Sichuan Quanxing 0 – Boca 3

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Boca Juniors aprovechó el parate del fútbol argentino por los Juegos Olímpicos de Atlanta 96, y emprendió una gira por China. Luego de vencer al Beijing Guo An, el 27 de julio llegó el turno de enfrentar al siempre complicado (?) Sichuan Quanxing, en el imponente Chengdú Sports Center Stadium, abarrotado de 40.000 chinos ansiosos de ver la presencia de Maradona y compañía. Tras un primer tiempo opaco, el equipo de Carlos Bilardo se despertó en la segunda parte y terminó ganando 3-0, con goles del Kily Gonzalez, Nelson Vivas y Alphonse Tchami. Como si fuera poco, los jugadores se dieron el gusto de visitar la Gran Muralla China.

Díaz David

David Ignacio Díaz

Alguien dijo alguna vez que errar un penal importante era una condicio sine qua non para los grandes del fútbol mundial y todos lo tomamos como una verdad indiscutible. Los ejemplos de Maradona, Baggio, Baresi y Cángele (?) de alguna manera lo confirman, pero nadie dijo que otras glorias como Ricardo Bochini y Ariel Rocha (?) jamás erraron.

David Díaz entraría en un tercer grupo, el de los futbolistas no tan reconocidos que también fallaron en definiciones relevantes. Nacido en la localidad cordobesa de Dean Funes en 1975, se formó como un defensor multifacético y tuvo su premio cuando le dieron la oportunidad de debutar en la B Nacional con la camiseta de Talleres.

Generalmente marcador de punta por derecha, aunque también por izquierda como evidencia en la foto el número de su pantalón, se las arregló para pasar desapercibido hasta el consabido día en el que tuvo que ponerse las botas…que le quedaron grandes. El 19 de julio de 1997 la T se impuso 1 a 0 sobre Gimnasia y Tiro de Salta, forzando a una definición por penales para definir el ganador del octogonal que otorgaba el ascenso a Primera División. Con sus contenciones ante los remates de Oste y Clementz, el arquero Ramón Benito Álvarez se transformó en la figura salteña, pero el penal que sentenció la serie fue el marrado por nuestro homenajeado.

Díaz tuvo revancha al año siguiente, cuando Talleres subió a la máxima categoría y le dieron la posibilidad de jugar los domingos. Entre el Apertura ’98 y el Clausura ’00 disputó 31 encuentros e hizo 2 goles. El primero frente a Argentinos Juniors y el segundo en una victoria 5 a 4 ante Gimnasia y Esgrima La Plata que estuvo engalanada por la presencia de los baldoseros Fernando Gatti, Lucas Giménez, Siro Darino y Claudio Pronetto.

Con algo de experiencia y una Copa Conmebol en su currículum, salió a buscar una operación que no fuera de nariz y consiguió un lugar en General Paz Juniors en la temporada 2000/01. Seguir jugando en Córdoba no estaba tan mal, pero ese beneficio le duró poco porque luego lo contrató Los Andes (2001/02) y conoció Lomas de Zamora junto a Grelak, Mauricio Levato, Saboredo y Germán Denis.

Se alejó mucho más cuando firmó para el Sport Coopsol de Perú (2002) y compartió estadía con Andrés Cabrera y el Pelado Oscar Dertycia, pero esa vivencia internacional no le hizo levantar vuelo y al año siguiente ya estaba de nuevo en su provincia para vestir los colores de General Paz Juniors (2003/04) en el Torneo Argentino A.

En ese último club observó, estremecido, cómo se probaba y no quedaba el volante Sebastián Jarast. Quizás ese hecho fue clave para que su trayectoria se cortara abruptamente, porque nunca más oímos hablar de él. Para recordarlo, dejamos el video que lo hizo famoso, gracias al exultante «travesañooo, travesañooo, travesañooo» del relator.

Saiz Miguel

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Miguel Ángel Saiz

Cuando en los 90’s pegó la onda del pelo largo en la sociedad argentina, el fútbol no quedó excento y gracias a eso fuimos testigos de verdaderos despropósitos. Ver a Gustavo Costas con pelo largo, por ejemplo, representó un trauma difícil de superar para muchos de los que vivieron esa época.

Miguel Ángel Saiz fue un volante que, sin brillar ni mucho menos, se entregó fácilmente a la moda heavymetalera del peinado, sin reparar en la posibilidad de que su rostro no estuviese preparado para ese particular look. Efectivamente, a Saiz le quedaba muy mal ese estilo, pero poco le importó.

Dentro de la cancha hizo lo que pudo. Entre 1989 y 1992 vistió la camiseta de Unión de Santa Fe, con el que llegó a disputar 10 encuentros en Primera División. Casi siempre suplente, marcó su único gol ante Belgrano, en Córdoba, en la victoria del Tatengue 2 a 0 por la decimocuarta fecha del Clausura ’92.

