Etiquetas: Deportivo La Coruña, Celta de Vigo y Deportivo Lugo con Estrella Galicia

Si hay una empresa en todo el territorio español que apoya como ninguna otra a los representantes futbolísticos de su comunidad, esa es Estrella Galicia. Esta firma, hoy por hoy main sponsor (?) de las principales instituciones deportivas de la zona, se instaló en esta región en 1906, expandiéndose de a poco a nuevos mercados. Pero manteniéndose siempre orgullosa de sus orígenes.

El primero de los equipos de Galicia en lucir su nombre fue el Deportivo La Coruña, quien lo lleva impreso en sus colores desde 2008. Sin embargo, esta relación comercial estuvo a punto de finalizar abruptamente en 2011, cuando la Xunta de Galicia profundizó la legislación sobre la publicidad de bebidas alcohólicas, prohibiéndola en espectáculos públicos donde esté prohibida su venta o consumo. Hecha la ley, hecha la trampa: Estrella Galicia agregó un “0,0” debajo de su patrocinio, por lo que técnicamente lo que se estaba publicitando era su cerveza sin alcohol. Gallegos, pero no boludos.

La afinidad entre la marca y los equipos más importantes del noroeste de la península ibérica se afianzó cuando en 2016 llegó al pecho del Celta de Vigo, reemplazando a Citroën, el histórico auspiciante del club desde 1985. La cervecería les abrió las puertas a los jugadores para que celebren el ascenso en 2012 (cuando la automotriz francesa todavía estaba al frente de la camiseta) y para llevar a cabo diferentes actos como firma de autógrafos.

Con la marca instalada a nivel nacional, el siguiente paso fue crear un gran impacto. Para esto, se creó una movida de marketing que tuvo al Deportivo Lugo en el centro de la escena, algo fundamental para llegar al producto final: una camiseta tan llamativa como polémica. Aquella vestimenta alternativa en la temporada 2014/15 se asemejaba a un chop de cerveza. Con la excusa de promover las mercancías locales, la prenda del arquero no se quedaba atrás: su camiseta, negra, incluía el enorme tentáculo de un pulpo, en homenaje a la cocina gallega. Y, aunque combinar pulpo con cerveza no parezca ser el maridaje ideal, nada estaba dejado al azar: business are business.

Etiquetas: Celtic y Rangers, la década tomada

¿Qué mejor manera de asegurarse la presencia en la foto del campeón de la liga escocesa que auspiciando en simultáneo las casacas del Celtic y el Rangers? Algo así deben haber pensado los capos de Marketing de las cervecerías Carling y Tennent’s, con católicos y protestantes dividiéndose la fiestita ininterrumpidamente desde hace más de 30 años (el último intruso fue el Aberdeen en 1985). Protagonistas desde 1888 del clásico de Old Firm, albiverdes y azules nos regalaron desde entonces algunas de las escenas más violentas del fútbol mundial.

Después de haber tomado caminos distintos en 1987, cuando Rangers abandonó CR Smith (sponsor de ambos desde 1984) para estampar la marca de la cervecería McEwan’s, los dos clubes más grandes de Escocia volvieron a coincidir en 1999, gracias a la compañía de televisión por cable irlandesa NTL. En 2003, la canadiense Carling vino por todo y se aseguró el espacio con un acuerdo que terminó extendiéndose hasta 2010. Y la profecía, como era de esperarse, no falló. Celtic fue campeón en 2004, 2006, 2007 y 2008, mientras que Rangers lo hizo en 2005, 2009 y 2010.

En 2010 la escocesa Tennent’s, aquella de los Tennent’s Sixes entre mediados de los ochenta y comienzos de los noventa, decidió que era hora de volver a invertir pesado y firmó un contrato hasta 2013 con ambos equipos, que se mantuvo incluso cuando Rangers perdió la categoría en 2012 por sus deudas con el fisco.

En 2013, ya con los ositos de peluche (así les dicen a los azules, posta) iniciando su arduo camino de regreso a Primera desde las profundidades del under, Rangers anunció un acuerdo con Blackthorn, una empresa productora de sidra. Enseguida, los albiverdes hicieron lo propio con Magners Cider, otra marca de la misma compañía.

