Under Ladrón: Bardo Fierros

Bardo Isaac Fierros Ruiz (El Fenómeno)

Talleres de Córdoba gerenciado por el empresario Carlos Ahumada, ese hermoso experimento colectivo que nos dio una Deformación que se fue al descenso y una camiseta verde digna de Placard, también nos honró con la aparición de perfectos desconocidos para el medio local, como el caso del delantero mexicano Bardo Fierros. Sí, hasta nombre de facción de barra brava tenía. No podía más de baldosero.

A La T llegó a comienzos de 2009, para ponerse a las órdenes de Juan Amador Sánchez y tratar de sumar en pos del ascenso. Recién ahí supimos de su currículum: acreditaba pasos por Lagartos de Tabasco (2004), Delfines de Coatzacoalcos (2004), Atlante (2005/06), León (2006/07), Atlético Mexiquense (2007) y Dorados de Sinaloa (2008). ¿Características? Un delantero luchador, poco dúctil, pero goleador, al menos eso decían los hinchas del León. De hecho, dicen que Ahumada quería volver a verlo con la camiseta verde esmeralda y por eso lo llevó a Talleres, que por aquel entonces vestía de ese color.

«Muchos equipos de México querían que me quedara allá, pero vine a Talleres y no sólo por seis meses, sino con la idea de quedarme. Soy un centrodelantero neto y ojalá pueda gritar muchos goles», dijo Bardo ni bien pisó La Docta, rodeado de periodistas. El tema es que, por delante, el mexicano tenía al Pupi Salmerón, a Sebastián Cobelli y a Emanuel Fernandes Francou. Complicado.

Su participación en esa campaña fue prácticamente nula. Entrenaba y entrenaba, pero no lo ponían nunca. Un día el DT Raúl Peralta lo mandó a la cancha en un partido clave: contra Almagro, rival directo en la tabla de los promedios. Fierros entró por Cobelli, que re caliente le pegó una patada al banco de suplentes. Un rato más tarde, el mexicano se comió un gol increíble y al toque el Tricolor lo dio vuelta. Suficiente para que el Gordo estallara ante los micrófonos.

“De última era un partido que teníamos que ir a buscar y todo el mundo sabe de que Bardo (Fierros) hacía un año y medio que no jugaba. No tengo nada contra el chico y ojalá sea la figura del campeonato. Pero me pareció que el cambio no era delantero por delantero. Había que buscar el resultado y porque justo nos habían metido el gol”, dijo Cobelli, re buen compañero (?).

Bardo siguió estando en el banco, hasta que en mayo de ese año, cuando Talleres seguía de mal en peor y la temporada se terminaba, por fin tuvo la chance de jugar como titular. Entonces, reflexionó: «La verdad, este es el momento para que yo pueda jugar. Hoy en día me siento mejor que cuando llegué a principios del año. Siento que puedo estar porque puedo ayudar al equipo pero, más que nada, porque soy el único delantero que queda» (?). Sincero.

Ese match desde el arranque fue ante Los Andes, en Córdoba. Lo sacaron ni bien arrancó el segundo tiempo, con Talleres perdiendo. Ah, como si fuera poco, el que entró por él terminó haciendo el gol del descuento. Chau, manito.

Con el descenso al Argentino A consumado, el mexicano huyó y retornó a su país con la ilusión de jugar nuevamente en Dorados de Sinaloa. El tema es que una vieja pelea con el presidente del Atlante lo hizo preso de convenio no escrito llamado Pacto de Caballeros, por el cual los equipos mexicanos se comprometían a no volver a contratar a Bardo Fierros. Una hijaputez tremenda de la que le costó salir.

Proscripto, finalmente pasó al Atlético Bucaramanga de Colombia (2010), donde hizo algunos goles y tomó valor para seguir experimentado ligas aún más exóticas. Bien lejos de su tierra.

