Zamogilny Jorge

indultado

Jorge Damián Zamogilny (El Ruso)
De apellido extravagante y con aires de extranjero, pero más argentino que el dulce de leche y el policía coimero, Damián Zamogilny se formó en las divisiones menores de Racing hasta los 13 años, cuando se cansó de pagarse los viajes y no tener ropa para entrenar. En realidad esa fue la excusa que puso, porque aprovechó un ofrecimiento de Néstor Rambert, de las inferiores de Independiente, para cruzarse de vereda. No fue el único, claro. También hizo lo mismo, entre otros, Gabriel Milito.
Clásico volante por derecha, tuvo su momento de gloria cuando el técnico del Rojo, Enzo Trossero, lo llevó a la pretemporada veraniega de 2000, junto a otros pibes como Ariel Orellana, Mariano Pernía, Pablo Trecco, Leandro Avila, Jorge Zelaye y León Bustos. Entrenó un año con la Primera pero apenas pudo jugar en Reserva.
Sin oportunidades, se fue a México, donde encontraría su lugar en el Mundo (de hecho algunas fichas lo señalan como queretano).
Estuvo en equipos de segunda como León, Halcónes de Querétaro y Real Plata, antes de recalar en el Puebla, en 2006. A su llegada, claro, tiró su arsenal de fruta «Jugué en Independiente de Avellaneda, ahí alcancé a debutar en Primera División algunos partidos, estuve en selección juvenil sub 17 con José Pekerman, vine para León cuando estaba en Primera, pero no se me dieron las cosas«. Hoy continúa en la Primera División «A», a un paso de la máxima categoría.

Juan Pordiosero

Indulto IV

Se retrasó pero llegó. Preparamos una nueva lista de indultos para aquellos futbolistas que no se merecían el homenaje de En Una Baldosa. A esta altura del partido (con este sumamos el cuarto indulto general) no es tan fácil divisar las injusticias. Los jugadores excentos de culpa fueron discutidos y analizados para tratar de ser lo más certeros posibles en nuestras decisiones. Sabemos que algunos estarán de acuerdo y otros no. Pero tratamos de impartir justicia tomando como referencia el espíritu de la página, tan particular como intangible.

Aquí están, éstos son:

Los Dely Valdés: La idea central de su nominación no fue comprendida. Por homenajear al hermano menos conocido, de rebote recordamos las gloriosas trayectorias de Armando y Julio César. Entendiendo esto como un error, optamos por quitar definitivamente a los más exitosos y provisoriamente a Jorge.

Javier Cordone: Carece de aspecto alguno para ser un baldosero. Sólo que quién lo homenajeó tenía una colorida historia relacionada con el jugador.

Hugo Subildet: Otro que no tiene nada que hacer en el sitio. Jugador reconocido en el fútbol marplatense pero sin trascendencia a nivel nacional, ni siquiera algún entrenamiento en Primera.

Alejandro Giuntini: Con exceso de minutos de fama, no da con el perfil que buscado.

José Luis Marzo: Incansable goleador del ascenso que cuando debió ratificar su capacidad en la A, no lo hizo mal. No encaja con la idea a pesar de que otros buenos jugadores en cambio si lo integran. Pero «El Loco» ni siquiera entra por nostalgia, ya que se mantuvo bastante vigente.

Francisco Guerrero: Panchito es uno de los tantos que decepcionaron a lo grande, pero tuvo más de 15 minutos de gloria. Jugó en forma continuada en Independiente y hasta definió el clásico Bilardo-Menotti. Que haya tenido su buen momento y no termine como se esperaba, no significa que deba integrar la lista de «mala fe».

Jorge Jiménez: Roza con la falta de respeto. Patrulla es crack. Sin suerte en lo físico, pero jugadorazo al fin. Por eso merecía ampliamente este indulto.

Mariano Campodónico: Discutible su condición de goleador, capaz de errar situaciones increíbles. No obstante, convirtió una buena cantidad de goles y en casi todos los equipos que jugó logró ser referencia. Controvertido, odiado y amado, pero no da con las características.

