Pablo César Villar
Este jugador da la apertura a una nueva categoría: «hermano de futuro baldosero». Quienes saben de fútbol conocen al volante Diego Villar, ex Newell’s que acaba de ascender a primera con Godoy Cruz de Mendoza.
En este caso, se trata de Pablo, que también surgió de las inferiores de la Lepra siendo un interesante proyecto de enganche o volante por izquierda. Su llegada a esa entidad se dio a través de la filial leprosa en Mar del Plata que junto a Griffa localizaron a los mejores de la zona, como por ejemplo Nicolás Pavlovich y los probaron.
Sin embargo, no tuvo grandes posibilidades y fue parte de la generación que pasó a Argentino de Rosario (1999) en el Nacional B. Allí se acomodó junto al arquero Alvarez, Marcos y Pablo Pooli, Mauro Gerk, Nicolás Pavlovich, Diego Romano, Víctor Toledo, Matías Gigli, Ariel Ruggieri, Fretes y Damián Teres, entre otros, todos dirigidos por Raúl Donsanti.
En el «Salaíto» se sintió cómodo e inclusive conoció al brasilero Claudinho y a Andrés Malvestitti, no obstante no lograron hacer pie y perdieron la categoría. Previo a ello, se dio el gusto de jugar el clásico chico de la ciudad frente a Central Córdoba, ganando 3 a 0 el encuentro de la primera rueda.
Con el tiempo comenzó a escuchar ofertas e imprevistamente recibió una de Haití. De la mano de profe Jorge Castelli llegó al Roulado de Lagonave (2002-2003) junto a Juan Cruz Real y con Marcelo Zuleta como entrenador.
Allí fueron campeones y Pablo, en ese juego sin picardía, con dos o tres cositas hacía levantar a la tribuna. Con eso se metió a sus compañeros en el bolsillo y les empezó a enseñar castellano. «Por su puesto que lo primero que aprendieron fueron malas palabras y de a poco todos se fueron enganchando», bromeó en su momento.
Cómodo en aquel país, aprovechó que el mencionado Castelli se hizo cargo de la selección, se nacionalizó y jugó algunos partidos.
En el 2004 retornó al país y recaló en San Martín de San Juan donde disfrutó los aires cuyanos junto a César Monasterio, Ernesto Fullana, Juan Casado y Uriel Pérez, pero las cosas no salieron bien y se fue, logrando cobrar su deuda a través de Agremiados junto a Luciano Ábalos.
Actualmente no se sabe nada de él, algunos lo vincularon a Alvarado y Colegiales, pero lo cierto es que se desconoce si anda por el país, si se querrá subir al carro de su hermano y probar en Primera con Godoy Cruz o si retornó a Haití. Ésta última posibilidad puede ser la más factible, porque además, es la más fácil…y de eso se trata.
Cucu






