Se le subió la Mostaza

¿Quién dijo que Reinaldo Carlos Merlo siempre repite la misma camisa? ¿Dónde están los que calificaban a Mostaza de conservador, aburrido y poco jugado?
Esta foto desmiente todo aquello, ya que el otrora volante central de River se tiró toda la pilcha encima.
A sus largas y contemporáneas patillas le agregó una buena polera, un saco al tono y…unos pantalones rojos oxford más exagerados que bolsillo de payaso.
Está bien que el «rubio» tenía dos macetas como piernas, pero tampoco como para ponerse una carpa encima.
La intriga quedará entonces en su calzado…aunque algunas lenguas dicen que se gastó el pie derecho pegando y que el izquierdo todavía lo tiene el 10 rival.

Cucu

Lormera Roody

Roody Lormera
Delantero haitiano que llegó a la Argentina luego de deslumbrar a Jorge Griffa en una gira que realizaron las juveniles de Boca Juniors por el Caribe. El jugador participaba de la Sub 20 de su país y le ofrecieron probarse en el club de La Ribera.
Sin embargo tuvo un problema y recién un año después se fue a Quilmes donde jugó en la Cuarta y Reserva. «Fue una apuesta muy grande venirme a la Argentina. Me costó mucho acostumbrarme al clima y las comidas, pero hice el sacrificio porque éste es un fútbol competitivo. Mi sueño es jugar en primera».
Lo cierto es que terminó en El Porvenir (2003-2004), club que lo ayudó a recibir la convocatoria a la selección mayor ya que en algunas oportunidades pasaron los de Gerli por televisión. En esas ocasiones, unas 400 personas se juntaron para verlo.
Resignado por no ganarse la titularidad que esperaba, optó por irse dejando una buena amistad con Fernando Dubra y Pablo Añaños.
Para tomar una radiografía de sus cualidades como jugador, el haber ido a jugar a Universidad de Honduras (2004-2005) puede dar algunos indicios.
Es que Roody no quiso volver a Haití por la complicada situación social que allí se vive, pero su tranquilidad pasa por que sus padres, Brunere y Chantal y hermanos, Gabriel y Vanesa viven en Miami.
En el equipo estudiantil rompió las redes en dupla con el argentino Víctor Hugo Sánchez y a pesar de ser sondeado por el Valencia de ese mismo país y el Real Estelí de Nicaragua, firmó para el Hispano (2005-2006), en el cual fue dado de baja por tomarse unas extensas vacaciones.
Es por esto que se puede afirmar Roody cumple con todos los requisitos del típico jugador centroamericano, festivo, aventurero, desfachatado y con poco apego al compromiso.

Cucu

Lezica Juan José

 

Juan José Lezica (John)

La versión Kapelusz dice que Juan José Lezica tuvo que ver, de alguna manera, con la historia grande de nuestro país. La crónica oficial cuenta que en 1810 varios patriotas ilustres como Belgrano, Rodríguez Peña, Saavedra, Alberti y Paso se reunieron en la Jabonería de Hipólito Vieytes para organizar los sucesos revolucionarios que se conocerían durante los últimos días de mayo. Luego de que el Virrey Cisneros anunciara, el viernes 18, la caída de Andalucía a manos francesas y exhortara a mantener la fidelidad a España, los patriotas se reunieron con Cornelio Saavedra, jefe del Regimiento de Patricios, y decidieron que había llegado el momento de implementar sus ideas renovadoras.

El sábado 19, los criollos solicitaron una autorización a Cisneros para realizar un Cabildo Abierto que permitiese debatir sobre la situación que atravesaba España. Saavedra, Belgrano y Castelli gestionaron el pedido a través de reuniones con Juan José Lezica (alcalde de primer voto) y Julián de Leiva (síndico procurador). Así se inició la revolución que terminó el viernes 25 de mayo, con la dimisión de los cabildantes y la aceptación de la Primera Junta de Gobierno, integrada por el Comandante de Armas Cornelio Saavedra (Presidente), los Doctores Juan José Paso y Mariano Moreno (secretarios) y Manuel Alberti, Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Miguel de Azcuénaga, Domingo Matheu y Juan Larrea (vocales).

El historiador/refutador Felipe Pigna diría, quizás, que Juan José Lezica tuvo un papel más preponderante del que se tiene en la memoria por herencia bibliográfica. Para En Una Baldosa, en cambio, Juan José Lezica fue un escueto zaguero central nacido en Berisso que no formó parte de la revolución de Mayo, nunca fue dirigido por el Profe Castelli, jamás fue compañero del Mencho Saavedra, no tuvo la suerte de jugar en Belgrano, tampoco le dio un pase a Renato Cisneros, no coincidió por poco con la época de Larrea y mucho menos influenció a sus colegas Rodríguez Peña y Carlos Matheu.