Jorge Amado Nunes: suma un montón de ítems que lo salvan. Además de ser muy ochentoso y aunque jugó en los ’90, disputó el Mundial de 1986 y fue ídolo en el exterior. Quienes lo vieron jugar de joven aseguran que la rompía. Ninguna de las cualidades mencionadas por sí solas constituyen un fundamento fuerte, pero en conjunto, lo descartan ampliamente del homenaje.

Fernando Troyansky: Hubo que hilar fino para indultarlo, pero hizo méritos para zafar. Es un buen jugador con poca prensa que hizo una decorosa campaña en Austria.

Gustavo Grondona: Lo condena el parentesco, pero mostró cualidades de buen jugador. Salvo por el apellido, no hay razones ya que se mantuvo bastante en primera división.

Sergio Saturno: Discutible. Por características bizarras podría ser justificado su posteo, pero claro está que no tuvo 15 minutos de fama sino unas 2 horas y media. Su jugada clásica, «la bicicleta», lo hace pintoresco, aunque no baldosero ¡A no confundir! De lo contrario, algún día pedirán al «Bichi» Borghi o a Diego Bustos por sus características rabonas.

Ariel Boldrini: Caso similar al de Saturno. Tuvo una faceta pre-metrosexual que lo convierte en un especímen difícil de hallar. Pero se excedió con su protagonismo. Podría ser un baldosero VIP, pero decidimos indultarlo.

Carlos Yaqué: Una encuesta que realizamos hace varios meses le dio algo más de vida al post del Beto en este sitio, pero ya no tiene sentido condenar a un tipo que se cansó de hacer goles en el ascenso y que se volvió de Europa por motivos más que entendibles. Además, su paso la elite del fútbol criollo no fue para nada breve. No provoca nostalgia, no es baldosero, aunque el pueblo pida sangre.

Guillermo Larrosa: Siempre estuvo ahí, bien o mal y nunca desapareció del mapa. Cargó con el estigma del Sub-20 pero no es suficiente para el homenaje.

Sebastián Neuspiller: Otro goleador de ascenso. Curioso caso, bicho raro, aunque la rompe en su categoría. Está probado que en divisiones mayores (Ferro y Los Andes) hizo sapo, pero por esa misma razón podríamos condenar a casi todos los jugadores de esas divisiones. El Dandy hizo muchos goles en su hábitat natural, la primera D, y no se le puede pedir más.

Sabemos que muchos pueden no estar de acuerdo con algunos indultos. Es difícil coincidir y pensamos bastante para tomar la decisión. Pueden sugerir más nombres para futuras evaluaciones.
Gracias.

