Aston Villa 0 – Boca 2 (1984)

La incursión de Boca en la 19º Copa Joan Gamper no terminó con el catastrófico 1-9 frente al Barcelona de España. Al día siguiente de semejante mazazo, hubo que poner la caripela para definir el tercer y cuarto puesto.

Así fue entonces como la noche del 22 de agosto de 1984, y ante 100.000 espectadores ansiosos de ver la final entre los catalanes y el Bayern Munich, el Xeneize se midió con el Aston Villa. Pero lo que tendría que haber sido un partido sin mucha manija, terminó siendo un hecho casi más mediático que la final. ¿Por qué? Porque era el primer choque futbolístico entre argentinos e ingleses luego de la guerra de Malvinas. Y, con la mano en el corazón, lo que esperaba todo el mundo era una batalla campal.

Se había enrarecido tanto el clima, que los jugadores de Boca organizaron una reunión antes del encuentro para ponerse de acuerdo en «desmalvinizar» el partido y no generar más quilombo que pudiera empeorar la imagen luego de la goleada en contra de la noche anterior. Por eso antes del partido hubo intercambio de banderines, apretones de mano y hasta trueque de guantes de arquero entre Gatti y Day.

El partido en sí fue un bodrio, casi sin llegadas al arco. No hubo pierna fuerte ni por asomo y todo el morbo previo quedo descartado casi desde el arranque. El resultado fue 2 a 0 para Boca, con goles de Carlos Mendoza a los 79 y el uruguayo Morena, faltando 5 minutos. Las propias palabras de Mendoza contando su gol, tal vez resuman lo que fue el choque contra los británicos: «...llegué casi hasta el fondo, levanté la vista y vi que el arquero se movía para esperar el centro. Entonces tiré al primer palo, pero me salió un bombazo que cayó en el segundo a espaldas del arquero…«. Sin palabras.

Los once que alineó Dino Sani esa jornada fueron: Gatti, Matabós, Alberto, Mouzo, Córdoba, Krasouski, Berta, Gallego Vázquez, Abdeneve, Morena y Sotelo. Con el correr de los minutos, fueron ingresando Ivar Stafuzza, Mendoza y Porté.

Publicado originalmente en Imborrable Boca.

Uruguay 6 – Independiente 0 (1977)

Menos mal que en la década del 70 estaba Independiente para llevar bien alto, la bandera del fútbol argentino en todas las canchas del mundo. Gracias a Dios, el Orgullo Nacional traspasaba las fronteras de nuestro país desplegando un fútbol capaz de todo. Hasta de ser humillado del otro lado del Río de la Plata en 90 minutos que fueron conocidos bajo el nombre de «la catástrofe de Montevideo».

Corría enero de 1977 cuando los Rojos fueron vejados (?) en un amistoso parte de una extensa pretemporada que iba a incluir escalas en Colombia, Japón, Guatemala, El Salvador y Perú. Tras la paliza histórica, el Pato Pastoriza mostró puertas afuera, cierto conformismo: «…recién comenzamos y estoy seguro que vamos a mejorar. Necesito tres o cuatro jugadores más de gran nivel, de categoría y, sobre todo, de experiencia. Dejé mi pedido al presidente Grondona. No me procupa la derrota contra Uruguay. Son cosas que pasan, sobre todo después de las pretemporadas en la playa. Aunque realmente tuvimos una noche muy mala. Independiente fue un equipo torpe, sin relevos ni coberturas…».

En la foto se puede ver el tercer gol charrúa. Una media vueltqa de Morena que deja a Lencina y a Pogany totalmente fuera de acción.

Sánchez Sergio

Sergio Alfredo Sánchez

El oriundo de Mar del Plata llegó a la primera de Boca Juniors luego de hacer el típico camino de inferiores. Debutó en el Metropolitano de 1981, más precisamente en la victoria 2 a 0 ante Unión. En ese partido jugado en la Bombonera nuestro homenajeado ingresó por el Pichi Escudero faltando unos veinte minutos.

Puntero derecho veloz pero con casi nulas chances de mostrarse, tuvo una lesión que le hizo 1982 cuesta arriba. Ese año apenas disputó 2 partidos por el Nacional (1 gol a Huracán), 2 por la Libertadores y 7 por el Metropolitano (1 gol a Sarmiento de Junín).

Su depedida fue en el nefasto 1984 con un 1 a 1 con Platense en la cancha de River. Por lo menos contrarrestó un poco la tristeza de su último partido en Boca con otro tanto. El tercero y último convertido en sus apenas 13 encuentros oficiales.

Eternamente relegado por rutilantes incorporaciones, armó las valijas y según cuentan pasó por Quilmes, San Miguel y llegó a jugar hasta en Portugal.

Publicado originalmente en Imborrable Boca.

