Quilmes Copa Libertadores 2005

Extasiados al conseguir el pasaje a la Copa Libertadores -torneo sudamericano por excelencia pero curiosamente esponsorizado por algún banco español, alguna automotriz asiática o algún fabricante de ruedas japonesas de dudosa calidad- los dirigentes de Quilmes apostaron a un formato que se da mucho en USA (?).

Esto es: vender a los que lograron el objetivo, ningunear a los que vienen de abajo y llenar la lista de buena fe con héroes de antaño semi retirados (Vivas, Almeyda, Vitamina Sánchez, Markic, Bridgestone Rueda), promesas que nunca explotaron (Bonvín, Speedy González, Gastón Córdoba) y gente poco identificada con el fútbol (Osorio, Arano, Gabriel Lob*s, Bastianini).

¿Es resultado? Eliminación en primera ronda, producto de una victoria, dos empates y tres derrotas, con el agravante de la vergüenza diplomática por tener que dejar dormir a un jugador tras las rejas en Brasil por llevar a pasear al continente lo peor del ser futbolero nacional. Amén de la gravedad del caso.

La foto corresponde a la última fecha de la fase de grupos, cuando un eliminado Quilmes recibió a Universidad de Chile en su estadio. Arriba: Markic, Avendaño, Velázquez, Pablo Mannara, Gabriel Lob*s y Almeyda. Abajo: Luis Rueda, Speedy González, Arano, Lautaro Trullet y Diego Torres.

De más esta decir que, una vez finalizado ese torneo, el 90 % del plantel se alejó de la institución y en dos temporadas El Cervecero pasó de jugar contra el San Pablo a hacerlo en el Nacional B. Y mucha responsabilidad tuvo esta campaña. La pasión por la excelencia que pregonan algunos no deja de ser el cuento más triste y viejo del mundo.

FC Tokyo 0 – Argentina 0 (2002)

A los que pensaron que la excursión de la Selección Argentina por tierras niponas en 2002 fue un auténtico fracaso, les decimos que no, que nada que ver (?).

Para empezar, el equipo de Marcelo Bielsa facturó muy bien por tres amistosos ante clubes japoneses. Además se firmaron programas para el intercambio de juveniles, actualización de infraestructura y modernización de tecnología, entre otros acuerdos de vital importancia para el desarrollo de nuestro fútbol.

¿Y los partidos? Un presagio de lo que sería el Mundial. Se ganó el primero, se perdió el segundo y se empató el tercero. Precisamente, este último fue ante el F.C Tokio y Argentina, con todos sus titulares, apenas llegó al arco contrario. ¿El resultado? Un soporífero 0 a 0.

Según cuentan las crónicas, el único que tuvo una actuación descollante fue Benjamin Button Javier Zanetti, quien, se rumora, allí encontró una milenaria y ancestral fuente de la juventud y once años después luce dos décadas más joven. Como para que Guido Kaczka, Andrea Frigerio y Ciro Pertusi no se sientan solos ¿vio?

Baigorria Manuel


Manuel Alberto Baigorria

La idea de triunfar en la Primera de un equipo grande seduce a cualquier jugador. Más cuando se trata de Boca Juniors, uno de los clubes más importantes del mundo. Para un chico que viene del interior, la alegría o la decepción, en caso de no lograr el objetivo, es doble. No es fácil armar el bolso, dejar atrás a la familia y pasar a vivir en una pensión con centenares de jóvenes que se tienen que pisar la cabeza para quedarse con ese lugar de privilegio al que pocos llegan. Para Manuel Baigorria, un pibe nacido en Las Tordillas (Córdoba) en 1985, las cosas nunca fueron fáciles. Desde el vamos, tuvo que cargar con el apodo clásico, fastidioso e inevitable: Granadero. A partir de ahí, a este mediocampista/delantero, todo se le hizo cuesta arriba. Con los años, pasó de ser una promesa de las inferiores xeneizes a desaparecido en acción.

