[A la inversa] Voy al Arco: Pepe Reina (2006)

El 29 de julio de 2006, el Liverpool de Inglaterra disputó su último amistoso antes de comenzar la temporada oficial de la Premier League. ¿El rival? El Kaiserslautern de Alemania. ¿Lugar? Eschen, Liechtenstein. ¿Resultado? Victoria del equipo germano, por 3 a 2. Por supuesto que este hubiese sido un partido más, de no ser por una rareza ocurrida en su desarrollo.

Para analizar el caso, pongámonos en contexto: era un encuentro final de preparación, jugaban muchos suplentes, nadie quería arriesgar a los titulares: ideal para agarrar una computadora, ver cómo venían las apuestas y tipear new betting site Moplay’s free bet courtesy of OLBG.com para hacerse unos pesos de ariba. Tratándose de un encuentro de esas características, el entrenador Rafa Benítez optó por probar alternativas en algunos puestos. Una prueba de ello era la presencia del ex Banfield Gabriel Paletta entre los convocados. Apenas disputó 8 encuentros oficiales con The Reds, pero ese día fue titular.

Ojo que no fue el único en sorprender en esa alineación: otro de los zagueros fue un joven de 17 años llamado Jack Hobbs, quien al terminar el encuentro sería señalado como el culpable de la derrota, al haber cometido fallas importantes en los goles (“es un niño que aprenderá de esto», dijo el director técnico luego del juego). Y medio que lo enterró, porque Hobbs recién hizo su debut oficial un año después y luego se convirtió en un nómade del ascenso inglés. El camino de un verdadero baldosero.

El otro hecho insólito que le da vida a esta historia, ocurrió cuando faltaban unos 15 minutos para el final de aquel encuentro ante el Kaiserslautern. ¿Qué pasó? Veamos:

El Liverpool ya no tenía jugadores de campo entre sus suplentes. Fabio Aurelio y Luis García se habían lesionado y tuvieron que dejar la cancha, por lo que hubo que buscar a dos hombres dispuestos a reemplazarlos para que el equipo no terminara con 9 futbolistas.

Uno de ellos, gracias a la buena voluntad del rival, fue el atacante Robbie Fowler, quien había salido unos minutos antes. Sí, entró después de haber salido, como en un picado de barrio.

El otro, quizás, fue el menos esperado. Rafa Benítez miró hacia el banco y solo quedaba Pepe Reina, arquero de profesión. No quedó otra. Le hizo una seña para que entrara y el ex Villarreal se tuvo que cambiar de apuro, ya que no se imaginaba pasar por esa situación.

El arquero que sería campeón del Mundo con España en Sudáfrica 2010 (sin jugar, por supuesto), se paró en la mitad de cancha y hasta estuvo cerca de anotar un gol, cuando quedó de frente al arquero rival y sacó un remate que salió desviado. Por lo menos, el peligro lo generó en el arco de enfrente…

“Aunque no es normal que un portero juegue de centrocampista, yo me vi obligado a hacerlo», declaró luego del partido.  “Me gusta jugar de vez en cuando en los entrenamientos, pero prefiero estar bajo los palos. Estuve cerca de marcar, pero no hubo suerte», agregó el pelado.

Las risas luego de la malograda situación de gol marcaban el estado de ánimo del equipo con respecto al español, quien un par de meses antes había sido el héroe en la obtención de la FA Cup, al detener tres penales en la victoria sobre el West Ham. Y así, se salvó de los reproches.

River juvenil con refuerzos (1983)

En 1983, las selecciones juveniles argentinas andaban a los tumbos (y a las piñas) por el mundo, y aún así recibieron una invitación para participar en un cuadrangular en Corea del Sur, junto a la selección local, la mexicana y Flamengo de Brasil.

Por cuestiones organizativas, la AFA no pudo enviar un combinado para ese compromiso, entonces fue que el presidente de River, Rafael Aragón Cabrera, ofreció enviar una grupo de juveniles del Millonario, pero reforzado con algunos pibes que ya venían teniendo rodaje en Primera División, incluso en otros clubes.

Arriba: Alejandro Montenegro, Esteban Ricardo Solabarrieta (Kimberley), Jorge Cacho Borelli (Platense), Adrián Rodriguez, Carlos Nicosia y Oscar Olivera (Independiente).
Abajo: Héctor Enrique (recién llegado de Lanús), Roberto Oscar Zarate (All Boys), Daniel Messina, Néstor De Vicente y Pipo Gorosito.

Lejos de sacar ventaja con tantos pibes que se consagrarían años más tarde, la actuación de conjunto de Núñez en Seúl dejó mucho que desear. En su debut, el representante argentino cayó 1 a 0 con México. En la segunda fecha, jugó ante los locales y cayó por el mismo marcador. Lo peor, sin dudas, ocurrió en la última jornada, cuando River perdió 3 a 0 ante Flamengo.