Este Lezica, mucho más actual y menos comprometido politicamente, tuvo sus 15 minutos de gloria cuando jugó algunos partidos en la Primera de Estudiantes de La Plata. Debutó el 6 de febrero de 1999 en un partido ante Huracán, por la veraniega Copa Provincia de Buenos Aires. Pero oficialmente se calzó por primera vez la pilcha albirroja en un encuentro ante Unión de Santa Fe, por el torneo Clausura de ese año, en el que tuvo que actuar como lateral derecho en reemplazo de Leandro Testa. En poco más de una temporada llegó a disputar 11 encuentros.

Después, le costó encontrar un hueco y a mediados de 2001 se fue a Defensa y Justicia junto a otros pibes como Maximiliano Cejas y Pablo Figueredo. Un año más tarde optó por jugar el Torneo Argentino A con los colores de Tiro Federal de Rosario. Y mal no le fue, porque pudo compartir el plantel con Hernán Heinze, el hermano de Gabriel y formó parte del ascenso a la Primera B Nacional.

En agosto de 2004 regresó a Defensa y Justicia para intentar romperla en esa categoría, pero con la llegada de la temporada 2005/2006 pasó al Deportivo Morón. Hoy sigue sacando rédito de su gran porte físico y de su nombre, tan importante para la historia de la patria y tan olvidado por el mundo del fútbol.

Delfino Leonardo

Leonardo Adrián Delfino
Promisorio volante de las divisiones inferiores de Boca Juniors que llegó a integrar la Selección Argentina Sub 17 que participó del Sudamericano de 1993 con Mostaza Merlo como entrenador. En ese equipo conoció entre otros a Fede Domínguez, Orrego, Rubén Cantero, Fuentes, Bernacchia, Vilariño, Biagini, Grande, Cantoro, Nico Diez, Lutman, Romay, Milton Acosta, José Ramírez, Burtovoy y Pablo Rodríguez.
Ya soñaba a lo grande y dos años después, tuvo el agrado de pisar primera, siendo debut y despedida. Fue en 1995 para el Xeneize, cuando ingresó como suplente, condición que repetiría una vez más.
Su salida del club se dio por decantación, la llegada de figuras derrumbó sus esperanzas y de manera silenciosa se desvinculó.
En septiembre de 1996 junto a más 400 jugadores, se presentó en la convocatoria de Carlos Timoteo Griguol que llevaría algunos futbolistas a las filas de Gimnasia y Esgrima de La Plata.
Pudo superar el primer filtro al igual que Vujacich, Zapiola, Claudio Rojas, Arturi y Pittaluga, entre otros, pero finalmente no convenció y se mandó a mudar.
Se desconoce que sucedió con él y recién aparecen datos en 1998 cuando jugó para Deportivo Morón junto a Luciano Krikorián, Maximiliano Natalichio, Gustavo Medina y Alberto Meinecke.
Su interesante desempeño lo hizo pasar a Banfield (1999-2000) que contaba con un plantel muy completo en el que debió pelear mucho para ser considerado, aunque no lo logró. El Taladro poseía jugadores de la talla de José Miguel, Martín Pautasso, Adrián González, Javier Sanguinetti, Andrés San Martín, José L. Acciari, Pablo Cameroni, Carlos Leeb, Diego Katip, Luis Calvo, Rubén Forestello, Mario Pesado Castro y Cristian Luchetti.
Por ello, buscó nuevos horizontes y recaló en San Miguel (2000) donde volvió a compartir concentraciones con estrellas como el rercordado Sergio Schulmeister, Gustavo Artaza, Pablo Pooli y Daniel Giménez.
Ya en el 2002 jugó unos meses en Unión La Calera, del ascenso chileno y luego se volvió a encontrar con Krikorián en Tigre, donde además pudo conocer a dos históricos como Orfila y Dundo. Sin embargo, no todo fue protocolo y felicidad, ya que sufrió un puñetazo por parte de un hincha de Atlanta cuando miraba a su equipo en la platea. El incidente se generalizó cuando un compañero suyo respondió el ataque con un golpe que derribó al agresor, lo que provocó que otros hinchas del Bohemio se sumen a la pelea. Ese trago amargo fue tan duro como cuando fue dejado en libertad de acción por falta de pago y debió aguardar el permiso de AFA para poder negociar con otras instituciones.
Luego de esa espera, firmó con Sarmiento de Junín (2003) en la temporada previa al ascenso, donde hizo buenas migas con Rodney Widman.
A partir de ese momento, no se supo más nada de él, aunque hay quienes lo vincularon a Grupo Universitario de Tandil e Independiente Rivadavia de Mendoza, pero lo cierto es que desapareció, como si se lo hubiese tragado la tierra.
Si querés aportar datos y como diría su posible prima Luisa Delfino…te escucho.

