César Roberto Venier
Promesa inconclusa de Avellaneda que esperanzó a los simpatizantes de Independiente con su juego fresco y ofensivo. Nacido el 11 de febrero de 1975, llegó al Rojo con edad de prenovena y jugó en todas las categorías hasta llegar a sexta, cuando pegó el salto a la tercera gracias al ojo de Hugo Saggiorato, en 1992. Acostumbrado a jugar de enganche y también a recostarse sobre las puntas, fue enamorando a los plateístas que seguían los partidos preliminares y de a poco se fue ganando un lugar en la consideración del cuerpo técnico de Primera.
En 1993 ya pintaba bastante bien y en algunas notas declaraba respecto a la posibilidad de debutar: «es mi sueño, pienso que es el sueño de todos los jugadores. A lo mejor llego, pero todavía falta mucho, la esperanza la tengo«. Cauto y precavido, sabía que debía superar el filtro más importante y además, mantenerse con un buen nivel. La premisa la cumplió a medias porque si bien tuvo su estreno en 1994, no se pudo afianzar y no alcanzó a disputar más de un encuentro en la máxima categoría.
Luego de un bache bastante pronunciado en cuanto información sobre su paradero, reapareció en la temporada 1998/99, cuando jugó junto a Alejandro Naif en el Victoria de Honduras, equipo en el que supo atajar Carlos Prono. Pero más allá de haber convertido algunos goles no todo fue color de rosa. En junio de 1999 le dio positivo un control antidopaje que culminó con su estadía hondureña. Cuando muchos imaginaron que su trayectoria ligada al deporte se moriría en el más absoluto olvido, la palabra del Señor se interpuso en su camino y gracias a una comunidad religiosa de Downey, California (Estados Unidos) encontró un lugar acorde a sus necesidades: poder enseñar sin las presiones lógicas del fútbol profesional, donde nunca pudo hacer pie. Así es como desde hace unos años dirige la escuelita de fútbol «El Encino«, donde instruye a chicos y chicas de 6 años en adelante (la inscripción cuesta 10 dólares) con la simple intención de difundir la actividad entre los fieles de la iglesia con la cual interactúa. De hecho, tanto él como su compañero Ray Guevara hablan con los niños haciendo hincapié en las enseñanzas de la biblia.
Su trabajo solidario no lo ha desviado de su viejo berretín, claro está. Desde hace algunos años juega en el equipo de mayores del Fullerton College y en 2004 fue elegido como Player of the year. Un grosso.
Juan Pordiosero
Estoy indignado. Nadie se aprovechó del apellido del muchacho para hacer un chiste recontra fácil. Ni siquiera Juan lo explotó cuando, de casualidad, dijo «En 1993 ya pintaba bastante bien…»
TIENE APELLIDO DE PINTURA, SE PODRíA HABER DICHO QUE HIZO UNA CARRERA «EN SIMULTáNEO» O ALGO ASí!!!!
Ah, y nadie destacó que el muchacho se llama César, pero en el título dice CARLOS.
MARIANO.
http://www.analisis.delciclon.com.ar
Me gustaMe gusta
Tiene cara de asesino serial !!
Me gustaMe gusta
Este pibe pintaba bien! cuakc!
Me gustaMe gusta
Venier no es tambien una marca de colchones???
O dormí???
Me gustaMe gusta
esa es sommier!
Me gustaMe gusta
venier es de pintura
Me gustaMe gusta
este tipo estaba pintado en el rojo
Me gustaMe gusta
la rompia con matute morales y un amigo, gerardo giordano en el rojo
Me gustaMe gusta
Pintaba bien (ese chiste ya lo hicieron muchos) pero para mí le faltó q le dieran una mano (ESE NO LO HIZO NADIE! Q GROSO Q SOY!)
Me gustaMe gusta
desde aquí mis porras , vaya que bueno que Dios escucha nuestras oraciones, los futbolistas abundan , pero nos hacen falta los sacerdotes SANTOS que en verdad sean colaboradores de Jesús, te admiro por tu desición que Dios te bendiga
Me gustaMe gusta
Me extrañó mucho que no hayan sabido que el muchacho jugó en la Sub-17 de Argentina,
y que Marcelo Gallardo, hoy ídolo de River, no sólo era su compañero sino su suplente.
(Claro, quedando finalmente con su titularidad) Este muchacho tuvo siempre mucha mala suerte.
Solo estuvo un partido en la primera del Rojo por la llegada de Menotti que llevó su grupo consentido.
Hubo siempre una mano misteriosa que apartó a Venier del fútbol. Después de la llegada de Menotti fue transferido a Honduras lo que le ocasionó una terrible depresión que lo llevó a las drogas. Para dar positivo en un control y procurar el knockout definitivo del fútbol en su vida. Muchísimo talento desperdiciado! Los que seguimos al Rojo de esos años lo recordamos muy bien! Un definidor implacable. Remataba de cualquier ángulo y en una fracción de segundo sin dar tiempo a los defensores de acomodarse. Muy parecido al estilo de Batistuta, pero quizás mejor…Más efectivo.
PS: Por favor no omitan que fue parte de la Sub-17 de Argentina. Gracias.
Me gustaMe gusta
Bien Carlos, al fin un poco de sensatez!, yo fui a la escuela primaria con Cesar!, un crak, un fuera de serie, desde muy chico lo demostraba. Grandísimo jugador y gran persona.
Me gustaMe gusta
Pingback: Fuera de stock: La Copa Centenario | En Una Baldosa