Malvestiti: ¿Para qué te traje? (?)

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Desprolijo, todo muy desprolijo lo que hizo Juan Antonio Pizzi a finales de 2013. Apenas 5 días después de haber conquistado el Torneo Inicial con San Lorenzo y cuando los dirigentes planeaban armar el equipo para ganar la Copa Libertadores, el DT pegó el portazo y los dejó a todos en banda, aduciendo que el ciclo ya estaba terminado. Sólo había dirigido 54 partidos al Ciclón.

¿El motivo de su huída? Una oferta del Valencia, endeudado y navegando en la mitad de tabla de la Liga española. Hacia allí fue el santafesino, que en su presentación en el estadio Mestalla, siguió demostrando por qué era el rey de la desprolijidad.

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Puede que traje negro con camisa celeste rayada, corbata violeta y zapatos marrones no sea la combinación más elegante. Pero bueno, la cancha también tiene butacas naranjas (?).

Lo que sí es inadmisible, es que el técnico le haya pifiado por 3 talles al traje. Evidentemente, no sólo el banco le quedaba grande.

¡Buena suerte!

No se termina de entender qué es el dibujo que lleva Mariano Dalla Líbera en su suéter, pero sí es fácil darse cuenta de que el laburo que costó tejerlo fue muy superior al empeño que puso el Loco a la hora de vestirse.

Promediaban los años 90, el ex volante de River, Estudiantes y Huracán recibía a la prensa en su casa para mostrar la peor manera de combinar el pulóver: cuello de camisa asomando, jean, medias con rombos, zapatos náuticos y mierda en la suela, para estar a tono con todo.

Desde lejos no se ve

Oscar Passet y Juan Simón, comienzos de los 90. Lo que hoy nos puede parecer una malla ridícula, en su momento fue lo más top de la playa. Pero ojo, que no solamente ha cambiado la vestimenta de los futbolistas. También han cambiado sus usos y costumbres. También cambiado sus físicos.

Lo que hoy nos puede parecer el torso esmirriado y peludo de un jubilado, en su momento fue el cuerpo de un defensor respetado. Y lo que hoy nos puede parecer un ex arquero usando lentes de ver de lejos, en su momento fue ¡un arquero usando lentes de ver de lejos! ¡Hijo de puta! Hay cosas que no cambian.

Lo de Menotti

El mito, alimentado con el pasar del años, dice que mucho antes del recordado programa «Lo de Bilardo», en los 90 existió otro ciclo televisivo de similares características, que no tuvo demasiado éxito, tal vez por estar parado en la vereda de enfrente. Los memoriosos, aún lo recuerdan. O por lo menos eso aseguran.

«Lo de Menotti», así se llamaba. Y a diferencia del envío del Narigón, que transcurría en una casa de familia, el del Flaco se hacía íntegramente en Bulldog, un establecimiento nocturno que funcionaba en la intersección de la Avenida Colón y la costa, en Mar del Plata.

Además del entrenador, participaban otros actores secundarios, como su mujer Ana María, y su hijo César Mario (uno de los dueños del boliche). Sin olvidarnos de las estrellas invitadas, como un Luis Miguel pelilargo, que se tanto bronceado se mimetizaba con la noche en el balcón.

Lo que no lograba confundirse con la oscuridad era la ropa de los protagonistas. Camisas multicolores, pantalones y sacos llamativos. Lo único que no pasó de moda fue la mano del DT buscando el atado de puchos. Más clásico que Bilardo-Menotti.

Patito feo

¿Vas a una fiesta de la alta sociedad y no tenes ganas de cortarte el pelo?. ¿Aunque te codeás con tipos exitosos en el fondo seguís siendo un reo?. ¿Cómo hacer que el “corte Comitas” pase desapercibido?. Nada mejor que una corbata del Pato Donald. Y así, nadie se fijará en tu cabellera.

¿Joya? Nunca. ¡Taxi!

Año 1991, algún lugar de la noche porteña. Tres hombres exitosos en pose canchera. Son Darío Siviski, Fabián Carrizo y Claudio García. Los dos primeros, con la mano izquierda en el bolsillo y una copa en la derecha. Buzos sobrios y jeans llamativos, bien de época. El otro, un poco más osado. Camisa amarilla, chaleco negro y una mano que insinúa: subí, sentate, callate y agarrate.

Juntos a la par

Aquel equipo de Marcelo Bielsa era un grupo unido, sin dudas. Adentro y afuera de la cancha. Si algún jugador necesitaba una mano, ahí estaba la presencia solidaria del compañero. Y si uno vestía mal, el resto tenía que acompañar. Con esta premisa de camaradería, Julio Saldaña y Mauricio Pochettino (flanqueados por Guillermo Lambertucci, amigo del entrenador) aprovecharon un 2×1 en camisas rosas y corbatas bordó. Algo que pasó desapercibido al lado del diseño elegido por Alfredo Berti, también acompañado de una corbata rebelde por el viento. Y pensar que el Loco era el director técnico.

Merecido

Dicen los libros que el prejuicio es el proceso de formación de un concepto sobre algo o alguien de forma anticipada. El prejuicioso, critica de forma positiva o negativa, sin tener suficientes elementos para tal evaluación. Por esa misma razón, trataremos de no guiarnos por la primera sensación que nos genera esta foto de Pablo Vitti, para optar por el camino más adecuado, el del análisis detallado y la fundamentación.

A ver, repasemos: sombrero negro, remera rosa estampada, escote en V, reloj, cadenitas, jardinero de jean. Ahora sí, tenemos todas las pruebas. Todos esos trofeos al más hijo de puta del mundo los tiene bien ganados. No es prejuicio, es sensatez.

Gracias a Mariano