En 2011, se incorporó al Hanoi, de la Primera División de Vietnam. ¿Y cómo le fue? Tranqui, se rompió la rodilla en el primer partido. Mucha mala leche.

A comienzos de 2012, los clubes de Primera y del ascenso le seguían cerrando las puertas. Por eso terminó jugando en la selección mexicana…de fútbol playa. Algo es algo.

Después de tres años de estar prohibido, en 2013 firmó con el Mérida FC, equipo del ascenso de México donde jugó un tiempito antes de ponerse a tirar bombas.

El verdadero ruido, de todos modos, lo sentiría en junio de este año, cuando sufrió un accidente en la calle: «Terminaba mi rutina de ejercicios en la Ciudad Deportiva cuando cruzaba el velódromo, me fijé si no venía algún coche, y así fue, crucé inmediatamente, cuando de pronto salió un coche y me arrolló, me impacté en la parte de la espalda, salí volando por lo menos dos carriles. El impacto fue tal que me pegué en la frente, después me paré de manera rápida porque tenía miedo que viniera otro automóvil, y llegué hasta la banqueta, después caminé unos 10 metros y me quedé ahí, luego la gente me reconoció y me auxilió”. Y agregó: “La verdad este accidente llega en un mal momento para mí, no estoy bien anímicamente, ni sentimentalmente, y ahorita esto que me está pasando, sin lugar a dudas podría ser una de las peores etapas de mi vida, no como futbolista, sino como ser humano”.

Hoy, que lo vemos publicando tuits en clave emo, le deseamos una pronta recuperación y que se ponga bien de ánimo, porque la vida puede ser un bardo, pero el fierro siempre es la última opción.

Under Ladrón: Sony Norde

Sony Norde (Zé Roberto)

Tras las conocidas desventuras de los exóticos baldoseros Nahoiro, Robert Waltner y Martyn Clarke, a mediados de la década pasada Boca Juniors -en complicidad con el Diario Deportivo Olé- le mostró a todos los hogares argentinos la simpática figura de Sony Norde, La Perla Haitiana.

Nacido en Morón Jeremie (Departamento de Grand’Anse, 500 kilómetros al oeste de Puerto Príncipe), de chiquito jugaba descalzo en las calles y descampados, gambeteando la malaria, la tuberculosis y diversos tipos de males endémicos. Como casi siempre que se detecta un diamante en bruto, fue becado por “El colegio de talentos deportivos”, donde comió con regularidad, recibió vacunas y también el llamado para jugar en las diversas selecciones menores haitianas.

Así fue que en diciembre de 2005 el combinado Sub 20 de su país organizó una gira por la Argentina con la inclusión de nuestro homenajeado, quién contaba con tiernos 16 añitos. Sony se despidió de su madre y su hermano sin imaginar que no volvería a ver el paisaje caribeño durante mucho pero mucho tiempo.

Del aeropuerto, la delegación se dirigió al predio que la AFA posee en Ezeiza (siempre quise decirlo), donde cayeron derrotados contra el Sub 20 local. Así y todo, las gambetas y asistencias de Norde impresionaron a todos los presentes, pero por sobre todo a Claudio Frean (ex coordinador de las selecciones de Haití, quien puso allí como técnicos al Profe Castell* primero y a Cayetan* Rodríguez después).

Tras mover cielo y tierra para quedarse con la tutela del Negrito, Frean pasó la navidad con él y luego lo depositó en las inferiores de Quilmes, donde Norde entrenó un par de meses. Tras una prueba en Casa Amarilla y al no haber ningún tipo de vínculo contractual con El Cervecero, el volante caribeño dejó el sur del conurbano bonaerense para unirse a las juveniles de Boca Juniors.

Tras haber jugado unos pocos encuentros amistosos, Norde recién pudo debutar en la Quinta División Xeneize -con gol incluido- el mismo día que cumplió la mayoría de edad. Curiosamente, esa misma jornada estaba convocado para jugar en Miami con la Selección mayor de Haití contra… ¡Boca Juniors! El club ganó ese Repartido 2 a 0 con goles de Dátolo y Palermo.

