
Luego de una más que buena temporada en el xeneize y ya convertido en Campeón del Mundo tras su participación en México 86, la dirigencia de Boca se salía de la vaina (?) para convertir el Chino Tapia en una carretilla llena de dólares que taparan los mil y un agujeros que había en la economía del club.
Por eso, a mediados del segundo semestre de 1986, ante la supuesta desesperación del Nantes de Francia por asegurarse a Tapia y un empresario de turno que iba y venía frotándose las manos, Don Antonio Alegre tiró de la cuerda más de lo aconsejable. ¿Y qué pudo haber pasado con una operación que ya estaba prácticamente hecha y les cerraba a todas las partes? Tapia tuvo que seguir en Boca un año más y recién en 1987 se mudaría a Francia, pero no al Nantes sino al Brest.
Pobre Don Antonio…recién tenía un año en el club…derecho de piso que le dicen. Un palo en esa época era un vagón de plata…ahora un buen empresario te vende a Marino por esa plata y sin rodete…
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