Hubo un tiempo en el que Olimpo dejó de ser Olimpo. Esto fue en el Campeonato de Primera División 2015, aquel que disputaron 30 equipos.
Por un lado, abandonó la rutina de andar por los últimos puestos, al realizar una digna campaña (terminaría en el 18º puesto). Digna en un torneo superpoblado, claro. Y por el otro, le dio la espalda a sus habituales colores para darle lugar a algo más novedoso. Aunque no todo lo nuevo es lindo.
Ese año, el conjunto bahiense presentó 4 camisetas de la marca Kappa. ¿Tradicional? Ninguna, ya que la titular era negra con finos bastones amarillos, la suplente era gris, la tercera “de copas” (?) era aurinegra a mitades, y la cuarta…¿había una cuarta camiseta para un equipo que no jugaba otros torneos que no fueran los locales? Claro que sí.

Una semana antes del inicio de aquel particular campeonato que descajetaría por años el fútbol argentino, Olimpo organizó un cuadrangular amistoso en su estadio, el Roberto Carminatti, del que también formaron parte Godoy Cruz, Nueva Chicago y Sarmiento. El local terminaría levantando el trofeo Ciudad de Bahía Blanca, usando la casaca naranja, con short del mismo color y medias amarillas. Nacía una cábala.

Para la primera fecha del Torneo de Primera División, en La Bombonera, el cuadro bahiense fue a lo seguro: la naranjita para seguir en la racha triunfadora. ¿Resultado? Cayó 3 a 1. Moría una cábala.

Lo que no cambió fue el hábito de lucir más publicidades que un auto de TC. Al frente, en las mangas, sobre la espalda; cualquier hueco fue aprovechado para meter un auspiciante. Y no hubo exclusividades, si hasta los logos de Chevrolet, Renault y Volvo supieron coexistir. Es entendible: todos quisieron ser parte de la Holanda del Sur.