Noya Hebert

NoyaHebert

Hebert Omar Noya Cabrera

“Noya es el nuevo refuerzo de Independiente”, decían los diarios allá por julio de 2005. No se trataba del hoy ya veinteañero con eterna cara de niño, fanático del Rojo, sino de un lateral derecho uruguayo de prolongada trayectoria en equipos chicos del paisito, pero desconocido de este lado del Río de La Plata.

Nacido en el departamento de San José en julio de 1976, Noya hizo sus primeras armas en Miramar Misiones (1997 a 1999), antes de sumarse a Defensor Sporting. En el cuadro violeta, donde jugó entre 1999 y 2002, sumó experiencia al lado de jugadores reconocidos como el Ruso Pérez, Gonzalo Sorondo, Marcelo Saralegui y Marcelo Tejera, entre otros.

La siguiente escala fue Deportivo Colonia (2003 a 2005), donde conoció a Emiliano Díaz y al Zinho trucho y que le sirvió para acumular el coraje necesario para tomarse el buque y probar suerte del otro lado del charco. Así fue que a mediados de 2005 llegó a la Argentina para probarse en Independiente.

Julio César Falcioni había asumido la dirección técnica del cuadro de Avellaneda y dejó en manos del presidente de aquel entonces, Julio Comparada, una lista de refuerzos: un lateral derecho, un lateral izquierdo, un volante central, un carrilero y un enganche. «Falcioni me llama cada quince minutos. Lo que pasa es que cada vez que pedimos cotización por alguno, nos piden fortunas», se quejaba públicamente Comparada. Eran épocas austeras y en los cofres del Rojo no había mucha plata para gastar en contrataciones. “No pediremos nada que esté fuera de las posibilidades del club. Eso es fundamental para la llegada de los refuerzos. Creo que con orden, inteligencia y sacrificio podemos disimular otras cosas”, decía el Emperador Julio César.

Así fueron llegando jugadores sin demasiado cartel. Primero aparecieron Bernardo Leyenda y Esteban Buján, dos viejos conocidos de Falcioni. Más tarde se sumaron, entre otros, el uruguayo Marcelo Méndez, Martín Pautasso, Mariano Herrón y Emiliano Armenteros.

En ese contexto, donde cualquiera dispuesto a ponerse la camiseta roja era bienvenido, cayó el defensor Hebert Noya, de 29 años. El lateral estuvo a prueba varios días y, aunque en un momento su contratación parecía un hecho, no le dio el piné para superar el test. Antes de finalizar la pretemporada, Falcioni le dio las gracias y lo apartó del plantel junto a los defensores Rubén Salina, Víctor Gorrasi, los mediocampistas Fernando Lorefice y Hernán Losada y el atacante Mauro Fanari.

Cabizbajo, juntó sus cosas y regresó a Deportivo Colonia (2005/06) donde lo esperaban Marcelo de Souza, Carlos Camejo y Yair Rodríguez. Sin embargo, no estuvo mucho tiempo. El club pasaba por una durísima crisis económica que lo llevó a desaparecer a mediados de 2006.

Ya en el ocaso de su carrera, Noya colgó los botines tras dos temporadas sin demasiado brillo en Rampla Juniors (2006 a 2008), al lado del brasileño Tilico. Desde entonces, se dedicó a la dirección técnica de equipos del interior uruguayo como River, San Lorenzo, Río Negro y Universal.

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