En Una Baldosa

Cantero Pablo

indultado

Pablo Daniel Cantero
Volante rosarino nacido en 1978 que quiso emular a varias figuras de su tierra. Se inició en Central Córdoba donde realizó todas las inferiores hasta que en 1996 debutó en la primera de su club, que disputaba el Nacional B. Apenas un año le alcanzó para demostrar sus condiciones y que la dirigencia de Colón de Santa Fé (1998-1999) lo tenga en cuenta como refuerzo. Allí pudo disputar algunos partidos a nivel local (28 encuentros, 2 goles), favorecido por la Copa Libertadores que mantuvo ocupados a los titulares. También jugó algunos minutos de ese torneo continental.
Su nivel no fue de lo mejor, y pasó a préstamo a Estudiantes de La Plata (1999) dónde solo jugó seis meses sin posibilidades (apenas participó de 9 encuentros), menos aún luego de una suspensión de cuatro fechas en un partido de Reserva. Cansado, decidió partir a Grecia para defender los colores del AEK Atenas (1999-2000). Eso provocó el enojo del presidente Pincharrata, Guillermo Cicchetti, quien en su momento declaró que «la actitud del jugador no me agradó en lo más mínimo. Ferraro lo trajo, se la jugó por él y no rindió lo esperado. Me parece que su conducta con el club no fue la apropiada».
De su paso por Europa poco se sabe, pero que haya firmado en un club del ascenso en su vuelta, sin dudas refleja un rendimiento. Algunos lo vincularon nuevamente a Central Córdoba de Rosario (2000-2001) pero no se pudo constatar. En cambio, si vistió los colores Gimnasia y Esgrima de Entre Ríos (2001-2002). En esa institución llegó a jugar la promoción por el ascenso frente a Unión, pero la buena diferencia como local no le alcanzó en Santa Fé y su sueño se truncó.
No obstante, él si logró subir porque Arsenal de Sarandí (2002-2003) confió en sus servicios. Fueron pálidas temporadas, ya que jamás obtuvo la titularidad, lo que generó finalmente su salida.
Viajó a Ecuador y jugó algunos partidos en el Olmedo (2004) donde no rindió. Retornado al país se unió a las ilusiones de Defensores de Belgrano (2004-2005) aunque eso implicaba volver a cambiar de divisional. No fue la mejor decisión, porque si bien a priori los nombres del Dragón invitaban a esperanzarse, todo se derrumbó de a poco para finalmente perder por penales frente a Chacarita y descender a la B Metropolitana. Compartió esos días junto a Osvaldo Barsottini, Ornaldo Claut, Leonardo Más, Alberto Yaqué, Gustavo Dueña, Fabio Pieters, Leonardo Unyicio, Luciano Ábalos, Nicolás Gianni y Emanuel Ruiz, entre otros.
Apesadumbrado, decidió volver a Central Córdoba, su club de origen, donde encontraría la paz necesaria para hacer lo que más le gusta, aunque en un escalón más abajo que los anteriores campañas. Allí lo recibió el joven entrenador Cristian Domizzi, que lo mezcló con Claudio Pochettino, Gustavo Medina y Cristian Jeandet.
Sin embargo, le volvió a picar el bichito y viajó a Bolivia para convertirse en refuerzo de Oriente Petrolero (2005), con la difícil misión de reemplazar a Erwin «Platiní» Sánchez. Pero sólo seis meses le alcanzaron para darse cuenta de que ese no era el lugar indicado. «Mucho no pude jugar. Decidí irme porque tienen dirigentes que se manejan muy mal, que son irresponsables con el cumplimiento al jugador. Ahora están ilusionados con estos dos partidos frente a River por la clasificación a la Copa Libertadores, pero es una burbuja que no coincide con la realidad del equipo».
Un año después este verdadero trotamundo cayó imprevistamente en San Martín de Tucumán (2006) y compartiendo plantel con Javier Lavallén y Leandro Ávila, ascendieron mediante una promoción, al Nacional B.

