Pablo Javier Cucit
Podría haber sido uno de los tantos habitantes de este sitio que por haber tenido un solo partido en Primera se ganaron un merecido reconocimiento. Sin embargo, la historia de Pablo Cucit tiene un valor agregado difícil de obviar: es primo hermano de Gabriel Batistuta. Ese parentezco le dio oportunidades de mostrarse, claro está. Pero también lo condicionó en el largo camino de la consolidación que nunca pudo alcanzar. Volante zurdo por vocación pero marcador de punta obligación, se topó de un día para el otro con una inmejorable oportunidad en su natal Reconquista. «Un día, en el cumpleaños de una de las hermanas de Gabriel, mi tía me preguntó como andaba en el colegio. Como noté algo raro, le pregunté a mi viejo qué pasaba y me dijo que Gabriel me iba a dar una mano. Creí que era para probarme en Boca, pero resulta que era para ir a Italia. No lo podía creer, ¿sabés cómo estaba?«, declaró años después en la Revista Mística.
A fines de 1996, el Bati le abrió las puertas del imperio que había construído. Bajo su recomendación, lo hizo ingresar a la Fiorentina, donde estuvo entrenándose durante 5 meses. Y no sólo eso, sino que además le dio techo y comida. El caso no pasó desapercibido para la prensa italiana. Al llegar a su primera práctica, Pablo fue rodeado por varios periodistas y por algunos fanáticos que, deslumbrados por el lazo de sangre que unía al pibe con el goleador, llegaron a pedirle fotos y autógrafos como si se tratara de una verdadera estrella.
Su periplo europeo arrancó bien. En el primer partido de entrenamiento entre los titulares y la Primavera (la Reserva), marcó un tanto en la primera pelota que tocó. «Cuando metí el gol, Gabriel dijo ‘Qué golazo hiciste, pero todavía te faltan tres para alcanzarme’. Claro, él ya había metido cuatro y no lo podían parar«, afirmó el defensor.
Tres meses en la casa de su primo y otros dos en la concentración de la Fiore parecían acercarlo al sueño de jugar en el Calcio. Pero la llegada del brasileño nacionalizado belga Luiz Oliveira terminó con su fantasía. A pesar de estar en el plantel de la Primavera, ocupaba plaza de extranjero. Ese aspecto, que en un primer momento no tuvo en cuenta, lo alejó de la institución y lo mató anímicamente.
A su regreso al país se cobijó en Reconquista (donde había jugado en Platense y en Atlético y Tiro), pero pronto lo recuperó el técnico de las inferiores de Ferro, Cacho Giménez, que se lo llevó para Caballito. Se probó y quedó en el Verde pero un problema con Miguel Ángel Tojo, entrenador de la Quarta y la Quinta, le cerró los caminos. Cuando abandonar el fútbol parecía ser la salida, otra vez Giménez le consiguió una prueba en Racing. Aprobó la evaluación futbolística y luego de un tiempo en inferiores pudo lograr lo que anhela cualquier jugador, debutar en Primera. Y se dio de la manera más imprevista: en mayo de 1999 era el capitán de la Reserva cuando se lesionó Hugo Corbalán (en aquél entonces suplente del suspendido Sergio Zanetti) y el pibe tuvo que jugar de movida ante Gimnasia y Esgrima de La Plata gracias al llamado dedsperado de Gustavo Costas, que ni siquiera lo había convocado para entrenar en la semana previa.
Junto a Luciano Castillo, Vicente Principiano, Juan Manuel Zubeldía, Emiliano Yocco y Lucio Orellano, Cucit formó parte de una camada que no triunfó demasiado. A decir verdad, no triunfó nada.
Después de su aporte poco valorado para nuestro fútbol volvió a desperdigar su talento en la liga Reconquistense, defendiendo los colores de Atlético y Tiro. Ahí juega de volante y hace muchos goles. Es que, por esos pagos, mucho no se puede hacer. Si uno nació machito se dedica al fútbol o a la pesca. Y si nació nena, elige el mundo de la realeza, como Carolina Cucit (en la foto, de amarillo), una simpática chica de la zona que participó de la Fiesta del Surubí en 2006 y se coronó como 1° Princesa de los pescadores. ¿Será algo del olvidado Pablito? No sería la primera vez que un pariente lo hace un poquito más famoso.
Juan Pordiosero
La parto a la hermana
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Gracias por tanto Baldosa.
Baldosero 10000%
Igual, alguna virtud tenía el pibe. No solamente por ser el primo del Bati iba a poder mantener la mentira tanto timpo y distintos clubes. O capaz que sí. ja
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Es bueno el Post, pero antes que nada hay que aclarar algo, soy nacido en Reconquista y Pablo o «El chueco», como es mejor conocido tuvo un accidente donde quedo hecho bosta y eso lo alejo del fútbol profesional. Igual la boludez de si naciste en el norte no te queda otra… soy Abogado y de Reconquista. Más alla de todo muy buena la página
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La verdad no Tenes ni idea de lo que decís, deberías averiguar un poco mas antes de escribir de alguien. El chueco, no solo era y es un gran jugador de fútbol, sino que además es una persona increíble, jamás le gusto decir que es primo del Bati, por otro lado lo que no decís es que en su debut en primera salió a los pocos minutos porque le rompieron la nariz de un codazo, la cual al dia de hoy la tiene torcida, sino que en ese momento racing presenta una quiebra adonde deja libre a todos los jugadores sin contrato, y otra cosa que no comentas es que cuando lo dejan libre iba a firmar con Atletico Rafaela, y tuvo un accidente que le costo su carrera, estuvo mas de un año con clavos en la pierna. Al día de hoy es invitado en la senior de AFA de colon de Santa fe, porque sigue siendo el tremendo jugador que fue siempre. Sos impresentable como periodista si pensas que Pablo jugaba por ser primo del Bati, y ademas de ser mal periodista demostras que no sabes nada de futbol
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