Durante los dos años siguientes se mantuvo en las inferiores llegando a jugar en Reserva y hasta tuvo algún entrenamiento con la Primera. Además, el haitiano sorprendió por su excelente manejo del idioma español: «Soy un jugador del estilo de Robinho. Me gusta jugar lindo, hacer muchas bicicletas y amagar mucho al rival». Y se animó a más: «Además de jugar en Boca, me gustaría jugar en Europa, más específicamente en la Liga Francesa. En el Mónaco o Lyon. Sueño con la Ligue 1». Para sumar más datos al mito, Riquelme tuvo la impunidad de declarar: «Lo veo muy bien, tiene todo. Puede ser mi sucesor».

En julio de 2009 y ya con 20 pirulos, el bueno de Sony volvió a sorprender a todo el mundo cuando le preguntó al recién asumido Alfio Basile si lo iba a tener en cuenta para el primer equipo. El Coco debe haber pensado “¿Este de qué me habla? Yo no pongo pibes y menos negros”, pero finalmente le dijo que no lo iba a tener en cuenta con un poco más de sutileza. Por esta razón, Boca lo cedió a préstamo al Club San Luis de México, donde sólo formo parte del plantel sub 20 y tuvo su momento de fama promediando la temporada.

A mediados de 2010 Norde se volvió a pastorear a la Reserva Xeneize y un año después se fue a Estudiantes de Altamira, de la División de Ascenso mexicana, donde disputó 10 partidos y marcó un gol. Entre medio, metió algunos encuentros con su Selección.

En julio de 2012, el moreno regresó al país que le dio todo (?) para probarse en Independiente Rivadavia del Nacional B, gracias a las gestiones de su compatriota Judelin Aveska. Ni bien comenzados los entrenamientos y exultante de alegría, Norde publicó en facebook: «un nuevo club, una nueva etapa en mi vida@ independiente rivavia de mendoza…………gracias a DIOS” (sic).

Pero claro, además de un dudoso nivel, en un picado informal el caribeño le tiró la pechera al técnico, Claudio Del Bosco, por haberlo reemplazado y, por esta razón, un par de días después el entrenador le comunicó que no iba a formar parte del plantel. Noticia que le llegó justo el día de su cumpleaños número 23. ¡Soplá la velita!

Este termeo incidente es el último dato que se sabe de Sony Norde. Indudablemente se updatearan (?) sus peripecias de aquí en más. El camino a la Ligue 1 está muy complicado…

Under Ladrón: Romeo Kede

Celestino Romeo Kede Ngah

Delantero camerunés que supo marcar su nombre a fuego en el under nacional, gracias a un récord un tanto negativo, por no decir nefasto. Bue, a lo mejor no fue tan grave. Apenas fue acusado de haber quebrado a dos rivales en la misma cantidad de partidos. Pero fue pura casualidad (?).

Nacido el 6 de mayo de 1984, comenzó a practicar fútbol en su país pero a temprana edad decidió probar suerte en América del Sur. Antes de recalar en Argentina pasó por las filas de River Plate de Uruguay (2006), Unión Española de Chile (2006), 2 de Mayo (2007) y Deportivo Luqueño de Paraguay (2007).

Con semejante currículum (?), nuestro ascenso le abrió los brazos y después de darle una palmada en la espalda lo mandó a cagarse de frio a Cruz del Sur de Bariloche, en 2009. Allí Romeo comenzó a sentir el clima hostil, aunque no precisamente por la baja temperatura, sino por las hinchadas rivales, que rápidamente mostraron lo peor de nuestra sociedad, agrediendo a través de la discriminación racial. El atacante tuvo que sufrir esa penosa situación junto a su compatriota Assam Ghislain y a partir de ese momento supo que la xenofobia sería un escollo más, al mismo nivel que las cuestiones futbolísticas.

