El fútbol y el boxeo van de la mano en muchos aspectos, uno de ellos tiene que ver con distintas circunstancias que llevan a un boxeador profesional a vestir sobre el ring los colores del club de sus amores. Algunos casos (la mayoría) tienen que ver con una iniciativa propia, sin segundas lecturas. En las peleas preliminares, donde los boxeadores son mucho menos conocidos, subir al ring con una camiseta puede volcar la preferencia del aficionado, según su gusto futbolístico.
Para los boxeadores de primera línea, la camiseta, el pantalón, las medias y las botas haciendo juego, representan generalmente el fanatismo; en una menor porción el agradecimiento a un club determinado (por el uso de sus instalaciones para la preparación, por ejemplo) y en una ínfima parte a un vínculo comercial.
Algunas décadas atrás, Horacio Accavallo, campeón mundial mosca, subía al ring con una bata con el escudo de Racing Club y el boxeador más importante de la historia del boxeo argentino, Carlos Monzón, era un reconocido hincha de Colón de Santa Fe que, sin embargo, en sus comienzos entrenaba en Unión, el clásico rival.