Un galgo acogotado

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Hubiera sido impagable estar presente en la fiesta de cumpleaños de Guillermo Cóppola aquella noche del 12 de octubre de 1988, horas después de un España 1 Argentina 1 por la Copa de la Hispanidad. Pero no pudo ser (?).

Y no precisamente para ver la cabellera de Caniggia, la abundante comida, bebida o las chicas y los jarrones que iban de un lado para el otro. Nos referimos a Gustavo Galgo Dezzotti, quien muy suelto de cuerpo (?) se mostró con el último grito de la moda italiana en cuanto a técnicas de ahorcamiento camisas de cuello alto. O en realidad, cuellos altos con una camisa abajo.

Córdoba 4 – Boca 1

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El jueves 28 de agosto de 1975, el estadio Municipal del Arcángel llenó sus 22.000 butacas (?) para la fecha final del triangular “Ciudad de Córdoba” en España. Trofeo que se entregaría a Boca en caso de ganar o empatar. Pero esa última jornada de una extensa gira por España, más el agravante de agarrar al local bien descansado y encima tener a Hernandorena en la valla, terminó en una paliza descomunal.

A los 20 Boca ya perdía por dos goles. Descontó Potente antes que termine el primer tiempo y todo hizo pensar en una remontada para la segunda parte. Pero nada más lejos. Bajo la batuta de Daniel Onega, el Córdoba redondeó un victoria final 4 a 1 que pudo haber tenido tres o cuatro goles más, errados en forma increíble.

El equipo de Boca que deambuló en el campo de juego puesto por el técnico Rogelio Domínguez fue Hernandorena que hace dos meses no jugaba un mísero partido, Pernía, Luis La Fuente, Mouzo, Tarantini, Chino Benítez, Trobbiani, Potente, Daniel García, Brizzola y Felman. En la foto se saludan antes del partido el Tano Pernía y Daniel Onega, ex River quién a esa altura era eje de una polémica al asegurar que por “100 millones” aceptaría sin dramas la doble nacionalidad.

Gracias Ale_Carro

Ojota con Villalba

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Absolutamente nada para reclamarle al Negro J.J. López, quien luce un pantalón de gimnasia rojo y más o menos (?) emparda la cosa. Muy respetable lo del Nene Comisso y el Ruso Domenech, quienes tal vez fieles a sus principios metieron jogging y zapatillas sin que les importara nada.

Ahora, lo de Carmelo Villalba en 1985 es muy difícil de justificar. Bajar a una playa de Río de Janeiro y posar delante de una palmera con las míticas adilette, jean sin cinturón y chomba adentro del pantalón, hace dudar seriamente de lo positivo de su aporte a ese plantel del Bicho que estaba a horas de un triunfo clave al Vasco da Gama. Por lo menos su aporte afuera del campo de juego.

Vittoria Setubal 2 – Boca 3

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En el marco del triangular “Ciudad de Córdoba” en España, Boca se enfrentó el miércoles 27 de agosto de 1975 frente al Vittoria Setubal de Portugal. Los lusitanos habían empatado sin goles 24 horas antes frente al Córdoba de España, quién por ser el local, está clarísimo que toqueteó el orden del fixture a mansalva.

Envuelto cuándo no en una desatada interna entre jugadores y DT, Rogelio Domínguez finalmente paró en cancha a Vidallé, Tano Pernía, Luis La Fuente, Roberto Mouzo, Tarantini, Chino Benítez, Trobbiani, Potente, Felman, García Cambón y el Picky Ferrero, quien en esa jornada se despedía del xeneize.

Sin embargo, todos los flashes se los terminó llevando Patota Potente al marcar los tres goles de Boca. José María y Alfredo habían empatado transitoriamente el partido dos veces. Aquí en la foto vemos a Ferrero luchando una pelota con el arquero Vaz.

Gracias Ale_Carro

Ávalos Hugo

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Hugo Oscar Ávalos

A todos los pibes de las inferiores de Boca que llegaron a Primera desde el año 2000 para acá y amagaron con abrir la boca para quejarse de la realidad que les tocó vivir, habría que sentarlos, acomodarlos (?) un poco y mostrarles cómo eran las cosas un tiempo atrás. O cómo eran las cosas puntualmente en casos como el de Hugo Oscar Ávalos.