«Empezaron a decirme “negro de mierda”, “mono”, “come bananas”. Yo me trataba de convencer de que la gente le dice “negros” a todos, lo traté de tomar como un insulto común y lo soporté bien. Después, mi club presentó una queja para respaldarme».

Fuente.

Agravios al margen, continuó su carrera en Brown de Adrogué (2010), donde conoció a Leonel Unyicio. Dejado luego en libertad de acción, se entretuvo entrenando con los libres de Agremiados, hasta que finalmente en enero de 2012 se incorporó a Huracán de San Rafael (Mendoza), inaugurando el capítulo más mediático y polémico de su trayectoria.

En su debut ante San Martín de Monte Comán, por el Torneo del Interior, le pasó de todo. Primero estrelló un tiro en el poste y unos minutos más tarde hizo el gol de la victoria parcial. Sin embargo, en el segundo tiempo viviría un hecho desafortunado que relata el sitio MDZOnline: Cuando transcurrían 5 minutos llegó un centro de Ricardo Giaroli desde la banda izquierda, el que fue a buscar Romeo Kede, con tanta mala suerte que justo llegó el defensor Mauro Gil para despejar el balón. La pierna de apoyo de Gil quedo en la mira del camerunés, que lo terminó fracturando de tibia y peroné.

Para colmo de males, el futbolista lesionado tuvo que ser trasladado en una camioneta porque no había una ambulancia en el estadio.

Con el moreno en el foco de la tormenta, Huracán volvió a presentarse unos días más tarde, frente a Andes de General Alvear. Y ahí, en ese fatídico encuentro, tuvo un exceso de mala suerte, mala leche o como quieran llamarlo.

En el intento de ir a buscar la pelota en un centro, el hombre gol de Camerún saltó con el arquero rival, Amilcar Miranda, que en la caída sufrió la fractura de tibia y peroné de la pierna izquierda. ¡Otra vez esa lesión! ¡Otra vez con Romeo Kede como partícipe!

Teniendo en cuenta los antecedentes, los jugadores de Alvear increparon al africano, que tuvo que salir corriendo y escudarse con sus compañeros. El match estuvo 15 minutos detenido y el árbitro, presionado por el público, no tuvo otra que expulsarlo.

Las imágenes luego comprobarían que el camerunés nunca tocó a Miranda. La cercanía, pero especialmente el prejuicio de la gente, terminó condenando a Kede, cuyo caso rápidamente saltó a los medios nacionales y no dudaron en llamarlo «El Rompehuesos», sin siquiera tener en cuenta su historia de vida.

En mayo de este año abandonó Mendoza y apareció, junto a su compatriota Yannik Minka, en el Sportivo, uno de los equipos más importantes de San Cayetano, un pueblito que no llega a los 7 mil habitantes. Queda en la Provincia de Buenos Aires, cerquita de Necochea. Vayan y pregunten por El Rompehuesos si tienen huevos (?).

Under Ladrón: Luis Alberto Noé

Luis Alberto Noé

Delantero y volante uruguayo que pasara por el fútbol argentino en la curva descendente de su carrera. No lo hizo en Primera División, claro, pero al menos pudimos ver su espigada figura en el Nacional B, donde convirtió algunos goles tratando de recuperar el prestigio que había ganado en sus comienzos.

Debutó en 1984 con la casaca blanquinegra de Wanderers, ilusionando a sus hinchas en la era post-Francéscoli. Y en lugar de pasar a River, como lo hiciera el Príncipe, en 1988 pegó el salto de calidad con una transferencia al América de Cali, aquel equipo mufado que venía de perder 3 finales de Copa Libertadores de forma consecutiva. Con Noé en el plantel la cosa fue distinta, ya que pudieron quebrar la racha. ¿Saliendo campeón? No, quedando afuera en semifinales, con Nacional de Montevideo.