Los Angeles Galaxy 1 – Boca 0

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Ni bien bajó la cortina el interminable y tortuoso Clausura 2010, todos los equipos entraron en unas lindas vacaciones a la espera de que pase el Mundial de Sudáfrica. Todos menos Boca claro, que en una especie de carrera desenfrenada, se lanzó a contratar un técnico nuevo, cortar un par de cabezas en el plantel y tirar y aflojar durante semanas por la renovación de los contratos. También hubo compra de refuerzos y lo que más nos importa ahora: el papelón llamado USA Tour 2010.
Con este nombre bien marketinero se cocinó una gira por Estados Unidos que incluyó tres partidos. Y el debut, domingo 23 de mayo de 2010 en el Home Depot Center Stadium de Los Ángeles, fue con derrota 1 a 0 frente a los Galaxy de Beckham y Donovan pero sin Beckham y Donovan en cancha. De manera que mientras el técnico oficial Borghi debía sufrir (?) en Buenos Aires, el técnico interino Pompei alineó a Javi García, Ibarra, Chiquito Muñoz, Bonilla, Monzón, Gastón Rossi, Jesús Méndez, Pichi Erbes, Matías Giménez, Mouche y Viatri.
Del partido se puede decir que fue una pequeña muestra de lo que venía siendo Boca en el torneo local y por qué no, de lo que iba a ser en el Apertura aunque con otros apellidos. Poca generación de fútbol, un par de llegadas desperdiciadas, dos avances rivales y un gol adentro tras una falla de la defensa.

Talleres naranja 1980

Algún día habría que analizar seriamente esta relación enfermiza (?) de Talleres con su camiseta. Mientras tanto, seguimos juntando pruebas.

17 de febrero de 1980, segunda fecha del Metro. Los cordobeses recibieron a Vélez en el Chateau Carreras, vestidos de naranja. Algo parecido a lo hecho en 1982 cuando quiso clonar a Holanda, pero dos años antes y con una camiseta Adidas de tela brillosa en lugar del piqué.

Y créase o no, el Talleres del Pato Pastoriza desplegó un fútbol total que pasó por encima al Fortín. Tras arrancar perdiendo 1 a 0, tres goles de Bravo y una actuación brillante de Valencia, terminaron dejando los dos puntos en Córdoba.

Roma 1 – Boca 0

Bastante bastante extraña fue la modalidad de disputa de la Copa Independencia, jugada entre Boca y Roma a mediados de 1976. A dos partidos, el primero en Estados Unidos y el segundo en Canadá, pero lo que más llamó la atención fue su definición: en caso de empate en puntos, los  goles valían doble sólo para el ganador del partido. Y bue (?).

La cosa es que el 22 de junio en el Shea Stadium de Nueva York se jugó el partido de ida ante 19.150 espectadores. El trámite fue en general demasiado amistoso y poco atractivo. O sea un bodrio bárbaro entre un Boca impreciso y a ritmo lento, y una Roma metida atrás lista para salir de contra.Algo de emoción en las tribunas levantó el Loco Gatti conjurando cinco situaciones de gol. Una, a los 30 del primer tiempo, que obligó a los presentes a ponerse de pie. Francesco Rocca tiró un centro pasado, Franco Cordova la bajó dentro del área, eludió a Tarantini y fusiló, pero Gatti dando dos pasos al frente atenazó la pelota arriba sin dar rebote.

En el arranque del segundo tiempo hubo otras dos claritas para los italianos, pero nuevamente el Loco dejó con las ganas a Pierino Prati y a Giancarlo De Sisti. La última media hora, fue directamente soporífera. Hasta que Pellegrini sacó un conejo de la galera.Pasado el tiempo cumplido, recibió un pase de De Sisti y viendo que el juez Stéfano D’Ippolitto se llevaba el silbato a la boca, pateó al arco desde lejos. Gatti se estaba los guantes mientras la pelota fue derecho a clavarse en el ángulo derecho. Ni llegaron a sacar del medio.

Tras el partido, la calentura en el vestuario de Boca era importante. Y el Toto Lorenzo buscó rápidamente un discurso para puertas afuera: “…es que no trajimos a Mastrángelo, Veglio, Felman y sin ellos ¿a quién se la damos adelante?…”. Algo de verdad, hubo. Boca prácticamente no llegó al arco contrario.El resultado final 1-0 para la Roma había sido tan inesperado, que hasta los propios jugadores europeos lo reconocieron horas más tarde cuando ambos planteles compartieron una cena en el restorán Tahino. Allí Giogio Morini se sinceró: “…no sé porque ganamos, el gol fue una sorpresa hasta para nosotros…”.Unos días más tarde, Boca ganaría 2 a 1 la revancha en Montreal, y según el extraño reglamento, se llevaría la Copa Independencia superando entonces 4 a 3 a la Roma

 

Milan 1 – Boca 1 (2009)

milan1boca1_2009

Veinticuatro horas después de la derrota 2 a 1 contra el Manchester United, Basile tuvo que rearmar la tropa para hacer un buen papel en la definición por el tercer y cuarto puesto de la Audi Cup 2009. El Allianz Arena de Munich fue escenario entonces, ese 30 de julio de 2009, de un choque de planetas entre el Milan de Ronaldinho y Pirlo frente al Boca de Gunino y Paletta. Visto así, escalofriante (?).

