Gilton Gomes de Sousa (Gilton)
Casi con el mismo ímpetu de un nene encaprichado que se revuelca en el piso para que le compren un juguete caro, este brasileño quiso lo imposible, triunfar como marcador central en el fútbol argentino, sabiendo que muy pocos, como Ricardo Rocha, lo han hecho con algo de decoro.
Empecinado, terco y sin miramientros, trató de cumplir su sueño hasta que vio agotadas las posibilidades.
Nacido en Belo Horizonte en abril de 1983, se radicó en la Argentina y se probó en Colón de Santa Fe con la seria intención de llegar a Primera. Como era pibe, empezó desde abajo, haciendo el típico camino de inferiores. De entrada, a sus compañeros les costó pronunciar su nombre y por eso lo apodaron «yuto». La difícil adaptación se le simplificó cuando conoció, en la pensión del club, a un compatriota mediocampista llamado Mauro Aranha.
Creyente por naturaleza, concurría asiduamente a la Iglesia San Antonio de Padua. En una nota publicada por el Diario Olé, en noviembre de 2002, dio detalles de sus razones: «voy para rezar y dar gracias de la posibilidad que tengo de estar en Colón, luchando por un lugar en Primera. La verdad es que es muy difícil hacerse fuerte cuando uno está lejos. Pero me apoyé en un montón de amigos que conseguí acá, entre mis compañeros, y en mi representante, Guillermo D’Andrea, para aguantar«. A esa altura ya jugaba en Reserva y en poco menos de un año consiguió jugar algunos partidos amistosos con la Primera del Sabalero. En 2003 formó parte del plantel profesional y compartió jornadas con Jorge Martínez, Alcides Píccoli, Juan Manuel Herbella; y los experimentados Pablo Morant y Ariel Pereyra, dos de sus referentes. Lamentablemente, esperó su debut profesional pero nunca le llegó.
Sin lugar, se fue a Patronato de Paraná (2004) con la promesa de volver. Y regresó en mayo de 2004, pero con mucha mala fortuna. El día en el que iba a reaparecer, en un partido de Reserva ante Banfield, el micro que transportaba al plantel sufrió un desperfecto a la altura de Campana, a unos 80 kilómetros de la capital, y el encuentro preliminar se suspendió.
Para colmo, en julio de ese año, el arribo de Alfio Basile le cerró las puertas definitivamente. El Coco hizo una lista negra que lo incluía, junto a Exequiel Marini, Jorge Bontemps, Alejandro Gavatorta, Andrés Romero, Juan Ocampo y el arquero Germán Lemos. Nunca más se escuchó hablar de aquél muchachito de Brasil que soñó con romperla en la Argentina.
Juan Pordiosero
En Patronato la rompía, siempre se iba aplaudido, puro corazón el brasuca. Después de volver a Colón y quedar libre, Patronato lo quiso traer de vuelta y cuando tenía todo arreglado surgió un problema porque no tenía documentos y se tuvo que volver a Brasil. Una lástima.
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Y si, solo en Patronato podría triunfar este brasuca muerto !!!!
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