Precisamente a ese equipo uruguayo llegó Noé en 1989 y jugó hasta 1992, momento en el que regresó al fútbol colombiano para vestir los colores de Bucaramanga y Tuluá.

Su incursión por tierras argentinas comenzó en la temporada 1993/94, cuando defendió la divisa del mítico Chaco For Ever, que encaminaba su regreso a la liga de orígen. Con Noé en la cancha y una camiseta totalmente blanca, el conjunto chaqueño terminó último con apenas 29 puntos y perdió la categoría. Al menos pudo conocer al grosso de Enzo Gorniak.

Ya se empezaba a sospechar sobre las cualidades mufísticas de Luisito, cuando mudó sus pertenencias a Unión (1994/95). Ahí sí pudo hacer algunos goles y en Santa Fe pudieron festejar el ascenso…los de Colón. No quedaban dudas.

Retornó a sus pagos para actuar en Fénix y Wanderers, hasta finales de los 90’s, cuando marchó a Chile para sacarse el estigma y obtener el ascenso con el Osorno. Lo que nadie cuenta es que al toque volvieron a bajar. Noé, a esa altura ya frustrado de tanto andar y cosechar reveses, dejó la práctica activa del fútbol para estudiar y dedicarse a la dirección técnica. Si a esta altura todavía seguís leyendo la verdad que te valoramos como visitante del sitio. La mayoría ya debe estar viendo las tetas que aparecen abajo y sólo mirará de reojo este texto si nosotros ponemos algunas negritas y un link, como haremos a continuación. Jugó además en la selección juvenil de su país y utilizó una pelota Cubilla, ¿qué me tirá? Además Noé suele ser invitado a muchos partidos a beneficio, entre viejas glorias y no tanto del fútbol uruguayo y ahí es cuando aprovecha para rememorar buenas épocas. A pesar de sus 44 años, mantiene un aspecto joven lo que le permite bla diferenciarse bla de otros futbolistas bla de su generación y ahora sí no debe estar leyendo nadie, es fija. Es más podríamos meter chistes como que Noé es Luis Alberto, flaco y muerto como Spinetta y nadie se ofendería porque ese par de tetas opaca todo. Si sos uno de los pocos que todavía le está prestando atención a esto, vamos a hacer una cosa, hacete el boludo y en los comentarios simulá que te re interesó la historia, ahora vamos a cerrar como cualquier artículo del sitio, como para no levantar la perdiz de los que sólo leen el comienzo y el final de cada post, para finalmente esperar una propuesta de dirigir en el fútbol charrúa, donde Luis Noé merece una buena oportunidad.


El muñeco y Gallardo.

Under ladrón: Rafael Tabárez

Rafael Hugo Tabárez Hernández

Jugador falopa que supo rellenar varios planteles en el fútbol argentino con 190 centímetros de altura que inspiraban temor…hasta que lo veían jugar. Platense fue el pico de su currículum, sí, pero antes y después tuvo vida, aunque no lo haya demostrado en la cancha (?).

Nacido en la localidad uruguaya de Juan Lacaze en 1984, se hizo ver como marcador central en Deportivo Colonia (2004) y rápidamente logró su primera transferencia a nuestro país, cuando el lavado de guita destino lo llevó a Real Arroyo Seco. Unos meses le sirvieron para conocer el interior de nuestro país y hacerse unos mangos adivinando resultados (?) con TopBet Sportsbook, pero en el segundo semestre de 2005 quiso probar cosas nuevas y desembarcó en Punta Alta para jugar en Rosario Puerto Belgrano. Y ahí, como para impresionarnos y lograr este post, protagonizó una jugada histórica, según la reseña del Diario La Capital:

Cuando finalizaba la primera mitad llegó la jugada clave del partido. Juan Di Bartolo le pegó desde su propia área, el uruguayo Rafael Tabárez despejó mal y Cristian Pereyra metió un pique corto mortal y definió con potencia al primer palo del arquero.