Cucu

Marangoni Rodrigo

indultado

Rodrigo Marangoni
A pesar de no poseer parentesco alguno con Claudio, el ex volante de Independiente y Boca, el peso del apellido había que defenderlo a muerte.
Amante de la Bersuit, arrancó en Vélez donde llegó a debutar en 1996 y conoció precozmente el éxito, ya que por esos años el equipo de Liniers era animador constante del fútbol argentino.
Sin embargo, jamás logró ser protagonista en el rectángulo de juego, pero si afuera. En 1999 sufrió la recordada intoxicación en Perú al igual que Raúl Gámez y varios de sus compañeros (Pandolfi, Moriggi, Cordone, Roy González, Christian Vella y Diego Trotta). Una vez llegados al país luego del empate con Universitario, fueron internados en el Sanatorio de la Providencia, donde se despacharon con un recital de vómitos, diarrea, fiebre y deshidratación. Finalmente la bacteria había sido la denominada salmonella.
Se convirtió poco a poco en un valuarte de la reserva, donde en diversas etapas compartió equipos con Leyenda, Dudar, Cantoro, Roldán, Herbella y demás. Curiosamente todo este grupo de jugadores terminó haciendo agua en Vélez y sus carreras ingresaron en una pendiente descendente que nunca más paró.
Rodrigo se llevó su buena pegada a Atlanta donde sólo permaneció tres meses, luego a Arsenal de Sarandí (2000-2001) del que se fue y ascendieron y posteriormente a Almirante Brown de Arrecifes (2001-2002).
Decepcionado por las magras campañas, entendió que mostrarse en el mercado sudamericano sería una buena vidriera. Pasó por el Aurora de Bolivia (2002-2003) pero la jugada le salió muy mal, ya que terminó en Douglas Haig de Pergamino (2003-2004) en el torneo Argentino A.
Y un año después encontró su lugar en el mundo, en donde es figura y tiene ascendencia en el plantel. Es el enganche y volante por izquierda de Guillermo Brown de Puerto Madryn donde conoció a Ceferino Díaz, Mario Pobersnik y un combo de inconclusas promesas rosarinas como Diego Luque, Arnaldo Quiroga y Diego Ordoñez.
«Maranga» no triunfó en primera, pero al menos, se robó un sobrenombre.

UPDATE

Para la temporda 2006/2007 firmo con el Deportivo Hulia colombiano donde es compañero de Martín Carillo y Juan Torres Mozónni.

Cucu

Indulto III

dicarlo

LOS REGALOS DE NAVIDAD
Tal como lo habiamos anunciado en el foro, llegó el momento de hacer el indulto navideño.
Aprovechamos la bondad que en esta fecha reina en nuestros corazones y hacemos un poco de justicia con aquellos jugadores con los cuáles fuimos injustos en incluirlos en la lista de homenajeados.
Algunas decisiones causarán controversia (lo sabemos), y algunas omisiones también (lo entendemos). Pero tratamos de ser fieles a los que nos parece. Después de todo, no podemos despegarnos de nuestro veredicto, tan personal como discutible.
A continuación, la lista de indultados.

1-Raúl Wensel
Vaya a saber porque razones, éste post alguna vez fue aceptado. Simplemente pasó y permaneció por mucho tiempo. Pero el Gringo no se lo merece, lo tenemos bien claro.

2-Gustavo Balvorín
Sus goles en el ascenso del Lobo jujeño a Primera, éste año, le dieron vida. Fracasó en el exterior. Pero en Jujuy rindió bien y su nombre no nos provoca nostalgia.

3-Anthony De Ávila
La rompió afuera y acá no anduvo mal. Su parecido al enano Nelson le daba cierto handicap, pero no califica como baldosero.

4-Fernando Di Carlo
Su carrera tuvo desniveles, pero no se puede decir que sus malas rachas pesaron más que las buenas. Goleador rachero, pero goleador. Varsky tenía razón.

5-Damián Facciuto
El Tano sólo estaba en la página porque nos generaba un dejo de melancolía. Pero su vuelta al país luego de varios años en Francia lo devolvió a lo cotidiano, algo que va a contramano de este sitio.

6-Favio Fernández
Si, ya sabemos, fue el famoso «campeón de la concha de su hermana». Pero con esa excusa podriamos postear a los planteles completos del Gimnasia de los últimos 10 años. El Yagui fue del montón y no le da para ser baldosero.

7-Hugo Smaldone
Sólo es posible creer que fue baldosero para quien nunca consume fútbol del ascenso. La idolatría de la gente que lo vio jugar es tremenda. Y su paso por La Lepra fue corto pero aceptable.

8-Sergio Castillo
Baldoseó en su paso por Boca, pero siempre fue un jugador del montón.

9-Julio Cesar Baldivieso
Un grande de su país que no desepcionó en Argentina. Simplemente estuvo poco tiempo. En Sudamérica se lo recuerda como un buen jugador. Y nosotros lo indultamos.

10-Nelson Agoglia
Parecido al caso de Wensel. No daba para ponerlo al Piscuí. Pero se lo homenajeó y quedó. Todo llega, el indulto también.