Pasa que Alfio tuvo que mechar y bastante, no sólo por el partido contra los ingleses sino para tratar de que la pretemporada no comenzara con lesionados. Por eso, tuvo los huevos grandes como una casa y puso en cancha a Pato Abbondanzieri, Gunino, Paletta, Sauro, Krupoviesa, Pochi Chávez, Forlín, Marino, Gaitán, Mouche y Viatri. Cuando las placas de la tevé mostraron las formaciones una al lado de la otra, más de un hincha se habrá encomendado a todos los santos.

Y la cosa arrancó, obviamente, mal. Antes de la media hora Boca perdía sólo 1 a 0 gracias a un par de apariciones importantes de Abbondanzieri. Era evidente que la cosa así no funcaba. Para el segundo tiempo y tratando de evitar el último puesto, Basile quemó las naves y mandó todo su plan al tacho. Entraron Insúa, Battaglia, Riquelme, Palermo y Medel. Ojo que también ingresó Fabián Monzón. Recién ahí Boca ganó posesión de pelota, levantó bastante el nivel y se adelantó varios metros en el campo de juego. Atenti, que el Milan tuvo más contras bravas bien salvadas por el Pato. El tema es que no pudo liquidar el encuentro y cuando faltaban tres minutos, Viatri conectó un centro y puso el 1 a 1 final que llevó la definición a los penales. Tal como habÌa pasado en Japón seis años antes.

Definición que Boca ganó 4 a 3 alcanzando finalmente el tercer puesto y luego de que Abbondanzieri confirmara su buen partido, le ataje los penales de Pirlo y Alexandre Pato y se disfrazase nuevamente de cuco de los tanos.

Pérez Claudio

 

Claudio Néstor Pérez (Cali)

El billar es un deporte que se practica impulsando con un taco un número variable de bolas sobre una mesa forrada de paño que puede tener o no troneras y que está rodeada de bandas de material elástico. Existen una interesante cantidad de variantes, tales como el billar inglés, el billar americano o pool (llamado también de troneras o buchacas), el billar español, uno que es una mezcla entre billar y pinball llamado bumper pool, el billar italiano, el billar belga y el billar francés o de carambolas. Ah, ya que hablamos de carambolas, estamos en condiciones de afirmar que Claudio Pérez jugó en la máxima categoría del fútbol argentino. Poco, pero jugó.

Como hablamos de Primera División, no contamos sus inicios en el San Lorenzo de 1982, donde el Cali formó parte del plantel que terminó subiendo a la A dirigido por Yudica. De todas maneras, en aquellos días las noticias sobre nuestro homenajeado no eran tanto por cuestiones estrictamente futbolísticas como sí lo eran por temas accesorios como su afición por las pastas o sus escapadas junto al Chapulín Marasco, Héctor Raúl López y Abrahamian a “Los 36 Billares” de Av. de Mayo a despuntar el vicio. Ojo, escapadas totalmente blanqueadas y que hasta se comenta (?) terminaron siendo cábala y todo.

Ya en 1983, como buen delantero que era, le habrá sacado lustre a sus botines imaginando tardes de gloria. Pero en ese San Lorenzo, que si algo derrochaba era poder ofensivo, apenas pudo corretear unos minutos aislados y quedar como último orejón del tarro detrás de los Insúa, Rinaldi, el Tronco Husillos, el Toti Iglesias, Rubens Navarro y Eber Bueno. Tras la experiencia hecha realidad en apenas 3 partidos pero con 1 gol convertido, resignó fama a cambio de rodaje y aceptó de buena manera el préstamo a El Linqueño para curtirse de lo lindo en el Regional. Pero contra todos los pronósticos, 1984 le tenía reservado una vuelta al fútbol grande. No seguramente la soñada, pero vuelta al fin. Con la camiseta de Kimberley jugó 5 partidos sobre 6 en una primera fase de terror para el conjunto marplatense durante ese campeonato Nacional. Derrotas sin anestesia como los 5 a 1 con Independiente; el 7 a 0 y el 3 a 0 contra Chacarita decretaron una pronta y bastante penosa eliminación. Y por qué no pensar que hasta lo hayan convencido de que un taco era simplemente un palo de madera.