Hoy, de nuevo en la elite del fútbol escocés, los dos cuadros son auspiciados por casas de apuestas online. Porque podrán pasar los años, pero llevarse puesto a alguno siempre será una fija.

Etiquetas: Deportivo Español con Bieckert (1984 a 1994)

Fundado el 12 de octubre de 1956, el Club Deportivo Español vivió su momento de gloria en la década del 80, cuando llegó a contar con más de 25 mil socios y regresó a Primera División tras 18 años de ausencia.

Es imposible hablar de la época dorada del cuadro de la colectividad española sin mencionar a su presidente más famoso, Francisco Ríos Seoane, el Jesús Gil y Gil de esta parte del mapa, y sin recordar aquella mítica camiseta con el sponsoreo de la cervecería Bieckert, que estampó su marca entre 1984 y 1994.

Amado u odiado, pero jamás indiferente, Ríos Seoane llegó al poder en 1978 y solo lo abandonó en 1996. En el medio, fue una pieza clave para la inauguración del estadio España en febrero de 1981 y su posterior ampliación en 1996. También se hizo conocido por mandar a prender fuego vivo al dirigente opositor Ignacio Torres, ser detenido cuando se quería escapar en lancha a Uruguay o alegar demencia para no terminar sus días en prisión. Situaciones con los que se enfrenta cualquier hijo de puta vecino.

En 1984, con el logo de Bieckert (que en 1986 sería comprada por Ríos Seoane a la alemana Henninger) en el pecho, Español fue una maquinita: le sacó 16 puntos de ventaja a Racing Club y volvió a Primera, donde había actuado por única vez en 1967. Dirigidos por la dupla técnica de Oscar López y Oscar Caballero, en ese equipo brillaron, entre otros, Pedro Catalano, Guillermo Zárate, Norberto D’Angelo, Héctor Clide Díaz, Lorenzo Ojeda, Julio Crespo, Luis Alberto Correa, Fernando Donaires, César Lorea, Luis Moreno y el Puma José Luis Rodríguez.

Al año siguiente, en 1985, los gallegos realizaron la mejor campaña de la historia de un recién ascendido hasta entonces (Rosario Central los superaría luego con el título de la temporada 1986/87): fueron segundos junto a Newell’s Old Boys, detrás de River Plate, hecho que los clasificó a la Liguilla Pre Libertadores, algo que igualarían en 1989, 1990 y 1992.

En la 1988/89, con 68 puntos, Español fue tercero detrás de Independiente y Boca Juniors. También peleó arriba en el Clausura 1992 cuando, al igual que Vélez Sarsfield, terminó a dos unidades de Newell’s. En ese equipo se destacaban el uruguayo Charly Batista, Daniel Ergo, Marcelo Caviglia, Walter Parodi y un jovencito Pablo Michelini.

Ese mismo año, se dio el gusto de participar por primera vez de un certamen internacional, la Copa Conmebol, ocupando la plaza que había sido rechazada por Boca Juniors. Tras eliminar a Vélez Sarsfield en los octavos de final, el Gallego cayó por penales en cuartos ante Olimpia de Paraguay. Repitió en 1993, esta vez por el sexto puesto en la tabla general de la temporada 1992/93, aunque no pudo superar la hazaña. Se quedó afuera en octavos frente al Sportivo Luqueño paraguayo.

En 1994, a través de su empresa Estrella de Galicia, Ríos Seoane vendió Bieckert a la bodega Peñaflor y la marca cedió su espacio para el ingreso de Medicorp, recordada por estampar su logo en la camiseta de España.

Fue el principio del fin.

Etiquetas: Everton (2004 a 2017)

Antes que los Beatles, sí. Y antes que su vecino rojo, también. El Everton Football Club fue el primer gigante de la ciudad de Liverpool y tuvo a la cerveza como protagonista en tramos importantes de su historia.

