Ruiz Raul

Raúl Osvaldo Ruiz
Promesa de la cantera racinguista que no pasó de las vanas ilusiones generadas en un puñado de simpatizantes académicos. Asomó casi simultáneamente con Germán Arangio, pero a diferencia del campeón del Mundo en Qatar ’95, no tuvo demasiado vuelo internacional.
Lo suyo se remitió al paño local, donde tampoco logró trascender debido a sus pocos minutos en cancha. Su breve participación en Racing se vio condicionada por la gran cantidad de delanteros contratados en la época de Juan De Stéfano y Osvaldo Otero. A los jugadores nacidos en el club (Juan Ramón Fleita, Luciano Oliveri), se le sumaron otros como Silvio Carrario, Marcelo Delgado y Mariano Armentano. Incluso tuvo que pelear un puesto entre los suplentes con Martín Mandra. Quizás eso lo llevó a retrasarse en el campo, con el tiempo, ya que terminó jugando de enganche.
Desde su debut en 1995, hasta mediados 1996, disputó 5 partidos en los que no pudo convertir. También ingresó en algunos amistosos e incluso fue titular en dos partidos (uno ante el Jubilo Iwata y otro ante el Verde Kawasaki) correspondientes a un gira por Japón.
Después recaló en Olimpo de Bahía Blanca, en el Nacional B, pero jugó muy poco en la temporada 1996/97, perjudicado por la presencia de otros delanteros como Bazán Vera, Almada y el Cota Álvarez. Siguió en esa categoría pero con la camiseta de Arsenal (1997/98), donde no hizo nada del otro mundo y pasó al Almirante Brown (1998/99). Allí rendiría de forma aceptable ganándose la posibilidad de retornar en un futuro no muy lejano. Increíblemente pasó al Deportivo Morón, donde tuvo dos chances de mostrarse. Primero en la temporada 1999/2000 y después en la 2001/02. En el Gallito conoció a Maxi Natalicchio y a Javier Cordone, entre otros. En el interín regresó a Brown (2000/01) y culminó su campaña en el club con 47 partidos jugados y 13 goles.
En julio de 2002 encaró para Ingeniero Maschwitz y se incorporó al Deportivo Armenio, institución que le dio la posibilidad de ir a jugar al exterior. Al año siguiente aprovechó el éxodo de sus compañeros José Bilibio, Eduardo Davila, Miguel Cisterna y Juan Pablo Pertalta, y se fue con ellos a triunfar en el Pyunik Yerevav de Armenia. Y no le fue nada mal porque pudo jugar en rondas eliminatorias de la Champions League.
La temporada 2004/05 lo encontró de nuevo en la Argentina jugando para el equipo de la colectividad. En julio del año pasado fichó para Comunicaciones , en la Primera B, y aún continúa allí, con sus mechas largas, entrenando y jugando al lado de otros conocidos como Guillermo Leiva y Cristian Aragón.
En los archivos de los coleccionistas de revistas deportivas, las escasas fotos relacionados a su pasado en Racing ya comienzan a ponerse amarillas, borrosas y con olor a viejo. Evidencias de una trayectoria bien baldosera que sabe poco de primeras planas y días de gloria.

Juan Pordiosero

6 comentarios en “Ruiz Raul

  1. esta jugando bien, el sabado encima hizo 3 goles y de a poquito se esta ganando la titularidad (si es q no se la gano del todo). de a poquito me esta cerrando el orto. segui asi chabon!!!

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  2. Jugaba Ruiz para Comu, en 2006, y para la última fecha vs. Los Andes (B Metro), Comu se había salvado del descenso, pero empatando tenia que jugar el Permanencia con Excursio (2do de la C). Ganando, Comu zafaba de todo. Ruiz venía mal con una parte de la hinchada cartera, con los más duros, por alguna vez que saludó a su ex equipo (Armenio) y no saludó debidamente a la propia hinchada, o por algún gesto que hizo. Lo puteaban todos los partidos, pero el tipo jugaba. Como que para los hinchas más grandes ya estaba bien, lo habían puteado, y había cumplido los siguientes partidos, saludando religiosamente. Pero la barra no se lo perdonaba. Faltando dos minutos de ese último partido, penal para Comu. Y el chabón corre y pide la pelota para patearlo él. Silencio absoluto en la tribuna de Comu. Tensión, expectativa: ¿qué querría hacer? ¿Tirarla a las nubes y vengarse? ¿Embocarla y ganar el partido para salvar al equipo? Un minuto eterno, mientras acomodó la pelota. Con sangre fría tomó carrera y la metió. Gol y salvación en el minuto 88. Los que lo habían puteado decían, bajito: «Este tipo tiene unos huevos…»

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