Guerrero Celso

Celso Gerardo Guerrero

Su imponente físico y sus cachetes XXL mitificaron su figura. Hay gente que dice que lo vio en medio de un partido con el ombligo al aire o haciendo fuerza por ponerse el buzo dentro del pantalón. Arqueros excedidos de peso, vale decir, hay muchos. Pero no todos han sufrido la crueldad de ser apodado «Cerdo».

Su carrera fue un misterio. No hay datos certeros sobre el comienzo y el final de sus días en el fútbol, pero tuvo un momento de mayor exposición, allá por mediados de los 90’s, cuando atajó en arcos importantes y, por supuesto, vino a la Argentina para ganarse el homenaje en este sitio.

En 1993 defendía la valla de Libertad de Paraguay cuando fue citado a la Selección albirroja. Y pese a que en ese entonces ya estaba el gran José Luis Chilavert, a Guerrero le dieron la oportunidad de lucirse en dos partidos. Una victoria 1 a 0 ante Bolivia y una derrota 2 a 0 frente a Brasil.

Con esa chapa de portero internacional (integró la lista de la Copa América de Ecuador), recaló en Estudiantes de la Plata para disputar la temporada 1993/94. De ser titular, ni hablar. En aquel momento tuvo que pelear un puesto con Arturo Marcelo Yorno y mirar de reojo a dos juveniles que prometían, Gastón Sessa y Carlos Andersen.

La experiencia en nuestro país fue agridulce, porque a pesar de haber descendido con el Pincha, tuvo la dicha de compartir entrenamientos con Carlos Cenci, Gonzalo Gaitán, Mauro Amato, Alejandro Larrea, Martín Mazzuco, Néstor Soria, Adrián Paz y Freddy Vera, entre otros.

Sin embargo, lo verdaderamente malo llegaría después. En 1995 arribó a Perú para ser arquero de Universitario de Lima. En sus primeros partidos, rindió a la altura de lo esperado, pero sucedería algo que marcaría su trayectoria. En el clásico ante Alianza Lima, en la primera ronda, Guerrero se comió 6 goles y fue crucificado por la prensa local (ver Los chanchos no vuelan) , que no dudó en hablar más de su panza que de sus condiciones técnicas.

Por ese partido y sus naturales esquirlas, el paraguayo perdió el puesto. Fue suplente en varios encuentros hasta que recobró la titularidad para jugar el duelo ante Alianza, por la segunda ronda. Y ahí sí, firmaría su despedida. Sólo no pudo impedir un gol de tiro libre del brasileño Marquinho. Pero la situación era irrevesible. La caída 1 a 0 casi lo hizo desaparecer del mapa.

Tiempo después estuvo en el Atlético Tembetary de su país y, en algún momento que no podemos precisar, se debe haber retirado para estar tranquilo y no tener que atarse a las dietas que exige el profesionalismo.

En los últimos años se lo vio dirigiendo en el ascenso, en el banco de Presidente Hayes y hace unos meses asumió en el Atlético 3 de Febrero como ayudante de Hugo Ovelar, otro baldosero, obvio.

14 comentarios en “Guerrero Celso

  1. De Tembetary es Pipino Cuevas, ¿no? De ahí lo compró en River en algo como un millón de dólares después del Sudamericano del 99. Estaba en la segunda de Paraguay en ese tiempo. Debe haber jugado con el cerdo.

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  2. Este paquetazo fue responsable directo de una de mis 1ras amarguras deportivas…tenia 13 anios en ese 6 a 3 q los negros nos metieron en la letrina q tienen por estadio…con cada gol parecia q se desparramaba mas…

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  3. celso guerrero era arquero de libertad y luchaba por el puesto con cèsar velàzquez, de cierto barniz baldosero. después de cada práctica de libertad se iba a un barcito que está detrás de la cancha sobre la vía del tren y era protagonista de unas meriendas inolvidables que incluían sandwichs de milanesas, tortillas y una gaseosa cola de litro y medio por tarde.

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  4. Hola. Interesante página. Soy el autor de la nota «Los chanchos no vuelan». Mi blog se ha llenado de visitantes por ese link. Prometo postear más artículos futboleros a ver si engancho lectores. Estoy presto a cualquier colaboración. Saludos y gracias.

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