
Nicolás Batista
– ¿Qué hiciste entre que dejaste Argentinos (1991) y fuiste a Chicago (1992)?
– Fue el peor momento de mi vida. Estuve un año sin hacer nada.
Así respondía el Checho Batista a una de las 100 preguntas realizadas por Diego Borinsky en su sección de la revista El Gráfico. Por ese entonces, su hijo Nicolás, nacido el 27/01/1991, no podía entender que su padre estaba coqueteando con las drogas. Apenas era un bebé que, años después, copiaría a su progenitor. Lo copiaría en cuanto a la profesión elegida, claro.

El destino le enseñó que, si quería jugar al fútbol, su lugar era Argentinos Juniors. Aunque esta no fue su primera opción. “Estuve en Boca y me dejaron libre en infantiles, porque tardaba en crecer. Entonces fui a San Lorenzo, donde hice las inferiores. Alterné con la primera, pero tuve problemas con algunos de los coordinadores, apareció Argentinos y no lo dudé”.
Antes de eso, mientras defendía los colores del Ciclón, viajó a Sudáfrica como sparring de la Selección que disputó el Mundial 2010. Sin embargo, se volvió antes que el resto de la delegación, al sufrir una fractura en la mandíbula. Las lesiones graves iban a ser una constante en su carrera.
Finalmente, el 05/11/2011 llegó el debut en Primera División para Batista. Un lindo regalo para su papá, que unos meses antes había dejado su puesto de DT de la Selección Argentina. “No estaba nervioso”, comentó luego. “Estaba feliz por cumplir un sueño. Pipo Gorosito me sacó todas las presiones: ‘Jugá como sabés’, me dijo”. Esa noche, Racing derrotó al Bicho por 1 a 0.
Siguió en el club hasta 2015, viviendo todo tipo de sensaciones. Se fue al descenso. También ascendió. Tuvo un accidente automovilístico en el que se fracturó una vértebra. Se rompió los ligamentos de la pierna derecha. Y en total, sumó 25 partidos (21 en la máxima categoría, 2 en el Nacional B y 2 por Copa Argentina), con un gol convertido.

Una vez que finalizó su contrato, probó suerte en Brown de Adrogué y en Estudiantes de Buenos Aires. No la tuvo. Y, a los 27 años, colgó los botines.
Desde entonces, comenzó a trabajar del otro lado de la línea de cal. Ejerció como director técnico, y también como ayudante de campo de su padre. El Checho le debía un favor. Es que Nicolás fue uno de los responsables de sacarlo de su período más oscuro. Así lo contó en la entrevista citada al comienzo:
– ¿En qué momento uno hace el click?
– Cada uno tiene su click. Depende. El mío fueron mis hijos.
mas roto que papas fritas de super chino
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Fui a su departamento a hacerle una nota a Droopy Gómez y me invitó a jugar a la play. Un genio. Años después le mandé canje de hamburguesas de dónde laburo
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Lo de Batista del mundial 86 al 90 fue similar a lo de Mascherano mundiales 2014 y 2018, de ser volante central indiscutido a arrastrarse lastimosamente por la cancha.
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Hermoso che, Masche a punta de humo y lobby extendió su estancia en la selección, pero nunca se fue, Masche 2026.
Cuidado Chico Scaloni
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Que caterva de fracasados los hijos de los campeones del 86
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Que generoso el fútbol,si no era por el padre terminaba de cadete de algún banco
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Ayuda mi cafetera tiene cara de pelotuda
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«Cada uno tiene su crack, depende, el mio fueron mis fracturas»
Le hizo click el hueso al final, ninqui, nidi ispicil
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