Repartidos: Alemania 1 – Austria 0 en España ‘82

En teoría, un Alemania – Austria cerrando un grupo de primera fase en una Copa del Mundo jamás podría ser un repartido de esos que más nos caben. Pero como no siempre 2 más 2 es 4, en España ‘82 se dieron algunas circunstancias que hicieron de ese encuentro un arreglo bochornoso partido mucho más light que un picado entre pibitos de ocho años en el balneario Almejas de San Clemente. Pero empecemos por el principio.

El grupo B, con sede en Gijón y Oviedo, había juntado a Alemania Federal, Austria, Chile y Argelia. En la previa, la lógica ponía a los alemanes clasificados cómodos y Argelia partenaire y fuera de la conversación, mientras que chilenos y austríacos iban a tener que luchar por avanzar a segunda fase. Pero nada de eso pasó. Tras el quinto partido del grupo, triunfo de Argelia 3 a 2 sobre Chile, la tabla había quedado patas para arriba con Austria y Argelia primeros con 4 puntos, segundo Alemania con 2; y cola Chile con 0 y eliminado. Números que obligaban a la irregular Alemania a ganarle sí o sí a Austria para alcanzar las 4 unidades y poder avanzar de ronda al superar la diferencia de gol de los argelinos. Y lo que quedaba planteado casi como una final a muerte entre europeos, fue apenas un entrenamiento que duró diez minutos de puesta en escena y 80 de River – Argentinos Juniors papelón.

Luego de un arranque más o menos digno, los alemanes se pusieron arriba en el marcador con gol de Hrubesch a los diez del primer tiempo. Pero tras lograr el objetivo, la farsa quedó de manifiesto y fue tan alevoso que Austria no estaba dispuesta a empatarle a sus rivales, que los 41 mil espectadores presentes ese 25 de junio en el estadio El Molinón de Gijón, no quisieron ser cómplices de la estafa y promediando el partido estallaron en un canto de impotencia: mientras tronaba el “Ar-ge-lia, Ar-ge-lia…” miles de pañuelos blancos eran revoleados en clara señal de protesta por el evidente pacto para garcar bien garcado perjudicar a los africanos.

Mucho toque para atrás, tiros libres a las nubes, algún cambio de frente, un pelotazo a la cabeza de los centrales y vuelta a empezar. Los minutos finales fueron merecidamente acompañados por abucheos y una estruendosa silbatina de fondo. Viendo como venía la mano, el árbitro escocés Bob Valentine no adicionó nada, pitó el final a los 45 con 20 segundos y sepultó las esperanzas de Argelia. Y cómo habrá sido de mayúsculo el tongo, que la FIFA se vio casi obligada a tomar cartas en el asunto y decidió, a partir del Mundial siguiente, que los últimos dos partidos de cada zona se jueguen el mismo día y a la misma hora.

Deformaciones: Chile en España ‘82

chile1982

Tras no haber hecho bien los deberes para cruzar la Cordillera y jugar el Mundial de Argentina ‘78, la selección chilena tragó saliva y se puso en campaña para el Mundial de España. Y el operativo, llevado a cabo por una camada de jugadores que fueron figuras, fue coronado por una eliminatoria impecable en la que terminó invicta, con el arco propio en cero y clasificando de punta a punta dejando con la boca abierta a sus rivales directos, Ecuador y Paraguay.

Como si semejante perfomance no hubiese sido suficiente para elevar el optimismo de sus seguidores, el sorteo lo depositó en el Grupo B a jugarse en Oviedo y Gijón ante Alemania Federal, Austria y Argelia. La consideración general, hecha voz en el técnico Luis Santibañez, se encargó de vaticinar que había llegado el momento de que Chile llegase lejos en un Mundial, ubicándose entre los mejores del mundo. A priori, Alemania era partido perdido, el de Argelia ya estaba ganado y la lucha para pasar a la segunda ronda sería mano a mano con la ganable Austria. Todo en teoría, obvio.