Marcador de punta derecho nacido en junio del 64 y que con 20 años fue sacado de apuro de La Candela y tirado a la hoguera que fue el Boca del 84. Huelga de profesionales de por medio, fue usado, entre otras cosas, para juntar once jugadores y poder salir a los campos de juego. Así fue como vio la luz de la fama en la segunda rueda del Metro pero, como no podía ser de otra manera, en forma accidentada.

Para arrancar hay que hablar de un debut trunco como el que fue en los 65 minutos jugados contra Chacarita en San Martín, partido que se suspendió por una batalla campal entre las hinchadas y terminaría días después sin que se abra el marcador. Tras el arranque fallido vendrían dos piñas en el mentón para jugadores, dirigentes, Marito Zanabria técnico interino e hinchas. Derrotas 1-4 con River en el Monumental y 1-5 con Argentinos haciendo de local en el Bosque platense.

Como si toda la malaria no fuera suficiente, es justo recordar que Ávalos ni siquiera pudo moverse en su puesto. Tuvo que jugar de primer marcador central. Lugar de la cancha donde se pagaban todos los platos rotos habidos y por haber.

Tras mucho freezer, desaparición y misterio absoluto, Ávalos reapareció un buen día allá por agosto de 1986, o sea casi dos años después, para jugar dos partidos más. No es que hubiera mucha manteca para tirar al techo pero es indudable que ya había condiciones mucho más favorables. Primero y principal, jugó esos dos partidos haciendo de local en la Bombonera. Y segundo, se movió en su puesto, o sea de cuatro.

Su vuelta a las canchas fue básicamente porque Boca se tiraba de lleno a la Libertadores 86 y Zanabria, técnico ya confirmado en el cargo para ese entonces, lo conocía bien. Así fue como formó mulettos que empataron 0-0 con el Pincha y le ganaron 1-0 a Deportivo Italiano por la primera rueda de la temporada 1986/87. Fueron actuaciones prometedoras y en las que ayudó a mantener el arco en cero pese a estar acompañado por Juan Amador Sánchez, Zacarías y el Oveja Bordet.

Pero así como volvió inesperadamente, desapareció de un día para el otro de la faz de la tierra dejando en las estadísticas 5 partidos oficiales. Y lo de desaparecer es literal. Nunca más jugó en Boca y nunca más se pudo rastrearlo en otro equipo.

(Publicado originalmente en Imborrable Boca)

Racing de Córdoba Adidas genérica 1985

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Seguramente Racing de Córdoba se preparó a todo trapo para recibir en su cancha al River del Bambino Veira a comienzos de la temporada 1985/86. Pero no alcanza con que el campo campo de juego estuviera en perfectas condiciones, el pasto cortado impecablemente y las tribunas casi llenas. Bah (?), por lo menos a nosotros no nos alcanza. Y más cuando nos vemos en la obligación (?) de demostrar que ese 22 de septiembre Del Mul, Noriega, Tavares, Quiñones, Ozán, Barrios, Salinas, Cabral, Humberto Rafael Bravo y Oyola fueron obligados a usar una camiseta suplente toda azul, genérica de Adidas pero sin escudo, ni logo de las tres tiras ni la publicidad Pall-Mall que usaba habitualmente en las camisetas titulares. ¿Cábala o tratar de sumar porotos frente al vecino precursor en estos menesteres? Ni idea.

Paternoster Hugo

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Hugo Fabián Paternoster

A comienzos de la década del ’80, algo muy groso empezó a gestarse en el Club Ferro Carril Oeste. Y no nos referimos ni a la base de un equipazo que pelearía y ganaría campeonatos, ni a la sabiduría de su entrenador emblemático, ni mucho menos a la cantidad récord de socios que practicaron tenis en sus canchas de polvo de ladrillo. Ojo que tampoco estamos hablando de las constantes apariciones televisivas de Rolo Puente. La mención es ni más ni menos que para las ejemplares divisiones inferiores del club de Caballito, un lugar casi soñado para cualquier pibe que quisiera meterse por aquellos años en esto de jugar al fútbol.

