Ida y vuelta: Leyton Orient

Mientras en Argentina, la derogación del decreto 1212 asfixia financieramente a los clubes, hoy Asociaciones civiles, y los empuja hacia un modelo privatizador, Guashito fue a ver al Leyton Orient, un equipo tradicional del ascenso inglés que fue arruinado por la mala gestión de un inversor extranjero.

En la temporada 2013-14, el modesto Orient acariciaba un lugar en la EFL Championship, la antesala de la Premier League. Tras perder por penales la final de los Playoffs por el ascenso, el equipo fue vendido al magnate italiano Francesco Becchetti, quien llegó con la promesa de llevar a los O’s a lo más alto con la ayuda de sus inversiones.

El desenlace no estuvo a la altura de las expectativas de los hinchas. En el primer año bajo el control del italiano, 4 técnicos ocuparon el banco en sólo 6 meses y el equipo terminó descendiendo a la League Two. Sin embargo, a su dueño le pareció que el año no fue tan malo, ya que el Reality show sobre el Leyton que él mismo había montado en su propio canal de TV en Italia fue un éxito para los jóvenes tanos que querían mudarse a Londres y conocer tanto la ciudad como el fútbol británico.

La temporada 2015-16 empezó bien y parecía que devolvería al Orient a League One pero a la mitad de la temporada el equipo bajó estrepitosamente a mitad de tabla, el DT fue despedido y Becchetti no fue muy paciente con el nuevo cuerpo técnico, ya que luego de ganar un partido de local en Boxing Day, el excéntrico dueño bajó al terreno de juego y le dio una patada a uno de los ayudantes de campo, lo cual le valió una sanción de la EFL debido a su conducta violenta. Claro que al italiano eso no le parecía grave, siendo que al mismo tiempo el gobierno albanés había expropiado sus bienes en ese país -donde el magnate había hecho gran parte de su fortuna- y solicitaba su extradición en medio de un juicio por fraude, impuestos impagos y lavado de dinero. Por supuesto que Leyton ese año tampoco logró ascender.

Si bien para la temporada 2016-17 todos creían que se había tocado fondo y nada podía ser peor, otra vez subestimamos el tamaño de las cagadas que se puede mandar el dueño de un club. El torneo empezó con problemas para pagar los sueldos de los jugadores y siguió con un pedido de quiebra por parte de las autoridades británicas debido a impuestos impagos por 250.000 libras y la amenaza de la EFL de una quita de puntos a menos que se regularice la situación. Dentro de la cancha las cosas tampoco iban bien, los tres mejores jugadores dejaron el equipo y los técnicos se quejaban de las intervenciones de Becchetti en sus decisiones futbolísticas. Así fue como desfilaron otros 5 técnicos, sumando 11 en solo 3 temporadas.

Los hinchas presionaban para que el italiano vendiera el equipo pero este dijo que no lo haría por menos dinero del que lo había comprado. Así fue como comenzaron a juntar dinero y se reunieron bajo la figura jurídica de «Leyton Orient Fans’ Trust» con el objetivo de salir a rescatar el club en el caso que avanzara el pedido de quiebra y se tuvieran que liquidar sus bienes.

En ese contexto, Orient jugó su último partido en Football League. Cuando el descenso ya era un hecho, los hinchas furiosos e impotentes invadieron el campo y suspendieron el partido. Si bien siempre fue un club modesto, en 112 años nunca había descendido a Conference (los torneos regionales amateurs conocidos como «non-League»). Ya no había lugar para Francesco Becchetti en Leyton y el club ya no representaría ningún negocio para él. Luego de la estrepitosa caída a Non-League, un consorcio liderado por el CEO de Dunkin’ Donuts y confeso hincha del Orient, Nigel Travis, compró las acciones del italiano en el club y tomó su control.

Tras dos años en Non-League, Leyton Orient ganó la National League y logró así su vuelta a Football League, el lugar donde siempre se sintió cómodo.