11-Guillermo Szezurak
Un típico jugador del ascenso que no tiene nada que hacer acá. Fue ídolo de Saviola, pero no amerita homenaje.

12-Mauro Airez
Buen jugador que no da con las características que buscamos.

 

Por otra parte, y repitiendo el procedimiento que llevamos a cabo en el anterior indulto (con el Gordo Cordon), queremos otorgarles la oportunidad de que voten para decidir el futuro de uno de los jugadores que está en una zona gris. A partir de ahora podrán votar en la encuesta. ¿El Beto Yaqué es Baldosero?.

Por útimo, y sin olvidarnos de que en esta época se acostumbra a hacer un regalo, queremos ofrendarles un laburo que se ha tomado uno de los tantos visitantes que colaboran habitualmente. En éste caso, Gabriel nos envió un fondo de escritorio del Simpson Allegue que ya pueden encontrar en la lista de wallpapers o bien haciéndo click acá.

Felicidades.

EN UNA BALDOSA

 

Plaza Sergio

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Sergio Orlando Plaza
Defensor bastante regular y aplicado que, a contramano de lo que suele pasar con los jugadores de su raza, fue perdiendo el prestigio con el pasar de los años.
Suele ocurrir que la gente valora con el tiempo a los futbolistas que mantienen un nivel regular durante toda su carrera. No sucedió lo mismo con Sergio Plaza, un correcto marcador central y lateral derecho que fue ídolo en Gimnasia y Tiro de Salta, donde logró ascender a la Primera División en dos oportunidades (claro, también le tocó descender) .
En la máxima categoría jugó 32 partidos para el Albo(1994 y 1998) y otros 52 encuentros (3 goles) para Argentinos Juniors (desde 1998 a 2000). En sus últimos días en el Bichito se le recuerdan buenos momentos pero también un penal fallado ante Unión, que le permitió a los Tatengues cortar una racha de 20 años sin ganarle a Argentinos como visitante.
Después también mostró su sobriedad en Los Andes (2000/01), pero luego de consumado el descenso (el tercero de su carrera) nadie se fijó en él.
Partió hacia Portugal y fichó para el Campomaiorense. Allí estuvo hasta mediados de 2002, cuando regresó al país y se puso la camiseta de Talleres de Córdoba. En La Docta tampoco anduvo mal e incluso marcó un gol histórico (que no sirvió de nada) ante Estudiantes, el día que Carlos Bilardo volvió a dirigir en el país.
A mediados de 2003 dejó el club pero no la provincia. Se quedó en Córdoba para jugar con Instituto (2003/2004), en la B Nacional. Y mal no le fue porque a final de temporada obtuvo el tercer ascenso de su vida .
Sin embargo, en lo últimos años de su trayectoria cosechó más voces reprobadoras que otra cosa.
En 2004 se sumó a San Martín de San Juan, para jugar al lado de César Monasterio y Cristian Favre, pero la pasó mal. Con actuaciones desilusionantes y una falta de carisma alarmante, se fue ganando el odio de los simpatizantes sanjuaninos. La hinchada lo agarró de punto y le fue muy difícil su estadía cuyana.
A mediados de octubre de 2005, Plaza integraba una lista de jugadores que abandonarían la institución, pero días más tarde arregló su continuidad hasta diciembre. Nadie imaginaba que la situación tensa tendría su punto máximo en noviembre.
En un partido ante Talleres de Córdoba, enfrentó a los medios, cansado de que los hinchas lo putearan, y declaró «antes de empezar el partido ya me estaban insultado y si algún compañero perdía la pelota me puteaban a mi. En el momento te molesta, pero me la banco y no pienso hacer un gesto en contra de la gente. Creo que no les debe gustar como juego y eso es contagioso, pero los insultos no me importan porque yo entro y pongo todo«.
Cuando le preguntaron por la relación directa entre las quejas y su nivel de juego, aclaró «yo ya entro pensando que me van a putear y escucho todo lo que me dicen, pero soy profesional y no me amedrenta que me puteen, me gustaría que algún día me digan si me escondí cuando tuve que jugar una pelota. Por ahí entendería si alguien viene y me dice ‘che no me gusta tal cosa de tu juego’, pero nunca pasó y siempre tuve buen trato con la gente«.
Y agregó «si vos jugás siempre es por algo. Y si en un partido te putean todos porque jugás mal, es lógico que venga el técnico y te saque, pero ésto no pasa. Además no hay capricho porque el técnico también se juega cosas manteniendo a tal o cual jugador«.
El salteño también se tomó su tiempo para hablar de los medios «la gente lee los diarios y si hay críticas se notan. Por ejemplo, un día antes de un partido dije que la cancha no estaba buena y cuando empecé a jugar la gente me puteaba por lo de la cancha. Los hinchas creen en todo lo que dice el diario y si me critican eso puede influir«.
Y sobre su futuro, que se ponía en duda, dijo «a nadie le gusta ser puteado. Pero primero está mi familia con la que tengo que evaluar que es lo que conviene y después viene lo que pasa en la cancha porque eso me lo aguanto. Por eso yo tengo predisposición para seguir porque acá y donde estuve, dejé siempre lo mismo me puteen o no, y si lo siguen haciendo voy a tratar de jugar de la mejor manera posible«.
Se estima que para 2006 no integrará más el plantel de San Martín de San Juan, aunque nunca se sabe.