Un Under Ladrón, un baldosero y un indultado en la misma secuencia. La evolución del hombre en el Argentino B (?).

Al año siguiente regresó al Deportivo Colonia (2006/07) para contar sus proezas internacionales, pero mucha bola no le dieron, así que intentó luego en Miramar Misiones (2007) y Durazno FC (2008), una institución más acorde a su nivel de juego. Ahí un día lo agarró el Presidente y elaboró una maniobra para sacárselo de encima (?). «Mirá, Rafita, te conseguí un lugar en Platense, un equipo que le ganó al Milan«, dicen que le comentó. Un hijo de puta el Presi, con el agravante que es ni más ni menos que el ex jugador calamar, Alejandro Nannini.

Con todas las ganas de mostrarse en ese cuadro que derrumbaba a los poderosos de Europa, Tabárez llegó a la concentración y cuando le explicaron que la figura era Hanuch medio que se arrepintió (?). En ese contexto apenas pudo disputar 4 encuentros. Y uno de ellos con una camiseta marrón que ni escudo tenía. Se sintió en bolas y rescindió su contrato.

Tras defender nuevamente los colores de Durazno FC (2009/2010), probó suerte en el fútbol chino y brasileño, sin demasiado suceso. A mediados de 2011 viajó a Bolivia y se sumó a la plantilla de La Paz FC. Lo que no tiene paz es su video promocional. Ponés limitado en Google y te sale ésto:

Under Ladrón: Roller Cambindo

Roller Cambindo

El negro que no era Sekagya ni el primo de Sekagya, así lo siguen distinguiendo en los tablones de madera de la cancha de Ferro. No toda la hinchada, claro. Apenas pueden hacerlo aquellos pocos enfermos que lo vieron jugar en alguno de los 3 partidos en los que Cambindo hizo historia. De la mala, pero historia al fin.

Llegó a Caballito en 2005, esa mágica época donde cualquier vuelto internacional de Gustavo Mascardi terminaba poniéndose la camiseta verde. A su arribo, le preguntaron el nombre. Y él contestó, sin dudas: «Roller». ¿Roger? «Sí, sí, Roller». Entonces en todos los diarios apareció como Roger, sin que nadie sospechara que en 1978 el registro civil de Colombia era la joda misma.

Desde allá había venido tras vestir los colores de Millonarios (1996 a 1999 y 2003/04), Deportes Tolima (1999 a 2002) y Once Caldas (2004). Y ahí tuvo que volver luego de su triste paso por el fútbol argentino.

Tras la lesión del marcador central Gabriel Oyola, el Chulo Héctor Rivoira lo hizo debutar como titular en un partido ante Tiro Federal, en Rosario. Y por cosas como esas el DT hoy es mala palabra en Oeste.

Cuando el partido se encaminaba a una victoria de Ferro por 1 a 0, Cambindo regaló una pelota inexplicable que derivó en el gol de Tito Ramírez que puso el empate definitivo.

Después llegarían un par de pobres actuaciones más, como para certificar que era malo de verdad. Un mes más tarde de aquel fallido estreno, le comunicó a la dirigencia que quería rescindir el contrato. Y mucho puchero no le hicieron (?).

De regreso a su tierra, jugó para Deportes Tolima (2007) y Junior (2008 a 2010), donde lo apodaron «Bomba de tiempo» por las cagadas que se mandaba en los momentos decisivos, y hasta propusieron organizarle un partido despedida y donarle la recaudación. Para que no volviese, obvio.

Lejos de su ingrato público, enamoró fieles en Perú, gracias a la cara de sufrido que puso en Universidad San Martín de Porres (2005/06) y León de Huánuco (2011/12). Y se llama Roller, sí. Se llama Roller.