Entonces ni queremos imaginar lo que habrá significado el tremendo mazazo del 17 de junio en el debut y derrota 1 a 0 ante los austríacos, con un penal desviado por Caszely incluido. Golpe de nocaut para un plantel que a esa altura llevaba un mes entero de concentración y que en 90 minutos pasó de espiar quién le tocaba en segunda ronda a tener el agua al cuello por un pequeño detalle: Argelia se mandó flor de batacazo y derrotó 2 a 1 a Alemania.

El agua subió del cuello a la nariz cuando tres días después: Chile cayó 4 a 1 ante los alemanes. El descuento de Moscoso sobre la hora cerró un baile infernal que incluyó tres goles de Rumenigge (el primero, un tirito desde la casa) y dejó a la Roja con un pie y medio afuera del Mundial y dependiendo de un milagro para avanzar de fase: golear a Argelia y esperar a que Austria derrotase a Alemania. Dos cosas imposibles.

El 24 de junio, en el estadio Carlos Tartiere de Oviedo, a los 35 del primer tiempo Chile ya caía 3 a 0 con Argelia. En el segundo tiempo hubo goles de Neira y Letelier pero la remontada no alcanzó ni para un empate. Por eso no hizo falta ver el arregladísimo definitorio partido entre Austria y Alemania un día más tarde. A armar las valijas y volverse para casa con cero punto.

En la foto vemos la formación que enfrentó a Alemania el 20 de junio de 1982 en Gijón. Arriba de izquierda a derecha: Wladimir Bigorra, Elias Figueroa, Valenzuela, Dubo, Lizardo Garrido y Mario Osben. Abajo: Patricio Yañez, Bonvallet, Gamboa, Gustavo Moscoso y Mario Soto. Harta decepción imaginamos en Chile al quedar eliminado una vez más en primera fase y ocupar el puesto 22, sólo superando a otras deformraciones como Nueva Zelanda y El Salvador por diferencia de gol.

Mal pase: Enzo Trossero a México ’86

trossero

Convocado por Bilardo desde la primera lista de 18 jugadores allá por marzo de 1983,  Enzo Trossero dio toda la sensación de encajar perfectamente en las maniobras tácticas pergeñadas por el Narigón a lo largo de su ciclo. De hecho, entre eliminatorias y algunos amistosos, se puso la celeste y blanca en más de 20 partidos.

Pero a fines de abril de 1986, a casi nada de la Copa del Mundo de México y en el momento exacto de conocer la lista definitiva de convocados, se quedó afuera. Poco importó si los motivos fueron una inactividad futbolística que llevaba a cuestas o si hubo algo más. Lo concreto es que con 32 años, le tuvo que decir «hasta siempre» a su segundo sueño mundialista (ya había estado en España ’82).

Y claro que no se iba a quedar de brazos cruzados. Demostró ser tan temperamental afuera como adentro del campo de juego. Y puso primera nomás: «…con Bilardo me equivoqué, me engañó. Me dijo que tenía todo armado para la gira, que me quedara tranquilo, que yo estaba en sus planes. Me pidió que entrenara fuerte en Independiente y quedamos en hablar a la vuelta. Pero Bilardo como persona me defraudó. Hace cuatro meses me aseguró que yo iba al mundial. ¿Qué cambió desde entonces?».

Cuando le recordaron que lo que pudo haber cambiado fue el detalle de no estar jugando, puso segunda y apretó el acelerador a fondo: «…y no es motivo que yo no esté jugando eh, porque en la lista de 22 hay uno que tampoco juega que es Brown. O Zelada. ¿Hace cuanto que terminó el campeonato mexicano? Y resulta que Zelada va y yo me quedo. Estamos en la misma situación…».

Ya sin importarle absolutamente nada para cerrar, puso tercera, cuarta y cerró los ojos: “…toda la vida dijo que no se puede armar un equipo de un dia para el otro. Y resulta que ahora 10 jugadores de los que ganamos la eliminatoria quedamos afuera y convoca a Enrique cuando están subiendo al avión. Acá hubo fallas humanas. ¿O acaso a Gareca no le hizo lo mismo? Muchos errores conceptuales. Y la incoherencia es muy grave…”.