Cucu

García Raúl

Raúl Antenor García
Su segundo nombre, como a tantos otros, lo salvó de ser uno más en la larga lista de ilustres desconocidos que pueblan las canchas del país. Su paso insignificante por la Primera División y su apellido, normal por naturaleza, casi que lo obligaron a ser uno del montón. Pero el simple hecho de leer «A-N-T-E-N-O-R» en una formación lo transformó en un ser minimamente identificable.
En la máxima división del fútbol argentino alcanzó a disputar 30 encuentros con la camiseta de Platense, desde 1996 a 1999. Su condición de «defensor-volante» le permitió jugar como lateral izquierdo o como volante de contención. No tenía problemas para interactuar en la zaga junto a Váttimos, Lorenzón y Normán Pereyra o para compartir la mitad de la cancha con Peinado, Chatruc y Coyette. Permaneció en el club hasta que se consumó el tan postergado descenso. Después, con el Calamar en el Nacional B, desapareció del mapa.

Juan Pordiosero

Decilo Enzo decilo!

Si existe alguien con poca onda, ese es Enzo Francescoli, aunque en esta oportunidad intentó lookearse como un joven más…onda Claudio Caniggia a quien aquí saluda.
Lo cierto es que el chaleco de nobuk no sólo se llevó todas las miradas aquella noche, sino que aún hoy recibe los aplausos.
Y si bien la foto no lo muestra, no sería extraño que el uruguayo este acompañado con un chicle al cual mastica en forma grosera. Que glamour Príncipe!!

Cucu

Tissera Juan Carlos

Juan Carlos Tissera (El Negro)
Morocho con cara de buen tipo, apareció en la primera de Independiente en 2001. Coincidió también con la época del torneo logrado en 2002 y quizás por esa razón creyó que se comería el Mundo, pero jamás logró ganarse la titularidad.
Las magras campañas posteriores, la salida de varias figuras y la agresión de sus hinchas cuando se encontraba presenciando un partido en la platea le generaron dudas y un gran malestar, que derivó en la libertad de acción.

Atrás quedó una lista interminable de compañeros que no hicieron pie y vale la pena recordarlos. Ezequiel Bottaro, Raúl Damiani, Emiliano Dudar, Rubén Salina, Darío Sala, Fernando Lorefice, Ariel Rocha, Bazán, Zelaye, Mariano Pernía, Pekarnik, Walter Bustos, Pablo Cuba, Emanuel Rivas, Hernán Vigna, Salina, Brian Robert, Franco Troche, Maximiliano Vallejo, Pablo Trecco, Lucas Favalli y Mauro Fanari entrenaron o jugaron alguna vez con Tissera.
Buscando una revancha y pretendiendo demostrar que se habían equivocado con él, bajó al Nacional B para jugar en Talleres de Córdoba (2004) con Catriel Orcellet, Erpen y Gustavo Bartelt.
Lamentablemente la historia se volvió a repetir, el fracaso tallarín fue rotundo y dejó el club. Cansado del fútbol local, entendió que en el exterior podría encontrar la tranquilidad necesaria y por eso fichó en el siempre protagonista Monagas de Venezuela.
En la actualidad no se sabe demasiado sobre su carrera, pero si que en sus ratos libres ve mucha televisión y películas, siendo la preferida, El Joven Manos de Tissera.Cucu

Coudet Chila 2003

Una semana después de estrenar un buzo con su nombre en un entrenamiento, «Chacho» Coudet le hizo agregar la famosa frase «Tu no has ganado nada» que patentó José Luis Chilavert. De esa manera intentó transmitirle miedo a sus compañeros. Pero no fue lo único curioso. También lució unos pantalones largos con dos inscripciones. En una pierna decía «Kosiuko» (su marca de ropa predilecta) y en la otra, «Taller Pichi» (por Raúl Quiroga, el utilero riverplatense que lo ayudaba en todas sus locuras).

Pastor