Nacidos en 1878, The Toffees no solo ganaron varias copas en el siglo XIX. También adquirieron popularidad. Y crecieron de tal manera que tuvieron que alquilar un estadio acorde a la gente que movían. Fue así que en 1884, el Presidente del Everton, Johm Houldin (empresario cervecero que llegó a ser Alcalde de la ciudad), contactó a su amigo John Orrel, otro empresario de la cerveza que tenía un escenario ideal para la práctica del fútbol: un tal Anfield. La birra comenzaba a fermentar.

Ese mismo año, los azules debutaron en su flamante casa con un triunfo 5 a 0 ante el Earlestown, marcando el inicio de una era que se rompería en 1891, cuando el ambicioso Houldin le compró el estadio a Orrel y decidió aumentar el alquiler en un 150%. ¿Razones? El tipo era fundamentalmente un emprendor que fabricaba cerveza artesanal en Palermo hombre de negocios y miembro del Partido Convervador, que veía en el club la posibilidad para crecer políticamente.

El resto de los directivos del Everton, mayormente liberales e impulsadores del movimiento abstemio, no soportaron semejante atropello del cervecero y decidieron pegar el volantazo para mudarse en 1892 a Goodison Park, su actual hogar. ¿Y Houldin? Se quedó absolutamente solo, pero con Anfield en su poder, así que no dudó en fundar su propio club para ocuparlo. ¿El nombre? Everton Athletic, que por cuestiones legales no tardaría en cambiar su denominación a…Liverpool FC. Ese mismo día nació el derbi de Merseyside. La birra se pudrió.

Sin los éxitos internacionales de su vecino, el Everton es de todos modos uno de los 4 clubes más ganadores de la Primera División, teniendo además el récord de temporadas disputadas, nada menos que 114. ¿Cuántas ligas ganó? Nueve, teniendo su pico de esplendor en la temporada 1984/85, cuando además obtuvo la Recopa de la UEFA.

Tras varios años en los que no cosechó demasiadas alegrías, el Everton comenzó a reposicionarse en el plano local a partir de la temporada 2002/03, coincidiendo con la aparición de un pibe blanquito de cachetes colorados, casi como cualquier borrachín británico que uno puede encontrarse en los pubs de Liverpool. ¿Su nombre? Wayne Rooney. Solo tardaría dos temporadas en ser transferido al Manchester United.

En 2004, The Toffees retomaron aquella primera relación con la cerveza, cuando firmaron un contrato con la tailandesa Chang. Sí, esos elefantitos que se vieron en la camiseta azul durante 13 años (una de las relaciones comerciales más extensas), decoraron la última etapa del club, en la que pasó de todo. Desde la llegada de Fellaini hasta Stallone transformándose en el hincha más famoso después de Paul McCartney. Todo, menos campeonatos (?).

Pero si de momentos baldoseros hablamos, tenemos que centrarnos en lo que pasó en agosto de 2012, cuando el Everton recibió al AEK de Grecia. El partido estaba 3 a 1 para los locales, cuando el histórico Tonny Hibbert (más de 300 partidos en el club) tomó la responsabilidad de ejecutar un tiro libre. Hasta ahí nada raro, salvo por el detalle de que el defensor jamás había hecho un gol y nadie sabía por qué había agarrado la pelota. O sí.

Unos años antes, los hinchas del Everton habían prometido que si por algún milagro Hibbert algún día la metía, invadirían la cancha. ¿Y qué pasó? Basta con darle play al video.

Obviemos el detalle que el partido era un amistoso para homenajear al propio Hibbert. Siempre es buen motivo para festejar.

Etiquetas: América de Cali (1995 a 2000 y 2013)

Mucho antes de convertirse en el hazmerreír del fútbol colombiano, el América de Cali supo ser uno de los cucos del continente. Y no hablamos de Julio César Falcioni, su arquero durante casi toda la década del ochenta, cuando el cuadro caleño disputó (y perdió) tres finales de Copa Libertadores consecutivas.

En 1995, después de nueve temporadas con el sponsoreo de gaseosas Colombiana en el pecho, Cervecería Bavaria, la más importante del país, se hizo cargo del espacio principal en la casaca del América y estampó la marca de uno de sus productos estrella: la Cerveza Poker, que en apenas 18 meses desfiló por uniformes de proveedores tan disímiles como Umbro (que no se olvidaba de poner el escudo como pareciera en la imagen de arriba, sino que el diablo era considerado mufa por buena parte del plantel y lo sacaban a propósito), Torino, adidas y Nanque.