En 2002, con apenas 16 diciembres en el lomo, y en tiempos del Maestro Tabarez, ya solía formar parte del grupo de juveniles que entrenaban con los grandes, a la par de otras estrellas del cosmos baldosero como Raúl Osella, Victor Magnago, Leonardo Verón, el Pollo Herrera y el primo de La Sole, José Pastorutti. Dos años más tarde, ya con Carlos Bianchi en el banco de suplentes, formó parte del selectivo que estuvo a punto de viajar a la pretemporada, pero una fractura en el pie derecho le robó la ilusión. Aquella vez, estuvo acompañado por Ariel Colzera, Leandro Díaz, los baldoserísimos Mario Sosa, Adelquis Ruffini y el excéntrico belga Mikael Yourassowsky.

Sin embargo, la oportunidad de debutar oficialmente le llegaría recién en 2005, de la mano del Chino Benítez. El rey del escupitajo facial Velasco denunciame (María Eugenia Zorzenón dixit) lo bancó luego de que sufriera un grave esguince en el tobillo derecho que lo marginó de la pretemporada y lo mandó a la cancha ante Independiente, el 20 de marzo. Esa tarde, el pibe reemplazó a Fabián Vargas sobre la hora y pese a que ni bien ingresó el Rojo logró el descuento, Boca se quedó con los tres puntos. «Entré y justo vino el gol de Independiente. Me quería morir. Allí sí sentí nervios, quería agarrar rápido la pelota para serenarme. La verdad, casi ni la toqué», se sinceró apenas terminó el encuentro.

Volvió a jugar dos meses más tarde, esta vez ante Estudiantes en La Plata y como titular, formando la dupla de ataque con Edgar Fabián Espíndola. El Xeneize y el Pincha no pudieron salir del cero y Baigorria le dejó su lugar a Andrés Franzoia, como un presagio de lo que sería su trunca carrera, cuando faltaba poco para el final del partido.

Estuvo entre los once iniciales otra vez ante Newell’s, ya con Abel Alves en el banco tras la bochornosa salida del Chino Benítez. Esa tarde, con mayoría de suplentes y juveniles, Boca cayó ante la Lepra por 1 a 0 y el Granadero intentó durante 75 minutos, sin éxito, asistir a Rodrigo Palacio y Espíndola. Salió para el ingreso de Mauro Boselli y nunca jamás volvió a vestir la camiseta azul y oro en un partido oficial.

La caída libre comenzó en 2006 cuando pasó a Juventud Antoniana de Salta en la B Nacional, donde no pudo evitar el descenso al Argentino A, aunque en lo personal no anduvo mal. Disputó 17 encuentros y marcó 4 goles al lado de Wally Martínez Gullotta, Sergio Tahuichi Albornoz, Yamil Garnier y uno de los convocados por Alejandro Sabella a la selección en los últimos meses, el defensor Matías Rodríguez.

Al menos, le alcanzó para quedarse en la categoría y para la temporada temporada 2006/07 pasó a Huracán. El Globo quería volver a Primera y para eso contrató a Baigorria. 19 partidos y dos goles más tarde, le dijo adiós al equipo de Parque Patricios, que finalmente lograría el ascenso.

En Ecuador, con el manto sagrado del Olmedo (2007) conoció las mieles de disputar la Copa Sudamericana, pero el llamado de Juventud Antoniana lo hizo pegar la vuelta a comienzos de 2008. Seis meses más tarde metió otro roadtrip (?) sudamericano para jugar Deportes Quindío. de Colombia. Demoró mucho en debutar en el equipo cafetero y cuando le tocó entrar en acción no colmó las expectativas y lo dejaron libre.

Ya en declive, en 2009 firmó contrato con Estudiantes de Buenos Aires, en la tercera categoría, donde no dejó mayores recuerdos. La última noticia que tuvimos de él fue que a mediados de 2010 se entrenaba en General Paz Juniors, el club que lo vio nacer, a la espera de alguna oferta de la B Metropolitana que nunca llegó.

