Fue en la última década del siglo XX, que la CONMEBOL estrenó una serie de competiciones internacionales que prometían quedarse, pero que no lograron afianzarse en la historia.
Tras el éxito de la Supercopa Sudamericana, en 1992 empezó a jugarse el torneo que llevaba el nombre de la entidad. Sí, la famosa Copa Conmebol, que terminaría consagrando a equipos como Rosario Central, Lanús y Talleres de Córdoba. Pero eso no iba a ser todo. A partir de ese año, también se pondrían en marcha otros certámenes continentales.
Estas novedosas competencias premiaban a campeones de otros torneos, por lo que solían enfrentarse equipos con mucha historia. Además, había jugosos premios en dólares. Sin embargo, nunca pudieron atrapar al público.
A pesar de que los formatos cambiaban en cada edición y se jugaban cuando había un hueco en el calendario, todas sumaron una estrella oficial.

Copa Máster de Supercopa
La idea original era que en la Máster se enfrentaran los campeones de la Supercopa, que a su vez era un torneo que enfrentaba a los campeones de la Libertadores. Esto sucedió solo en 1992, cuando participaron Racing, Boca, Olimpia y Cruzeiro. Todos los partidos se jugaron en la cancha de Vélez Sarsfield.
En las semifinales, el Xenieze venció al equipo paraguayo, y los brasileños hicieron lo propio con la Academia. El 31 de mayo, se disputaron el inservible partido por el tercer puesto y, a continuación, la final.
En el encuentro definitivo, Boca se quedó con el triunfo. Se festejó, pero de manera muy moderada: ni siquiera hubo una vuelta olímpica. El Beto Márcico reconoció tras el partido el valor de ese título: “esto es un pequeño regalo para la gente, pero sabemos que ellos quieren un campeonato”. Boca llevaba ya casi 11 años sin dar la vuelta olímpica en Argentina.
El escaso interés que despertó la Máster, hizo que en la siguiente edición (que se iba a jugar en 1994, pero se llevó a cabo en marzo de 1995), varios equipos desistieran de participar. Solo Cruzeiro y Olimpia dieron el presente, enfrentándose en partidos de ida y vuelta. Los de Belo Horizonte resultaron vencedores gracias a un penal cobrado por Javier Castrilli.

Copa de Oro Nicolás Leoz
En 1993, se disputó por primera vez este homenaje al presidente de la entidad madre del fútbol sudamericano. Participaron los campeones de la Copa Libertadores, la Supercopa, la Copa Conmebol y la Copa Máster del año anterior. O sea, una Recopa a todo trapo (?).
Aunque la idea estaba buenísima (?), las desprolijidades se hicieron presentes desde el inicio. En el debut del torneo, de un lado se jugó una semifinal entre Boca y San Pablo en partidos de ida y vuelta. Por la otra llave, se enfrentaron Atlético Mineiro y Cruzeiro… en un único encuentro. En las finales, un gol de Carlos Mac Allister le otorgó una nueva conquista a Boquita.
En 1994, no hubo Copa de Oro, sin que ninguno de sus posibles participantes reclamara la posibilidad perdida de bordarse una estrella en el escudo.
Al año siguiente, el mamarracho sería mayor: Vélez e Independiente rechazaron la invitación alegando falta de fechas y priorizando otros compromisos, por lo que solamente Cruzeiro y San Pablo fueron de la partida.
Como ambos equipos se tenían que enfrentar por los cuartos de final de la Supercopa, CONMEBOL determinó que el ganador de ese cruce (finalmente fue Cruzeiro) se quedaría también con la Copa de Oro. Qué trucazo, ¿no?
Así llegamos a la última vez de este certamen, en 1996. Tuvo las complicaciones habituales, claro. Una vez más, Independiente (campeón de la Supercopa 1995) se dio de baja, y fue reemplazado por Flamengo, el subcampeón. Rosario Central, Gremio y San Pablo también fueron de la partida.
El formato volvió a cambiar: las dos semifinales y la final se jugaron en Manaos, entre el 13 y el 16 de agosto. El Mengão se quedó con el campeonato.

Copa Máster de Conmebol
Se puso en juego por única vez en 1996, participando los campeones de las cuatro primeras ediciones de la Copa Conmebol. Todos los partidos fueron disputados en Cuiabá, Brasil, entre el 8 y el 12 de febrero.
En semifinales, San Pablo venció por 7 a 3 al Botafogo, y Atlético Mineiro eliminó a Rosario Central. En el choque decisivo, el equipo paulista se llevó la victoria.
Conclusión (?)
La falta de interés de la opinión pública, la ausencia de sponsors y las dificultades propias de un calendario atestado de compromisos, llevó a que ninguna de estas competencias tuviese el éxito que imaginaron los dirigentes.
A pesar de esto, tampoco es cuestión de avergonzarse por tener una Máster o una Nicolás Leoz al lado de una Libertadores. Al fin de cuentas, todo suma estrella.