Sin embargo, fue Cerveza Águila, también del grupo Bavaria, la que se llevó todos los flashes cuando en 1996 los Rojos llegaron a su cuarto subcampeonato continental, el segundo frente a River Plate en 10 años. Ese logo lo vistieron, entre otros, viejos conocidos como Óscar Córdoba, Jorge Bermúdez, Arley Dinas, Wilmer Cabrera, Alfredo Berti, Giovanni Hernández y… el Pitufo Antony de Ávila. Eso explica todo.

En 1997, ya con Topper como proveedor de indumentaria, la Mechita utilizó una pilcha idéntica a la de Independiente, con un diablo de tamaño considerable sublimado en el centro de la camiseta, que generó cierto disgusto entre los hinchas. ¿El sponsor? Otra vez Cerveza Poker, que se mantuvo hasta fines de 1999, cuando los colombianos conquistaron la Copa Merconorte, vestidos por Fila.

Ya entrado el nuevo milenio, la desconocida Lusti Sports sorprendió a todos cuando confeccionó los uniformes de los dos equipos más grandes de la ciudad, América y el Deportivo. Sin embargo, fueron apenas unos pocos meses. Ese mismo año, el Rojo volvió a gritar campeón con el logo de Cerveza Águila, en un diseño de la italiana Kappa.

En 2013, después de que el conjunto caleño saliera de la Lista Clinton, Cervecería Bavaria, de la mano de Águila, regresó a la camiseta puntualmente para los cuadrangulares semifinales del Torneo Finalización de segunda división. Allí, América debió enfrentar en encuentros de ida y vuelta a Fortaleza, Universidad Autónoma y Real Cartagena. El acuerdo, además, estipulaba que se extendería automáticamente por todo 2014 si los escarlatas lograban el ascenso. Con 8 puntos (producto de dos victorias, dos empates y dos derrotas), quedaron en segundo lugar, sin chances de clasificar a la final del año. ¿Quién había vuelto algunos meses antes? Sí, sí, el diablo. Para el deleite de su gente…

Etiquetas: Brighton & Hove Albion con Phoenix Brewery (1983 a 1986)

El segundo lugar en la temporada 2016/2017 de la English Football League Championship garantizó el regreso del Brighton & Hove Albion a la primera división del fútbol inglés, donde había jugado entre 1979 y 1983, generalmente ocupando puestos de mitad de tabla para abajo.

En 1983, al mismo tiempo que perdía la categoría, el cuadro de Sussex del Este llegó a disputar la final de la FA Cup nada menos que ante el poderoso Manchester United. Y estuvo bastante cerca de la hazaña. En el primer partido empataron 2 a 2, pero en la repetición, disputada apenas cinco días después, los Diablos Rojos vencieron por 4 a 0.

El descenso también marcó el final del contrato que, desde 1980, unía a las Gaviotas (eterno rival de las Águilas del Crystal Palace) con la aerolínea British Caledonian, que estampaba su marca en el pecho de la camiseta. Así, con ese espacio vacío, el club debía emprender la que esperaba que fuera su campaña de regreso al fútbol grande. A partir de octubre, con el campeonato ya empezado, y durante los siguientes tres años, Phoenix Brewery, una tradicional cervecería local, ocuparía ese lugar.

En la temporada 1983/84, Brighton obtuvo un digno noveno puesto, aunque quedó a 28 puntos del Chelsea (sí, antes de los millones de los rusos el Chelsea era un equipo de mierda jugaba en segunda) y 20 del Newcastle, el último que ascendió. Las cosas mejoraron en la 1984/85. Brighton tampoco subió, pero terminó sexto, a apenas 2 unidades del Manchester City, el tercero, y a 12 del campeón, Oxford United.

Ya consolidado en la categoría, para la temporada 1985/86 puso toda la carne al asador. Entre otros, se aseguró al delantero del Notts County Justin Fashanu, de 24 años, que en 1981 había pasado del Norwich City al Nottingham Forest en un millón de libras, convirtiéndose en el jugador negro más caro de la historia.