Especiales: una celebridad en el plantel, primera parte

Casualidad, homenaje en vida o simplemente por aproximación fonética, algunos futbolistas rinden culto a estrellas del mundo del espectáculo con sus nombres. Algunos casos son anecdóticos, otros dignos del diván.

Por esta página ya desfilaron: un referente de la cumbia villera, una megastar latina, un múltiple artista de antaño y hasta un grupo californiano de rock proletario (?). Es hora de hacer justicia con el resto.

Michael Jackson Quiñónez Cabeza

Este cantante, compositor y bailarín estadounidense volante ecuatoriano nació en una humilde casa de Gary, Indiana Santo Domingo de Los Colorados, donde creció y soñó ser cantante de la Motown futbolista junto a sus hermanos Tito, Jermaine, Marlon y Randy.

Se inició en The Jackson Five Espoli y luego pasó por Quevedo, Santos de Brasil, El Nacional y Deportivo Quito. En 2012 llegó a Barcelona de Guayaquil por pedido de Quincy Jones Luis Zubeldía y ganó ocho premios Grammy la liga, ya con Gustavo Costas como técnico.

Fue apodado, obviamente, El Rey del Pop, y cuando se le preguntó por la historia de su nombre confesó: “Mi padre era fanático del cantante y habló con medio registro para poder anotarme. Aunque no me cambiaria el color de la piel. Soy negro y es lo mejor, te pones una camisa y las mujeres quedan muy contentas. El único exceso de Michael Jackson que tendría es el de tener muchos animales. Me encantaría tener un monito. Antes tenía una ardilla que andaba saltando por la casa y la encontré muerta en la taza del baño. Tuve un perico, pero también se murió. La canción de MJ que más me gusta es esa que dice: naaa na na na na pireeeeh pireee (Beat It).

Simpático. Aunque muestra la misma fragilidad mental que el desaparecido Jacko con declaraciones como esta: “Mi sueño es llevar a Ecuador al Mundial de 2014 y, por supuesto, ganarlo. Sé que es posible”. Y ya que esta, que la gente cante: “Ma me se, ma me sa, ma ma coo sa, ma ma se, ma ma sa, ma ma coo sa” mientras se tira un Moonwalk. Ponele.

José Luis Rodríguez

Prócer de una época que no va a volver, José Luis Rodríguez es el máximo goleador histórico del Deportivo Español, es considerado una leyenda en Rosario Central y dejó un grato recuerdo en Racing, donde formó una delantera de ensueños junto al Lagarto Fleita y al Turco García. Además pasó por el Betis de España, Deportivo Cuenca de Ecuador y Olimpo de Bahía Blanca, donde colgó los botines.

Claramente, un personaje tan mágico merecía un apodo. Y ligó uno bueno: Puma. Sin embargo, hasta al mismo jugador le causa rechazo por haberlo heredado del pseudo cantante y actor venezolano que hacía las delicias de las veteranas con El Muñeco Mateyko haciendo las veces de Robin.

Alejado del mundo del fútbol y al ser reconocido mientras maneja un taxi, el entrañable José Luis Rodríguez tiene siempre la misma contestación: “¡Que Puma ni, Puma! ¡Decime Cacho y te ganás mi amistad!».

Jim Morrison Varela

La Gente es Extraña. Mucho más en Uruguay, donde está permitido bautizar a un recién nacido con las primeras silabas que se vengan a la mente. Tal es así que, en octubre de 1994, una tierna pareja de caníbales montevideanos le puso el nombre del mítico líder de The Doors al querubín de la familia.

Actuando como volante central, Jimbo hizo el camino de las inferiores en Peñarol, además de representar a su Selección en todas las categorías menores y salir subcampeón del Mundial Sub-17 de México en 2011.

En enero de 2013 participó del Sudamericano Sub 20 de Mendoza y declaró: “Me encanta este país. Miro fútbol argentino desde siempre”. Cuando tenía todo para ser declarado En Una Baldosa Friendly (?), Varela la tiró afuera: “No me gusta que me vinculen con Jim Morrison. No me gusta su rebeldía ni que mi nombre se asocie con las drogas. Yo soy muy sano y la rebeldía la dejo para la cancha. Aparte el rock no me gusta, prefiero la cumbia argentina y la plena (?)”.

