Márcio Vaucher Peres
Los noventa, la convertibilidad y el “deme dos” lograron que cualquier cosa que tuviera la etiqueta “Made in Brazil” se instalara, de manera casi incuestionable, en nuestro país. Así, sin darnos cuenta, y con suerte dispar, nos invadieron Xuxa, Axé Bahía, Terra Samba, É o tchan!, Derek López, As Meninas, Mara Maravilha, el Guaraná, pastores evangelistas a mansalva y, fundamentalmente, baldoseros con ganas de hacerse unos mangos, aprovechando la fortaleza del peso argentino frente al alicaído cruzeiro brasileño.
En 1993, Rosario Central, dirigido por Vicente Cantatore, no quiso quedarse afuera del fenómeno del momento y se llevó a cuatro brasucas al precio de tres. Así arribaron a Arroyito Alex Sandro Rossi, Juca y Fabio Giuntini, todos debidamente homenajeados en este sitio. Apenas el primero, que hoy lucha día a día contra su adicción al crack, pudo hacer pie en el fútbol argentino. Los otros debieron conformarse con sumar un sellito en su pasaporte antes de volver a casa.
Lo que desconocíamos hasta hoy era al último integrante de ese cuarteto brasileño que trató de tomar Rosario por sorpresa y fracasó en el intento. Con ustedes, Márcio Vaucher Peres.
Surgido de las divisiones inferiores del Grêmio de Porto Alegre, donde coincidió con Roberto de Assis Moreira, el hermano de Ronaldinho Gaúcho, Peres hizo sus primeras armas en el fútbol profesional como lateral por izquierda en Botafogo de Río de Janeiro en la segunda mitad de la década del 80.
Sin embargo, en el conjunto carioca nunca pudo afianzarse y años después encontró su lugar en el mundo dentro de su Río Grande do Sul natal con los colores de Internacional. ¿De Porto Alegre? Nah, uno un poco más modesto, el Esporte Clube Internacional de Santa María, un tradicional equipo gaúcho más acostumbrado a gambetear el descenso que a pelear campeonatos. Allí se convirtió en un histórico de la defensa y alternó buenas y malas con Alex Rossi, quien podría haber oficiado de nexo para su llegada a Arroyito.
Solo se alejó dos veces de Santa María, ambas en 1993. Primero cuando disputó el campeonato gaúcho para el Esporte Clube Guarani de Venâncio Aires y a mediados de año cuando estuvo a prueba en Rosario Central.
Son casi inexistentes los recuerdos que dejó en la Chicago argentina. Sin pinta de futbolista, apenas dijo presente una vez, en un amistoso ante Cerro Porteño de Paraguay, disputado en el Gigante. Pocas semanas más tarde estaba de nuevo en el Inter de Santa María, donde, suponemos, se retiró.
Recién volvimos a tener noticias suyas casi 15 años después, en 2008, cuando lo encontramos trabajando para la Academia de Futebol Ronaldinho Gaúcho, siempre de la mano del hermano de Dinho. Assis también fue el que lo llevó al Porto Alegre Futebol Clube como coordinador del programa Joga Alegre, dedicado a buscar jóvenes talentos en barrios carecientes de esa ciudad.
Hoy, alejado de los medios, vive en su Alegrete natal y se dedica a la venta de autos. Y así pasaba la historia de Vaucher Peres, un defensor brasileño entrado en kilos por el que nadie ponía un peso. Ni siquiera en épocas de vacas gordas.

lastima que a los pastores evangelicos no los pudimos erradicar como hicimos con esos horribles cantantes brazucas… malditas lacras !
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naaa, ya por llamarse «Voucher» merece post baldosa
p.d: de la lista de bandas y/o solistas ladri-brasileños falto Reflexus….
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Por lo poco que se lo ve parece Wainraich con pelo
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1. Que lo parió, este Voucher está más gordo que yo.
2. Me leí la nota de Alex Rossi. Pobre chabón, está hecho mierda. Dios le dé fuerza y claridad para rescatarse.
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Ignorancia total, estos brazucas que se hacen pasar por «pastores evangélicos» no son evangélicos, son de otra fuente, no amontonen por respeto a quienes si son evangélicos y no tienen nada que ver con esta mugre de ladrones, perdón creí importante aclararlo, gracias!!!.-
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en Nuls había un tal dada o algo asi por la misma época este ni a baldosa llega , lo que si merecería un post es el adefesio de camiseta que usaba central…..una patada a los huevos del buen gusto…
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Olodum va como cosas brazucas que nos quedaron en los 90s
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