En el placard: Escocia pantalón bandera 1986

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Como ya tuvo su merecido espacio de la cintura para arriba gracias a su camiseta alternativa en Italia 90, Escocia nos muestra ahora toda su desfachatez pero de la cintura para abajo. Y eso que ni vamos a mencionar a sus pollerudos hinchas empujándose borrachos en las gradas del estadio La Corregidora en Querétaro, México. El tema pasa exclusivamente por sus pantalones azules y blancos con un diseño más para una bandera que para otra cosa.

En México 1986, sus mejores (?) jugadores se pusieron la ropa oficial Umbro y le mostraron al mundo dos cosas: primero sus pantalones, obvio. Y segundo, que se puede salir cuarto en un grupo de cuatro y ver como los otros tres equipos pasan de ronda. Dinamarca, Alemania y Uruguay, agradecidos.

Mal pase: Raúl de la Cruz Chaparro a España ‘82

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Cual enanito de Blancanieves (?), Raúl de la Cruz Chaparro vivió su cuento de hadas durante dos meses de trabajos intensos, hasta que un buen día, viernes 23 de abril de 1982, fue devuelto a la dura realidad: con 29 años sus chances de formar parte de un Mundial quedaban sepultadas para siempre. Pero ojo que la bofetada fue adornada con las dulces palabras del buen orador que siempre fue, es y será César Luis Menotti. Ese viernes, a las 16.30 en Tortuguitas, el Flaco los reunió a todos y arrancó: “…ustedes saben que este momento finalmente llegaría. Todos conocían las reglas de juego, pero esto no es consuelo. Realmente no hay consuelo posible. Los cuatro que deben dejar la concentración son Bulleri, Bauza, Chaparro y Gordillo…”.

Cuando Menotti vio que no sólo los apuntados se le quebraban anímicamente y que el Tolo Gallego, por ejemplo, estallaba en llanto, trató de remar el momento metiendo bomba anímica y hasta vendiendo un poco de ilusión: “…mi concepto sobre ustedes es muy superior a cuando llegaron. Trabajaron magníficamente y no es este el momento de decir por qué elegí asi. Estoy convencido que son jugadores de gran nivel y no dejen de pensar que podemos volver a encontrarnos. Además esta lista no es definitva. Todavia puede haber posibilidades…”. Sí, seguro (?).

Enseguida Passarella trató de dar vuelta la página y armó un picado. Picado que a los ventipico de minutos contó con un desertor: nuestro homenajeado. Chaparro tiró la toalla, rumbeó hacia el vestuario, se armó el bolsito y arrancó hacia el portón. Un grupo de periodistas intentó pararlo al grito de “…Chaparro, Chaparro, unas preguntas…”. Pero el formoseño zafó con un “…esperen que ya vuelvo…”. Todavía lo están esperando. Es más, en el vestuario fue encarado por Menotti y sus oídos recibieron más palabras de humo de aliento: “…Chaparro, con usted tengo un cargo de conciencia y quiero que lo sepa. Le pido por favor que haga un esfuerzo y se recupere. Usted es el mejor nuúmero nueve del fútbol argentino en los últimos 20 metros…”.

Atrás quedaba su ascendente carrera con las camisetas de San Lorenzo, Gimnasia de Jujuy, Tigre, Chacarita, San Martín de Tucumán e Instituto, club donde se consagró goleador del Metro 81 con 20 tantos y superando a estrellas del calibre de Maradona, Brindisi y Kempes. Pero nada de deprimirse por no poder estar presente en España 82. Chaparro dejó el predio y siguió con su vida como si nada. O por lo menos eso quiso mostrar: “…cuando Menotti nos reunió en la AFA el 28 de diciembre dijo cuáles eran las condiciones de trabajo. Y antes de irme de Tortuguitas me dijo que siguiera trabajando a fondo. Eso me tranquilizó mucho. De ahí me fui a mi casa en San Fernando y mi señora estaba destrozada. La consolé un poco pero nos teníamos que ir a un casamiento. De ahi me tomé un avión y me vine a Córdoba. El técnico quería que juegue y acá estoy…”.