This is the End, My Friend. Por no decir que nos tapó el agua.

Keirrison

El impuesto al valor agregado de la pelotudez, como siempre (?), lo pagaron los brasileros. ¿El damnificado? Keirrison de Souza, un delantero que surgió en Coritiba, pasó por Palmeiras y fue noticia a mediados de 2009 cuando lo compró el Barcelona.

Los catalanes pagaron 14 millones de euros, barrieron la sala de prensa y organizaron una conferencia para presentar a su nueva estrellita. Al ser consultado, el jugador declaró muy suelto de cuerpo: “Mi nombre se debe a dos artistas. Como no se ponían de acuerdo, mis padres me pusieron mitad como Keith Richards, mitad como Jim Morrison, esperando que yo me pareciese en algo a ellos”.

¿Qué hizo el Barcelona? Se lo sacó de encima, obvio. Seis meses a préstamo en Benfica, seis meses más en Fiorentina, un año en Santos, otro semestre en Cruzeiro y actualmente en Coritiba, donde se rompió los ligamentos. De esta manera, el bueno de Keirrison jamás se puso ni se pondrá (?) la blaugrana. No vaya a ser cosa que aparezca muerto en la bañera de La Masía…

Vélez con la V dorada 2010

El dorado, se sabe, es un color que generalmente arruina las camisetas de fútbol. Y mucho más si no aparece en forma de detalle, sino más bien reemplazando a un color original.

Eso es lo que tuvo que sufrir Vélez Sársfield en el 2010, cuando la empresa Penalty le confeccionó un modelo de camiseta que conmemoraba el Centenario de la institución.

La casaca, edición deluxe, se destacaba por su V bañada en oro, que simbolizaba las epocas de gloria del club. Y aunque cueste recordarla, se la pudo ver en un partido amistoso, en Liniers, que reeditó la Copa Intercontinental de 1994, entre Vélez y Milan.

Para suerte de sus hinchas, la pilcha nunca se usó oficialmente. Para suerte de todos no, claro. Más de un flogger se debe haber quedado con ganas de seguir teniendo la Gold. Arre.

Machín a Boca 2009

Extraña situación la que vivió el volante Gastón Machín en la temporada 2008/2009. Sin lugar en Independiente, fue cedido a préstamo por un año a Newell’s Old Boys de Rosario, donde alcanzó a jugar 14 partidos en el Apertura 2008 y apenas 1 encuentro en los albores del Clausura 2009. Ese partido, casualmente, fue ante Boca Juniors, el equipo que por aquellos días estaba interesado en sus servicios y mucho más cuando se supo que a Machín no le estaban pagando y que podía quedar libre.

El futbolista, ni lento ni perezoso, pidió la cancelación de su préstamo con La Lepra para poder volver a Independiente y negociar otro préstamo, ya que el técnico del Rojo, Pepé Santoro, tampoco lo tenía en sus planes.

En marzo de 2009 Machín pudo irse de Newell’s y entonces el camino quedó allanado para que diablos y xeneizes se pusieran de acuerdo, cosa que finalmente sucedió. Fue así como varios medios dieron la contratación como hecha, aunque faltaba un detalle.

El reglamento de AFA prohibía otro préstamo en esa situación, motivo por el cual varios clubes tiraron la bronca en la reunion del Comité Ejecutivo. Al no quedar libre del Rojo, el rubio mediocampista necesitó una mano del secretario general de Agremiados, Sergio Marchi; pero ni así pudo dar vuelta las cosas. Tras llorar un poco la carta, Machín se quedó en Independiente y disputó 8 partidos más de ese Clausura 2009.

Un año más tarde, jugando para Huracán, le haría (y le gritaría) un gol a Boca. Pero esa es otra historia.