Julio González
Este paraguayo de nombre completo Julio Valentim Gonzalez Ferreira es muy joven (25-08-1981) quizás para ocupar un lugar en el mundo baldosero, pero su vertiginosa carrera da un excelente material. Su rápida caída fue más veloz aún que su tremendo ascenso. En el 2001 se cansó de hacer goles en Guaraní de Paraguay y fue convocado para el Mundial Sub 20 del 2001 que se jugó en Argentina. Además del ya conocido Javier Saviola, González y el francés Cisse impactaron a los representantes y a los clubes pero el Vicenza de Italia (2001) ya se lo había llevado. Jugó poco y Tabárez lo pidió para Boca. River también lo venía buscando hacía buen tiempo, sin embargo firmó con Huracán (2002). En el globo fue un desastre, jugó 10 partidos y marcó un solo gol. No generaba peligro y zafó porque se fue antes del descenso del equipo de Parque Patricios. Volvió a Vicenza (2002-2003) y cayó tan bajo que volvió a su país. Según un popular diario «su temprana partida a con 19 años, le cortó su proyección en medio de la liga paraguaya y terminó regresando a Tacuary, elenco de baja alcurnia». Su retorno estuvo manchado y con una historia legal muy importante. La justicia ordenó a través de Interpol la detención de su representante, el argentino Jorge Cyterszpiller bajo los cargos de «estafa y apropiación indebida» en la negociación. El club paraguayo no había recibido los 500.000 dólares que le correspondían y recibió la respuesta de que los derechos federativos les habían sido cancelados a Cyterszpiller y las empresas que representaba. Estas finalmente eran fantasmas por lo que el propio González también inició acciones contra el ex representante de Diego Maradona entre otros.
Pasó después por Nacional de Paraguay (2004) y River Plate (2004) de ese mismo país. No obstante se lo puede recordar por un gol a Brasil en la última Copa América con victoria del seleccionado albirrojo y como integrante del plantel en la medalla plateada de los Juegos Olímpicos de Atenas.
Se lo infló mucho, se decía el sucesor de Saturnino Cardozo, se hablaba de un goleador que no era tan goleador, de un jugador muy grandote que no era tan grandote (1,83) y de un futbolista con futuro que…evidentemente no tuvo futuro. Ni siquiera un apodo por el cual trascender.

UPDATE:
El internacional paraguayo resultó gravemente herido en un accidente de ruta en el norte de Italia, entre Vicenza y Padua. De acuerdo a los médicos, sufrió múltiples fracturas, contusiones y un profundo corte en un brazo. Los cirujanos le practicaron una larga intervención de cerca de 12 horas y no dieron elementos que dejen entrever la posibilidad de que vuelva a jugar al fútbol.
González conducía un vehículo todoterreno en compañía de su compañero de equipo, el argentino Gerardo Grighini, de 17 años, en dirección al aeropuerto de Venecia, desde donde debían viajar a sus respectivos países para pasar las vacaciones navideñas.
Grighini fue transportado al hospital con una fractura del peroné de la
pierna derecha.
El delantero sufrió la amputación de un brazo pero logró superar el mal trance. A fines del 2006 le otorgaron la distinción «Il Bello del Calcio» por la valentía, la entereza y los principios morales que mostró tras el accidente. En la ocasión señaló que «no fue tan grave porque me hizo entender que la verdadera belleza del mundo está en la vida. En el hospital había gente que estaba mucho peor que yo e igual me regalaba una sonrisa. Ahora puedo dar mensajes bellos a quienes los necesitan».

Cucu