Under Ladrón: Arturo Dorati

Arturo Isaac Dorati Ameglio

La foto habla por sí sola, da a entender que a continuación ustedes leerán la historia de un jugador distinto, bien baldosero, con aristas fuera de lo común. Si interpretaron eso están en lo cierto. Lo que no se imaginan, tal vez, es que el protagonista de este post, además de haber venido a la Argentina desde Panamá, fue un invento estuvo en la mira del inefable Ricardo Caruso Lombardi. Sí, uno más.

Nacido el 18 de agosto de 1986, Arturo Dorati se formó como futbolista en el seno de una familia del ambiente. Su padre, también llamado Arturo Dorati, fue dirigente de la Asociación Nacional Pro Fútbol de Panamá durante muchos años, llegando incluso a presidirla. El pibe, entonces, jugó como delantero en Deportivo Italia y en la Selección juvenil. A base de contactos dicen que logró insertarse luego en el fútbol italiano, donde pasó fugazmente por el Áscoli. ¿Su rendimiento? Incomprobable.

En 2007, ya uno a $abér cómo, recaló en nuestro país para hacer una prueba en el Argentinos Juniors de Caruso Lombardi. Y quizás por la ausencia de Lososospolare en Panamá, al Richard no le cerró desde la parte argumental (?) y no lo incorporó.

Ni lento ni perezoso, el centroamericano quiso aprovechar la media estadía que ya tenía paga (?) y al toque se fue hasta la Isla Maciel para agarrarse SIDA conocer la cancha de San Telmo, donde terminaría arreglando su contrato. El tema es que ni alcanzó a debutar porque enseguida acusó problemas familiares y pidió permiso para volver a su tierra por unos días. Se lo dieron. Y no volvió, claro.

Luego de un par de años donde estuvo dedicándose al modelaje y a la fotografía, Arturito conoció la esgrima, dejó el fútbol, se dedicó de lleno a su nuevo deporte y logró convertirse en el número uno del ranking nacional, lo que le dio la chance de representar a su país en distintas competencias.

Más cebado aún (?), fundó un club llamado Cyrano de Bergerac y tiene como objetivo convertirse en el mejor del mundo en su especialidad. Eso hasta que se entere que El Zorro lo inventó Caruso. Y ahí se va a quedar mudo como Bernardo.

Under Ladrón: Henry Valderrama

Henry Valderrama

Así como en este pobre y castigado país (?) tuvimos que soportar el robo descarado del famoso clan Asprilla, otros desprendimientos de aquella generación colombiana del 5 a 0 también hicieron de las suyas ante nuestra desidia. Aquí el recuerdo del primo del Pibe Valderrama.

Su nombre, Henry, no decía mucho. Su apellido, Valderrama, todo lo contrario. Generaba curiosidad, expectativa, desilusión y, por último, tristeza. Todo ese rejunte de sensaciones experimentó la gente de Defensores de Belgrano en 2004, cuando el atacante moreno aterrizó en el Bajo, a préstamo desde el Deportivo Cali, mostrando sus credenciales incomprobables de primo del mítico 10 de Santa Marta, con historias de navidades compartidas y no mucho más.

Duró apenas 6 meses en aquel conjunto que tenía a Johny Aquino, Matías Oyola, Diego Cochas y Fernando Sánchez, entre otros. Suficientes para disputar 16 encuentros y marcar 2 goles. No anduvo tan mal, pero dejó gusto a poco.

Con la primera página del documento gastada de tanto mostrarlo, deambuló por el mundo sin demasiada suerte. Además de haber actuado en el Cúcuta, Deportivo Pasto, Boyacá Chicó, La Equidad y Real Cartagena de su tierra, dicen que también anduvo por el Auxerre de Francia, FC Dallas de Estados Unidos, Municipal Chorrillo de Panamá (todo dicho) y varios clubes de Venezuela, como Unión Lara, Deportivo Táchira y Portuguesa. ¿Qué costaba hacerle un ADN?