El semillero verdolaga marcó una época y empezó a dar jugosos frutos de la talla de los Oscar Román Acosta o Jorge Antonio Martín. Pero cada tanto evidentemente se colaba uno y de repente nos topábamos por ejemplo con un Hugo Fabián Paternoster. Todo bien, pasa en las mejores familias (?).

Mediocampista nacido en 1965 que paseó sus platinados pero escasos (?) rulos en infinidad de entrenamientos, concentraciones y dobles turnos en Pontevedra. Pero lo que se dice en partidos de fútbol, tuvo apenas 90 minutos para hacerlo. Así que en 1982, mientras Ferro era la sensación del campeonato local, nuestro homenajeado se las rebuscó para tener su único partido en la máxima categoría. A su favor podría decirse que las formaciones del Verdolaga salían prácticamente de memoria domingo tras domingo, y para un pibe con cero rodaje era casi imposible pelearle un puesto a Cacho Saccardi, Arregui o el paragua Adolfino Cañete, en un mediocampo que marchaba como un relojito.

Sobre lo que vino después hay muy pocas certezas. Los que más saben nos juran de supuestos pasos con las camisetas de Laferrere (1986/87), Comunicaciones y Almirante Brown, ya sin los rulos al viento. Así que quedamos a la pesca de cualquier información que ande boyando por ahí y pueda ayudar a completar este descarado robo post.

Argentina 2 – Resto de América 1

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El 25 de septiembre de 1991 la Confederación Sudamericana de Fútbol decidió festejar su 75 aniversario con un partido entre la selección Argentina y un combinado de Resto de América. Encuentro a realizarse en el estadio de River y con arbitraje del uruguayo Filippi. Dicho así suena de maravillas (?), pero hubo una historia poco feliz que dio como resultado 3259 populares y 2559 plateas vendidas. Números que hicieron que la AFA apenas saliera hecha y que TyC, empresa que ligó la televisación sin concurso ni licitación previa. perdiera varios miles de billetes. Una lástima (?) teniendo en cuenta la presentación en casa de un seleccionado que había llegado a la final en tres de los últimos cuatro mundiales y venía de ganar la Copa América luego de 32 años.

Semanas antes se había empezado a organizar la fiesta (?) soñando un choque estelar entre la Selección de América contra la de Europa. Y la primera idea era contar con las presencias de Maradona y Pelé más Gullit, Van Basten, Zamorano, Baggio, Butragueño, Pibe Valderrama, Michel, Papin, Branco, Klinsmann, Matthaus, Brehme y otros monstruos.

Pero entre los movidos días de Diego por aquél entonces, más serios problemas de organización, Esteban De Luca bajo a tierra y terminó proponiendo un partido entre el último campeón de la Copa América y un combinado de jugadores del resto del continente. Ojo que así y todo, tambien hubo desprolijidades que bajaron a último momento a Percy Olivares porque estaba cerrando su contrato con el Deportivo Cali, los colombianos Andrés Escobar y Luis Perea por lesiones (?) y a Bebeto por una supuesta fobia a los aviones. Por suerte (?) el brasileño Geovani estuvo en duda hasta último momento, pero arribó a Buenos Aires en avión a las 16.45 y fue trasladado directo del aeropuesto al estadio.

Finalmente Resto de América alistó a Alvez, Virginio Cáceres, Revélez, Quiñonez, Montero, Morán, Del Solar, Geovanni, Cabañas, Usuriaga y Gabriel Loco González. El DT Cubilla mandó a la cancha tras el descanso a Toledo, Maldonado, De Ávila, Antelo e Hirano. Por su parte el Coco Basile puso a Goycochea, Mamita Basualdo, Sergio Vázquez, Ruggeri, Altamirano, Chapa Zapata, Astrada, Tata Martino, JJ Borreli, Medina Bello y el Turco García. O sea, River más dos o tres refuerzos.

Pese a un estadio como siempre muy frío y prácticamente vacío, hubo algo de calor en la San Martín baja cuando se aplaudió al paraguayo Cabañas tras su gol a los 6 minutos. Luego Ruggeri y Claudio García de penal dieron vuelta el resultado.