piel y muy positivo para la salud”.

Skál!

Etiquetas: Deportivo Español con Bieckert (1984 a 1994)

Fundado el 12 de octubre de 1956, el Club Deportivo Español vivió su momento de gloria en la década del 80, cuando llegó a contar con más de 25 mil socios y regresó a Primera División tras 18 años de ausencia.

Es imposible hablar de la época dorada del cuadro de la colectividad española sin mencionar a su presidente más famoso, Francisco Ríos Seoane, el Jesús Gil y Gil de esta parte del mapa, y sin recordar aquella mítica camiseta con el sponsoreo de la cervecería Bieckert, que estampó su marca entre 1984 y 1994.

Amado u odiado, pero jamás indiferente, Ríos Seoane llegó al poder en 1978 y solo lo abandonó en 1996. En el medio, fue una pieza clave para la inauguración del estadio España en febrero de 1981 y su posterior ampliación en 1996. También se hizo conocido por mandar a prender fuego vivo al dirigente opositor Ignacio Torres, ser detenido cuando se quería escapar en lancha a Uruguay o alegar demencia para no terminar sus días en prisión. Situaciones con los que se enfrenta cualquier hijo de puta vecino.

En 1984, con el logo de Bieckert (que en 1986 sería comprada por Ríos Seoane a la alemana Henninger) en el pecho, Español fue una maquinita: le sacó 16 puntos de ventaja a Racing Club y volvió a Primera, donde había actuado por única vez en 1967. Dirigidos por la dupla técnica de Oscar López y Oscar Caballero, en ese equipo brillaron, entre otros, Pedro Catalano, Guillermo Zárate, Norberto D’Angelo, Héctor Clide Díaz, Lorenzo Ojeda, Julio Crespo, Luis Alberto Correa, Fernando Donaires, César Lorea, Luis Moreno y el Puma José Luis Rodríguez.

Al año siguiente, en 1985, los gallegos realizaron la mejor campaña de la historia de un recién ascendido hasta entonces (Rosario Central los superaría luego con el título de la temporada 1986/87): fueron segundos junto a Newell’s Old Boys, detrás de River Plate, hecho que los clasificó a la Liguilla Pre Libertadores, algo que igualarían en 1989, 1990 y 1992.

En la 1988/89, con 68 puntos, Español fue tercero detrás de Independiente y Boca Juniors. También peleó arriba en el Clausura 1992 cuando, al igual que Vélez Sarsfield, terminó a dos unidades de Newell’s. En ese equipo se destacaban el uruguayo Charly Batista, Daniel Ergo, Marcelo Caviglia, Walter Parodi y un jovencito Pablo Michelini.

Ese mismo año, se dio el gusto de participar por primera vez de un certamen internacional, la Copa Conmebol, ocupando la plaza que había sido rechazada por Boca Juniors. Tras eliminar a Vélez Sarsfield en los octavos de final, el Gallego cayó por penales en cuartos ante Olimpia de Paraguay. Repitió en 1993, esta vez por el sexto puesto en la tabla general de la temporada 1992/93, aunque no pudo superar la hazaña. Se quedó afuera en octavos frente al Sportivo Luqueño paraguayo.

En 1994, a través de su empresa Estrella de Galicia, Ríos Seoane vendió Bieckert a la bodega Peñaflor y la marca cedió su espacio para el ingreso de Medicorp, recordada por estampar su logo en la camiseta de España.

Fue el principio del fin.