

Juan Carlos Zuleta (el Colorado)
Importantes (?) y detallados estudios hechos en el Viejo Continente plantean la posibilidad de que alguien que sienta culpa pueda regresar al lugar del crimen. Seguramente lo único que faltó para poder asegurar ésto con todas las letras es revisar un poquito la carrera futbolística de Juan Carlos Zuleta.
Volante ofensivo de 1,63 de altura, nuestro homenajeado nació el 28 de febrero de 1980 en Florencio Varela y se inició en el fútbol defendiendo los colores de Defensa y Justicia (1998/2002) en la B Nacional. Esos cuatro años se le fueron volando al momento de encontrarse con una oportunidad impensada. Es que una oferta para incorporarse a préstamo por seis meses al FC Kärnten de Austria cayó a la velocidad de un rayo y lo obligó a tomar una rápida decisión. El 21 de mayo de 2002 se cerró la operación y el 31 ya estaba instalado y entrenándose con el resto del plantel.
La experiencia fue enriquecedora pero una opción de compra de 250.000 dólares le puso freno al sueño europeo del Colorado. A su regreso al país recaló en Arsenal (2003/2004). Allí, de la mano de Burruchaga como director técnico, jugó sus únicos 7 partidos en la Primera División del fútbol argentino. El debut fue el 2 de agosto de 2003, cuando por el Apertura el Arse empató con Talleres 1-1 en cancha de Racing. Su ingreso reemplazando cerca del final al argentino que brilla en EEUU y analiza a Beckham marcó una constante en su paso por los de Sarandí. Ya que poniéndonos rigurosos, lo de que jugó siete partidos es una forma de decir porque siempre entró en los instantes finales para completar un total de 103 minutos en cancha. Sin embargo, la alegría de haberse enfrentado en un campo de juego con jugadores de Boca, River e Independiente no se la quita nadie.
Tras dejar atrás a compañeros de ruta como Martín Vilallonga, Víctor Molina y Matías Manrique reincidió en Defensa y Justicia (2004/2005). Pero la vida le puso nuevamente la oportunidad de emigrar. Y, obviamente, agarró viaje. Se fue a Deportivo Quito de Ecuador (2005). Su llegada fue muy bien recibida por el entrenador argentino Julio Assad: «…es chiquito, pero cómo corre…”.
Allí, el Colo no escatimó palabras en sus primeros días en Ecuador: «…creo que Dios nos ha compensado a los bajos de estatura con la habilidad y me parece que yo soy uno de ellos». Pese a todo bajó a tierra al decir “…quiero retribuir la confianza que ha puesto la gente del Quito en mí. Sé que es un club que no ha llegado al campeonato hace varios años. Hay que agarrar confianza, recién me estoy instalando en esta ciudad. De a poco uno adquiere su nivel…”. Sin embargo toda la expectativa puesta en él no lo estresó mucho que digamos: «…me gusta jugar al tenis. Aunque no hay tiempo por esta profesión, uno se da modos para quitarse la presión y, a veces, se va a raquetear. Por supuesto, no lo hago profesionalmente como el fútbol…».
A la hora de los bifes (?) hay que reconocer que futbolísticamente la cosa fue floja. Por eso se volvió a la Argentina para insistir con un tercer ciclo en Defensa y Justicia (2005/2006). Luego pasó por Almirante Brown (2006), hizo dos goles y se topó con una jugosa oferta para formar filas una vez más en el FC Kärnten (2007). Habían pasado cerca de cinco años, pero no lo pensó dos veces y regresó a Austria: «…ya hablé con los dirigentes de allá y está todo acordado. Me ofrecieron un contrato de un año, pero en principio voy a firmar por seis meses y después veré qué hago. La oferta es muy buena, además Austria es una vidriera importante, ya que estoy cerca de países como Suiza y Francia…».
Jugó algunos pocos partidos y comprobó que, como vidriera, el fútbol austríaco deja bastante que desear. No le quedó otra que pegar la vuelta y cayó en el Sarmiento (2007) de Jorge Ginarte, manteniéndose en Junín hasta la fecha. Siempre y cuando no vuelvan a la carga los dirigentes del FC Kärnten de Austria.