Godoy Cruz 0 – Sevilla 2 (1990)

Ídolo de al menos dos generaciones de riverplatenses, Norberto Alonso vivió su etapa post retiro casi con la misma elegancia con la que jugaba. Y no hablamos precisamente del día que vistió unas zapatillas Flecha en un amistoso en los Estados Unidos. El Beto siempre fue un distinguido. Y a partir de 1987, cuando le dijo adiós al fútbol, trató de mantener ese status desde el día 0 de su vida como ex gloria.

¿Embarrarse los zapatos entrenando a un equipo? ¿Para qué? Lo hizo, pero poco y nada. A fines de los 90 estuvo en las sombras de aquel título del Millonario que comenzaría a ganar Merlo y terminaría ganando Passarella. Después, probó siendo técnico de Belgrano de Córdoba, pero duraría poco.

Al Beto le gustaba vestirse de blanco, como si fuese Don Johnson de División Miami, pero caminando por Avenida Libertador. Desapareció de las tapas de las revistas deportivas, para aparecer esporádicamente, jugando al golf o blanqueando su romance con Daniela, una cantante fundadora del ochentoso grupo Las Primas, que luego tendría sus 15 minutos de fama en su etapa solista con el hit Amor sincero, que tenía aquel estribillo que decía «endúlzame que soy café…».

El Beto siempre fue un distinto. Y así lo sentía. Y lo sigue sintiendo. Tanto es así, que en la previa de la promoción ante Belgrano, en 2011, dio una conferencia de prensa en carácter de ídolo para darle su apoyo «al Negrito López». Aunque dijo también que si River descendía, «No sé si no me voy del país».

Lo que no muchos recuerdan, es que apenas 3 años después de su despedida de las canchas, Alonso volvió a ponerse los botines. Y no fue en el Monumental. Fue en el estadio Feliciano Gambarte, la casa de Godoy Cruz Antonio Tomba de Mendoza.

Por aquellos días de mayo de 1990, el Sevilla de España se encontraba realizando una gira por Sudamérica. Enfrentó a varios equipos y uno de ellos fue el Bodeguero, reforzado por algunos jugadores que actuaban en otros equipos de Primera División, como Ricardo Gareca, de Vélez, que aquel día usó la 9 mendocina, haciendo dupla con el Cachorro Abaurre.

La máxima atracción, por supuesto, era el dandy del Beto, que llegó sobre la hora al partido y le pidió al entrenador que, por respeto a sus nuevos compañeros, lo pusiera en el segundo tiempo. Y el DT Alberto Garro cumplió.

Alonso entró en la segunda mitad y deslumbró con lujos y pases de categoría, que le hicieron olvidar al público la derrota 2 a 0 ante los españoles dirigidos por Vicente Cantatore, que tenían varias ausencias, por la proximidad del Mundial de Italia.

En la actualidad, las nuevas generaciones reconocen al Beto como aquel tipo que anda siempre en River con una particular elegancia. Y no está mal que así sea. En escencia, nada ha cambiado.

Una respuesta a “Godoy Cruz 0 – Sevilla 2 (1990)

  1. Se comentaba que no estaba la plata del Beto y como le pagaron en el entretiempo salio al segundo. En el año 79 el Valencia con Kempes jugo contra Gimnasia y Esgrima de Mza.

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