Juan Pordiosero

Solari Esteban

indultado

Esteban Andrés Solari
Un importante caso de «el hermano de» que ni por asomo logró llegar a ser lo que es Santiago. Hijo de Eduardo, hermano de Liz, sobrino del Indio y primo político de Redondo, su carrera estaba signada hacia el estrellato, pero terminó estrellado.
Hizo divisiones inferiores en todas partes del mundo de acuerdo al club de turno que dirigía su padre, pero vale mencionar al menos a Renato Cesarini, River Plate y Vélez Sarsfield. De este último quedó libre y como no podía ya jugar en inferiores, Estudiantes de La Plata (2001) le hizo primer contrato, pero no jugó en primera sino tan sólo en reserva. Con pocas chances entendió que probar en una división menor sería la mejor opción para obtener una continuidad y mostrarse ante el fútbol nacional. Fichó en Defensa y Justicia donde conoció, según el, al compañero más feo, Néstor Agotegaray. Convirtió algunos goles y con eso la chance de pasar a una institución con mayores pretensiones.
En el 2002 cuando Bennett sonaba insistentemente para volver a Argentinos Juniors, el entrenador Ricardo Rezza optó por Solari. Mucha suerte no tuvo, y no se sabrá jamás si fue por su rendimiento futbolístico o por arrojar agua por la ventana y empapar al propio director técnico.
Con ansias de revancha y tratando de buscar imperiosamente su lugar en el mundo, se fue a Entre Ríos. Lo contrató Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay (2002-2003) donde conoció a Juan Fontana, Ricardo Vendakis, Fabio Boujón, Leonardo Colombo y Pochola Silva. Estando en la B Nacional señaló que Ignacio Celaya de Atlético Rafaela era para el el jugador más mala leche de la categoría.
Posteriormente y con pasaporte en mano, salió a recorrer europa y lograr independencia económica. Se unió a los intereses del A.C Chioggia de Italia, un equipo de tercera división en el cual obviamente marcó diferencia y donde marcó 16 goles. Esa era la instancia que tanto buscaba, saltar a la fama, en cualquier parte y a cualquier precio.
Y su mayor alegría fue el llamado desde Bélgica. Pasó al Lierse, club de primera en el cual terminaron octavos y el marcó 5 conquistas. En tanto que en la Copa de aquel país infló la red en 4 oportunidades.
Al tiempo este admirador de Francisco Lamolina, decidió continuar su aventura por el viejo continente y vaya si se pasó de rosca. Firmó con el Apoel Nicosia de Chipre, algo tan ridículo como exótico, a tal punto que compartía plantel con Morfi, pero que no era un muerto de hambre.
Este apenas es el inicio de la dilatada trayecotoria que tendrá como protagonista a este integrante del Clan Solari, ¿la oveja negra quizás?