Pero las cosas no salieron como estaban planeadas. Fashanu, constantemente afectado por las lesiones, nunca pudo explotar y Brighton amargó un undécimo lugar, muy lejos del campeón, Norwich City, y a 20 puntos del último puesto de ascenso, conquistado por el Wimbledon. El cierre de la 1985/86 decretó el final del acuerdo con Phoenix Brewery, que pasó sin pena ni gloria.

A partir de entonces, los destinos del Brighton & Hove Albion y Justin Fashanu, distanciados desde 1987, tomaron caminos similares. Ambos tuvieron su pico de popularidad a comienzos de los noventa: las Gaviotas porque se quedaron en las puertas de la promoción a Primera, y el futbolista porque reconoció públicamente su homosexualidad (fue el primero en salir del clóset) en una entrevista con el diario The Sun.

También se mimetizaron a la hora de pasar malos momentos, claro. Brighton fue penúltimo en las temporadas 1996/97 y 1997/98 de la Third Division (la cuarta en nivel de importancia) y tuvo que vender su estadio, Goldstone Ground. Por su parte, Fashanu, después de haber deambulado de acá para allá, terminó sus días envuelto en un escándalo por supuesto abuso sexual (nunca comprobado) a un menor en Estados Unidos, donde cerró su trayectoria. Convencido de que lo iban a declarar culpable, en abril de 1998 regresó a Inglaterra, donde apenas un mes más tarde se ahorcó. Tenía 37 años.

Etiquetas: Wembley FC (2012)

Que una cerveza sea el principal auspiciante de un equipo no es ninguna novedad. Puede pasar en cualquier rincón del mundo. También en cualquier categoría, si hasta un club de la novena división inglesa lo consiguió. Más precisamente, el Wembley FC, un modesto equipo londinense que siempre navegó por campeonatos poco relevantes.

En 2012, la cervecería Budweiser se hizo cargo de la sponsorización de The Lions con un proyecto que, además de difusión, incluía la contratación de varios futbolistas de renombre. O mejor dicho, ex futbolistas.

Los ancianos (?) que llegaron gracias al aporte de la compañía norteamericana fueron David Seaman (48 años, aunque solo actuó como entrenador de arqueros), Martin Keown (45), Graeme Le Saux (43), Brian McBride (40), Ray Parlour (39) y, por supuesto, Claudio Caniggia (45). Estos notables apellidos formarían parte del plantel del Wembley FC que disputaría la FA Cup. Torneo que, curiosamente, era auspiciado por la misma cerveza.

Para que no hubiera suspicacias, la marca aseguró que el hecho de convocar a esas antiguas figuras no tenía nada que ver con el arreglo con la Asociación, y que sólo querían ayudar a un equipo pequeño a tener un papel decente en la competencia. En este combo también entraba ESPN, que registraría el periplo del equipo en un documental llamado Dream on, aunque tranquilamente podrían haberle puesto Wembley FC, the other passion (?).

El manager de la institución, Ian Bates, defendió la idea: “hace un año jugábamos frente a una tribuna vacía y el club house se estaba cayendo. Ahora, esta inversión significa que los grandes momentos nos están esperando”. Si el directivo derrochaba optimismo, lo del asesor técnico Terry Venables (ex DT de Inglaterra, Australia, Barcelona) directamente estaba al borde de la locura: «Básicamente, la idea es conseguir que el equipo llegue al estadio de Wembley, que se puede ver desde aquí, a ganar la copa».

¿Cómo le fue a Claudio Paul? No tan mal: jugó 3 partidos, hizo un gol y metió una asistencia. Cuando el equipo quedó afuera, el Hijo del Viento aclaró: «Mucha gente pensaba que volvía para jugar todo un campeonato, y no es así. Esto fue un proyecto, no es que yo volví a jugar al fútbol todo un torneo. No es algo a largo plazo, no me vine a vivir a Inglaterra. Inicialmente, esto era a un partido, mi contrato con Budweiser era por un par de eventos, que incluían un encuentro oficial”.

Más no se le podía pedir al Pájaro, que así realizó su último vuelo. Y todo esto, gracias a la birra.