Dacko, Cochela, Enrique, Medina, Solaberrieta, Borelli, Olivera, Gorosito, Rodríguez ,Zarate, Montenegro, Trillo, Dalla Libera, Karabín, De Vicente, Nigro, Nicosia.

Los de la banda (aunque sin banda, con una camiseta que pide placard a gritos), terminaron el torneo con 0 puntos y 0 goles a favor. El campeón fue el Flamengo, que en la final se impuso por 1 a 0 ante Corea.

 

Ale_Carro

Mostaza Merlo a Aldosivi (2013)

Cuando Reinaldo Carlos Merlo se va de un club, generalmente se va mal. Muy mal. Y los motivos expuestos por el entrenador casi siempre van por el mismo lado: una supuesta falta de códigos del resto de los protagonistas, ya sean jugadores o dirigentes. Así se fue de Racing, River, Rosario Central, Douglas Haig y Colón, entre otros. Aunque lo vivido en Aldosivi superó todas las predicciones.

En septiembre de 2013, Mostaza llegó a Aldosivi, que por ese entonces penaba en la B Nacional (estaba penúltimo), tras el paso de Sebastián Rambert y el interinato de Pablo Corti. Se esperaba una voz de experiencia para el banco, alguien que pudiera aportar su sabiduría en un momento difíci. «Creo en los jugadores, en el presidente en el club y en la hinchada. Y tenemos que sacar esto adelante, a eso vine. Lo vamos a lograr», dijo el DT en su presentación. Y todos creyeron.

Lo que vino después, fue una versión express de un Mostaza Classic. Tras asumir un miércoles, dirigió la práctica del jueves y esa misma noche le comunicó al presidente del club, José Moscuzza, que se tenía que volver a Buenos Aires porque tenía un familiar enfermo. «¿Vas y volvés?», le preguntó el dirigente. «No, me voy y no vuelvo», contestó el entrenador.

Apenas 48 horas después de haber arreglado con el Tiburón (no superó el récord de Labruna), Merlo se tomó el palo y desató la furia de sus ex dirigidos, que no tardaron nada en atenderlo: «A mí me llamó Migliónico. A todos les cambió el apellido; cualquier cosa decía. Uno lo toma como una falta de respeto. Gracias a Dios se fue. En dos días que estuvo, la verdad que no le pegó el nombre a ninguno, y nosotros necesitábamos algo inmediato. La verdad que nunca me había pasado. A Ángel Vildozo, le decía Vildoza. Y venía de jugar en Primera», llegó a decir el arquero Pablo Campodónico.

Pero si en Mar del Plata ya estaban calientes, imagínense unos días más tarde, cuando el hombre del Paso a Paso firmó con Racing para darle vida a su tercer ciclo en la institución. ¡Y sin haber rescindido su contrato con Aldosivi! «No puede subestimar a la gente así, es una tomadita de pelo», tiró Moscuzza.

Demasiado tarde, Mostaza lo había hecho de nuevo.

Talleres 1 – Lausanne 0 (1992)

¿Qué es el fútbol suizo si no es un lavadero de guita? Para nosotros, los argentinos, es imposible imaginarnos otra cosa teniendo en cuenta antecedentes como las cuentas de Néstor las triangulaciones vía Locarno FC (el club que supo inscribir a Gonzalo Higuaín, Fernando Belluschi, el Piojo López y muchos más). Por eso es que la relación Suiza más jugadores, siempre nos dará para sospechar.

Allá por 1992, el Football Club Lausanne-Sport, un tradicional equipo de aquella liga menor europea, llegó a la Argentina para disputar una serie de amistosos. Uno de ellos, fue ante Talleres, en Córdoba.

Los suizos no contaban con demasiadas figuras, apenas con el holandés Frank Verlaat (foto), de pasado en Ajax y futuro en el Stuttgart alemán. Los cordobeses, mientras tanto, tenian a Panchito Rivadero, Daniel Kesman y el paraguayo Catalino Rivarola.

La T se impuso 1 a 0, con gol del Pastor Mario Bevilacqua, en un amistoso que rápidamente pasó al olvido, incluso para los hinchas albiazules. ¿Y para los suizos? Apenas una experiencia exótica, la de probarse en el fútbol sudamericano. Hoy, el Lausanne disputa la Challenge League (segunda división de su país) y tiene en sus filas a Enzo Zidane, el hijo de Zinedine.

¿Y el Locarno? Quebró y ahora intentará volver a ser lo que fue, arrancando desde la quinta división. Capaz que hicieron algo turbio (?).