En el placard: Irak en México ‘86

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En el placard: Irak en México ‘86
En una época en donde no se televisaba mucho fútbol internacional, y menos que menos de Asia, la irrupción de Irak en México ‘86 vestido íntegramente de amarillo primero, y de celeste cuatro días después, no levantó mucha polvareda que digamos. Pero casi veinticinco años después, y cayendo (?) en que su bandera es negra, blanca, roja y con estrellas verdes, sumado a que actualmente se le puede ver vestido todo de blanco (http://assyrianmarket.com/iraq-soccer-jersey–asian-cup.html) o todo de verde (http://img261.imageshack.us/i/9ah9.jpg/), no está de más preguntarse ¿qué pasó?.
Claro que no hay forma de obetener respuesta, a no ser de encarar a las oficinas de la Asociación de Fútbol de Irak, llevarles las pruebas de lo sucedido el 4 de junio en la Bombonera de Toluca frente a Paraguay (http://www.youtube.com/watch?v=s_CMBmX6N7U), el 8 en el mismo estadio frente a Bélgica (http://www.youtube.com/watch?v=T6jpQbe-_j4) y el 11 en el Azteca del DF frente a México (http://www.youtube.com/watch?v=xmg7dZlEIP8) y tratar de salir con vida.
Frente a los guaraníes fue de amarillo, con los belgas de celeste y ya que estaban (?), cerraron con los locales también de celeste. Y todo de la mano de Adidas.

En una época en donde no se televisaba mucho fútbol internacional, y menos que menos de Asia, la irrupción de Irak en México ‘86 vestido íntegramente de amarillo primero, y de celeste cuatro días después, no levantó mucha polvareda que digamos. Pero casi veinticinco años después, y cayendo (?) en que su bandera es negra, blanca, roja y con estrellas verdes, sumado a que actualmente se le puede ver vestido todo de blanco o todo de verde, no está de más preguntarse ¿qué pasó?.

Claro que no hay forma de obetener respuesta, a no ser de encarar a las oficinas de la Asociación de Fútbol de Irak, llevarles las pruebas de lo sucedido el 4 de junio en la Bombonera de Toluca frente a Paraguay, el 8 en el mismo estadio contra Bélgica y el 11 en el Azteca del DF frente a México y tratar de salir con vida.

Frente a los guaraníes fue de amarillo, con los belgas de celeste y ya que estaban (?), cerraron con los locales también de celeste. Y todo de la mano de Adidas.

En el placard: Argentina suplente México ’86

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Una leyenda es una historia, con una mayor o menor proporción de elementos imaginativos y que generalmente quiere hacerse pasar por verdadera o basada en la verdad, o ligada en todo caso a un elemento de la realidad. Se transmite habitualmente de generación en generación, y con frecuencia experimenta supresiones, añadidos o modificaciones. Bueno, hecha la aclaración (?), vamos a lo nuestro.

Los hechos concretos dan fe que la tarde del domingo 22 de junio de 1986 el estadio Azteca de México fue escenario de la gesta histórica de la selección Argentina, con Maradona a la cabeza, frente a Inglaterra por los cuartos de final de la Copa del Mundo. Pero también fue escenario de un situación bastante insólita para una cita de tanta trascendecia. Esa jornada, la selección Argentina salió al césped con un juego de camisetas azules que no pertenecían el equipo alternativo llevado en el avión junto al Abuelo y otra cantidad importante de barras a la delegación oficial. Las camisetas fueron compradas en una casa de deportes cualquiera del DF días antes. ¿Se sabe a ciencia cierta qué pasó? Hay dos versiones.