Etiquetas: Barcelona de Guayaquil (desde 1996)

Con 15 títulos, Barcelona Sporting Club es el más campeón del fútbol ecuatoriano, aventajando por dos a Emelec y El Nacional, y por cinco a la Liga Deportiva Universitaria de Quito. Sin embargo, las últimas dos décadas no fueron buenas para los Canarios. Apenas se coronaron en 1997, 2012 y 2016.

Si algo caracterizó a este período sombrío del cuadro más popular del país fue el apoyo incondicional de las cervecerías en el pecho de su casaca. Entre 1996 y 2003 fue Pilsener, el producto estrella de Cervecería Nacional, quien estampó su marca en la camiseta más codiciada del Ecuador. Seguramente uno de los modelos más recordados por los hinchas sea el que el Coloso de América vistió entre 1997 y 1998, cuando se consagró en el campeonato local y alcanzó la final de la Copa Libertadores, donde cayó frente al Vasco da Gama. Aquel diseño de Marathon se distinguía por ser ¡una camisa con botones! (modelada en la imagen de abajo por el Diablo Marco Antonio Etcheverry), un concepto similar al que Puma implementaría en algunos equipos argentinos varios años después.

A medida que pasaban las temporadas y acumulaba decepciones, Barcelona veía cómo festejaban (y achicaban distancias) Liga Deportiva Universitaria de Quito, Emelec, Deportivo Quito, El Nacional y hasta conjuntos impensados como Deportivo Olmedo o Deportivo Cuenca. Había que buscar un chivo expiatorio y había que encontrarlo rápido.

A comienzos de 2003, el Canario finalizó su contrato con Cervecería Nacional y enseguida anunció que su espacio durante los próximos cinco años lo ocuparía Cervecería Suramericana, la segunda en importancia del país, que decidió estampar la marca de Cerveza Biela, en una especie de último intento por reflotar sus ventas.

Sin embargo, luego de que la multinacional AmBev comprara Cervecería Suramericana, a fines de 2003, Biela tenía los días contados. Así fue como, durante los últimos meses de 2004, aquel tradicional logotipo fue reemplazado por uno más conocido a nivel global, aunque toda una novedad en Ecuador: el de la brasileña Brahma, que salió al mercado en octubre.

El 2005 marcó el regreso de Pilsener (pese a la bronca de AmBev, que propuso un sponsoreo en conjunto) a la camiseta del Barcelona de Guayaquil, donde se mantiene hasta hoy, en una relación a prueba de balas. En el medio, claro, se vivieron épocas turbulentas. En 2008, por ejemplo, en plena desesperación por ganar algo, el cuadro ecuatoriano anunció la contratación del delantero argentino Rolando Zárate, que venía de un pálido paso por River Plate. Aquel fichaje fue el más caro de la historia del club, pero las cosas salieron mal. El Roly jugó poco, se lesionó mucho y se fue mal.

¿Qué tiene que ver Pilsener con esto? En abril de este año, Juan Alfredo Cuentas, vicepresidente financiero del Barcelona, celebró el lanzamiento de Pilsener Barcelona, una nueva cerveza orientada al hincha del torero, cuyas ventas estarían destinadas a cancelar el saldo pendiente de la deuda que mantenían con el Roly.

Ya pasaron varios meses y hasta ahora ni noticias de la Pilsener Barcelona. Es más, a comienzos de julio se anunció que la taquilla del encuentro de ida por los octavos de final de la presente Copa Libertadores ante Palmeiras aportaría la plata fresca para pagarle a Zárate. ¿Qué pasó? De las más de 33 mil personas que asistieron al estadio Monumental, poco menos de la mitad abonaron su entrada. Los directivos ecuatorianos esperaban una recaudación cercana al medio millón de dólares… y apenas alcanzaron los 187 mil dólares. Pero no son todas malas noticias.

Hace algunas horas, mientras le dábamos los últimos retoques a esta historia, el Beto Carlos Alfaro Moreno, vicepresidente deportivo del Barcelona, anunció que se saldó el total de la deuda con el argentino. ¡A destapar unas birras!