Gallardo al Newcastle (1998)

Después de no conseguir el rótulo de primera figura internacional en el Mundial ´98 por, entre otras cosas, aquella decisión de Daniel Passarella de no juntarlo en la cancha con El Burrito Ortega, Marcelo Gallardo volvió a sumarse al plantel de River Plate con el fastidio y el malestar de a quien le prohíben, a rajatabla, volar del nido paterno.

Y así, tras quedar afuera de la Libertadores ante Vasco Da Gama, El Muñeco se convirtió en un manojo de quejas y nervios que exigía su postergado traspaso a Europa. Luego de esperar -en vano- propuestas de alguno de los clubes grandes de España o de Italia, finalmente un fax con un número convincente llegó desde Inglaterra.

El Newcastle ofreció 15 millones de dólares para sumarlo a un prometedor plantel donde ya estaban Alan Shearer, David Ginola y Nolberto Solano, entre otros. Fue tanta la excitación de Gallardo por la posibilidad que hasta aceptó ganar una cifra menor que la que tenía estipulada en el menemista contrato firmado con los de Núñez. ¿Y entonces que pasó?

Sucedió que River -o mejor dicho el dúo Dávicce / Pintado- estaba conforme con los 15 palos verdes, pero los quería libres de cargos, comisiones e impuestos. Tras un tira y afloje que duró un par de semanas, los ingleses cerraron las negociaciones de una manera simbólico ¿Cuál? Cediéndole la camiseta número 10 –reservada para El Muñeco– al veterano delantero John Barnes.

Gallardo permaneció la temporada 98/99 en River Plate, jugando poco y en un bajo nivel. Finalmente, se convirtió en el último de los reconocibles pollos de Passarella en llegar al fútbol europeo cuando pasó –en una cifra menor a la que ofrecieron los ingleses en su momento- al Mónaco de Francia, donde su apodo se traduce con el poco varonil apelativo de: Poupée…

4 comentarios en “Gallardo al Newcastle (1998)

  1. si poupe el resto de la historia es que salio campeón en Monaco , siendo la figura del campeonato , con trezeguet y Henry de escuderos. Lo eligieron 2 veces el mejor jugador de Francia .

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  2. Poupee, como la hermana de la Pradón.
    No le sienta tan mal a Marcelito el apodo afrancesado, más que nada teniendo en cuenta su etapa como jugador de uña fácil.
    Reconozco que como DT ya se fue haciendo más hombre y dejó esas mariconadas de su juventud en el pasado, hasta en la manera de expresarse.

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  3. No te creas que la mariconeada la dejo de lado, el domingo dijo no de que boludez del planteo de Boca, cuando ayer nuevamente su equipo demostró un apetito por la destrucción que haría las delicias de un Pasucci, de un Krupoviesa.

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