La versión oficial indica que los dos juegos de camisetas suplentes enviados por AFA fueron usados, transpirados y debidamente desmantelados en el intercambio de camisetas tras el choque en Puebla con Uruguay por los octavos de final. Como un sorteo posterior obligó a Argentina a usar nuevamente equipación suplente frente a Inglaterra, hubo poco tiempo para ponerse quisquillosos y se agarró lo primero que pasó cerca. O sea el juego de camisetas azules pero brillosas, con dos tonos de azules a bastones verticales, con puño blanco, con el logo de Le Coq Sportif bastante más chico y con el escudo de AFA sin ningún adorno, cocido a mano y de apuro. Para los números a estampar en la espalda tampoco hubo coincidencia y se terminó mostrando una tipografía diferente y en tono de gris metalizado.

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La segunda versión, sin el rigor (?) histórico necesario y algo más bizarra, dice que el propio Bilardo tras eliminar a Uruguay tomó una de las pesadas y transpiradas camisetas, la puso en una balanza y tomó en el acto la decisión que sus jugadores no podían jugar así en la altura y el calor que prometían el DF. Decisión que obligó a salir de raje a conseguir las camisetas que Diego inmortalizó para toda la vida.

Deformaciones: El Salvador (1982)

el salvador

En medio de un importante bailongo político que incluyó guerra civil y todo a comienzos de 1982, El Salvador hizo el máximo de los esfuerzos para estar a la altura de las circunstancias y presentarse lo más dignamente posible a su segunda cita mundialista: España 1982.

De hecho, el día del manoseo de bolillas frías y calientes por parte de la FIFA sorteo, el presidente de la Federación de Fútbol de El Salvador, Félix Castillo Mayorga, vio en vivo y en directo como su país caía en un grupo junto a rivales imposibles como Argentina, Bélgica y Hungría. Pese a eso se encargó de derrochar humo y optimismo casi en partes iguales: “…debo aclarar antes que nada que yo soy hincha de la Argentina. Después del fútbol de mi país, mi corazón siempre ha estado con ese equipo. Como se imaginarán, el resultado del sorteo me emociona por partida doble. Pero cuidado, nuestros muchachos se han mentalizado para dar espectáculo y evitar el ridículo…”.

A pocos metros, el ingeniero civil Mauricio Rodríguez Lindo, técnico de la Selección, hasta trató de ponerse el disfraz de cuco: “…esta vez no seremos los fáciles del campeonato. Tendrán que esforzarse para ganarnos…”. Disfraz que obviamente le quedó enorme.

El martes 15 de junio de 1982, dos días después de la inauguración, el Nuevo Estadio Altabix de Elche fue escenario para que Hungría destrozara a El Salvador, ganándole 10 a 1, desbancando al 9 a 0 de Hungría a Corea del Sur 0 de Suiza ’54 y al 9 a 0 que Yugoslavia le propinó a Zaire en Alemania ’74.

Los once que vieron como el primer tiempo terminaba en un más o menos normal 3 a 0 fueron: Guevara, Mora, Castillo, Jovel, Jaime Rodríguez, Recinos, Rugamas, Ventura, Huezo Montoya, la figura Jorge Mago·González, Francisco Hernández y Rivas. En el segundo tiempo, empezó el mete-gol-entra húngaro y con el adverso 5 a 0, el ingresado Ramírez Zapata hizo un gol que bien podría haber cerrado la jornada. Pero no. Se ve que los europeos se ofendieron y en los últimos 20 minutos metieron cuatro pepas (?) más para redondear la cifra histórica.

Más allá del papelón y del obvio mazazo anímico, el foco de atención pasó a ser cuántos goles le iba a meter Bélgica el sábado 19 de junio. El técnico realizó apenas tres variantes, en lo que se consideró un claro respaldo al equipo. Y algo de resultado le dio, ya que la derrota final 1 a 0 fue tomada como un paso adelante. Si bien El Salvador hizo bastante control de pelota, ni pisó el área de los belgas. Pero el honor quedó a salvo (?).

El 23 de junio trató de hacerle sombra a Argentina, pero cayó 2 a 0 cerrando su poco feliz participación y despidiéndose de España con el último puesto asegurado al tener peor diferencia de gol que otros fiascos de aquel Mundial, como Chile y Nueva Zelanda.