Cucu

Urbano Matías

indultado

Matías Héctor Urbano
Nació en 1981 en Cipolletti, un lugar pequeño no tan urbanizado. Su carrera comenzó en el Club San Pablopero por 25 pelotas número 5 fue adquirido por el equipo Frutas Boschide la torneo comercial. Buenas actuaciones allí lo llevaron al Atlético, el club importante de la la Provincia. Arrancó en Cipo en la Liga Confluencia y ya soñaba con una carrera al menos similar a la de su conciudadano Guillermo Rivarola.
Se convirtió en la sensación del equipo y en el 2000 jugando la B Nacional un colaborador de Gustavo Mascardi le firmó un pre contrato. Un 50% fue empresarios ligados a Almirante Brown de Arrecifes por lo que entrenó en el verdinegro pero recaló en Talleres de Córdoba. Mientras tanto por ese entonces estaba en la preselección Argentinaque ganaría el mundial jugando en nuestro país y permaneció hasta el último corte. Igualmente cuando se lesionó el Chori Alejandro Domínguez el cuerpo técnico lo postergó confiando en Sebastián Bueno.
Si bien hizo algunos goles en la T, se lamentaría del contrato firmado que lo retornó a la ciudad tuerca.
Partió a Colombia para desempeñarse en el Real Cartagenadel ascenso donde convirtió 6 goles en 14 partidos. Decidió continuar por la zona y se unió al Macará de Ambato (Ecuador) conviertiéndose en el goleador de la Serie B. Eso hizo que la dirigencia del Deportivo Quitono espere a la finalización del campeonato y se lo llevó para jugar lo que restaba del torneo. Según los amigos de Tierra Generosa el pase casi se frustra porque lo habían expulsado por cuatro fechas. Sin embargo el empecinamiento de Jorge Burbano, el presidente de la Comisión de Fútbol del Quito y subsecretario de Petróleos en la dictadura , para llevarlo. Supuestamente fue el goleador del equipo y elegido por la prensa como el mejor jugador, algo que sorprende, pues de lo contrario no le hubiesen adeudado tanto dinero y pretendido otro punta.
Dejó el club y cansado de esperar el pasaporte para irse a España, retornó al país.
Cayó en el San Lorenzo (2004) de Pipo Gorosito con la idea de ser uno de los tantos delanteros que pretendían hacer olvidar al Beto Acosta, pero cuando llegó, el entrenador admitió no conocerlo. En ese semestre jugó apenas un sólo partido en la derrota 1 a 0 frente a Newell?s. «Los meses en San Lorenzo fueron malos, porque a pesar de que no había delanteros, Gorosito no me ponía. Se había encaprichado. Pero algo saqué de ese trance: nunca más voy a un club llevado por los dirigentes sin que el técnico esté de acuerdo» señaló.
Apesadumbrado, entendió que en el mercado latinoamericano encontraría su lugar en el mundo. Llegó al León de México e hizo buenas migas con Federico Astudillo. Hizo ocho goles en trece fechas y al Chaparrito, como allí lo apodaban, le llovieron ofertas.
Finalmente firmó con el Cruz Azul y a su llegada expresó que su sueño sería jugar con el «Chelito» Delgado. Sin embargo fue derivado a la filial Oaxaca donde se cansa de hacer goles el bahiense Rubén Darío Gigena.
Su sueño de hizo pedazos y terminó siendo hoy en día, suplente de Forestello en El Porvenir luego de una prueba en el fútbol inglés.
La extensa trayectoria tan pocos años de un delantero que tiene cosas de Maradona…un tatuaje en el pecho.

Cucu