Al parecer también estuvo en Los Andes (1993/94) y Patronato de Paraná (1996/97), tranformando en recuerdos las jornadas bajo el sol junto a Cometto, Llane, Varisco, Tomé, Neffa y Magnín y otras figuras unionistas.

Para su dicha, en julio de 2006 volvió a encontrar a varios de ellos en los festejos por el centenario de Unión, que dieron pie a un partido entre los equipos que lograron los ascensos de 1989 y 1996. Nuestro homenajeado sintió en carne propia la alegría de vestir nuevamente la camiseta albirroja y ser dirigido por Humberto Zuccarelli. Para que el déjà vu fuese completo, el DT lo mandó al banco de suplentes…con la diferencia de que ahí ya no estaba Néstor Giacinti ni Franco Navarro, sino el basquetbolista Carlos Delfino.

Passet con Cablevisión y Medicorp 1995

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El domingo 21 de mayo de 1995, San Lorenzo había sido una máquina. Le ganó 3-0 a Huracán en el Nuevo Gasómetro y se tiraba de cabeza hacia el título. En realidad no sólo en ese partido, sino en general, la marcha del Ciclón en ese Clausura fue digna de un relojito.

Lo que no pareció ser un relojito fue la utilería. Porque en pleno festejo post clásico se pudo observar claramente en el buzo de Oscar Passet cómo el nuevo sponsor Cablevisión estaba impreso encima del anterior chivo, Medicorp.

Como mínimo, desprolijo.

De Porras Emanuel

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Emanuel Matías De Porras (Cachi)

Dice la historia que la esclavitud y la trata de personas, al menos por estas latitudes, quedaron abolidas gracias a la Asamblea de las Provincias Unidas del Río de la Plata del Año XIII y completamente sepultadas cuando se declaró la Constitución de la Nación Argentina allá por 1853. Patrañas.

La trata de personas continúa vigente, casi 200 años después, y no en los lugares más recónditos del país como podría llegar a pensarse, sino en la mismísima gran ciudad de Buenos Aires.

Quien puede dar fe de esto es Emanuel Matías De Porras, un delantero nacido en Cutral Có el 16 de octubre de 1981, surgido de la otrora prodigiosa cantera de Ferro Carril Oeste. Sin minutos en el Verdolaga de Caballito pasó a préstamo a Huracán (2001/2002), que por aquel entonces ya coqueteaba con el fantasma del descenso.

La presencia de tipos como Pachorra Godoy, Derlis Soto, Emanuel Villa, Francisco López Rojas, Osvaldo Canobbio y Claudio Guerra, entre otros, le restaron protagonismo y De Porras recién pudo tener su estreno en la última fecha del Apertura 2001, ante Gimnasia y Esgrima La Plata, en el Bosque.

La tarde arrancó de la mejor manera, a los 37 minutos del primer tiempo un remate suyo se desvió en la barrera y Guillermo Hernando nada pudo hacer. Era el 1 a 0 para el conjunto quemero. En el segundo tiempo Claudio Enría y Gonzalo Choy González lo dieron vuelta para el tripero, pero a los 93 minutos, Patota Morquio decretó el empate final. Esa tarde, el Cachi compartió equipo con el mufa Gabriel L*b*s, Rodolfo Graieb, Juan Carlos Padra, Lucho González y el Pelado Moner, un lujo que pocos se pueden dar.

Al torneo siguiente (Clausura 2002), Huracán tendría una de sus mejores campañas de la década, al terminar en la cuarta colocación. Casi dos meses después del encuentro con el Lobo platense, en la primera jornada ante Chacarita, Miguel Ángel Brindisi repitió a 10 de los 11 jugadores. Solo Villa le dejó su lugar al paraguayo Julio González. Ese día, el Globo ganó 2 a 0 con goles de Morquio y Tito, que en el entretiempo reemplazó a De Porras. Así, el homenajeado del día se despedía de la primera división con un récord envidiable, 1 partido y medio, 1 gol.

Sin hacerse mala sangre retornó al equipo de Caballito (2002/2003), que venía penando por el dolor de ya no ser y trataba de dejar rápido la Primera B Metropolitana. En la fecha 13 de la segunda fase, ante Deportivo Armenio, Ferro ganó por 2 a 0 con tantos de De Porras y Félix Décima y así logró la vuelta a la B Nacional.

Sin grandes figuras (los más conocidos eran Cristian Tula, Ibrahim Sekagya, Maxi Velásquez, Eugenio Klein, el histórico Décima, el arquero Caffa y el Pupi Salmerón), De Porras se calzó el traje de goleador y se despachó con 10 tantos en 20 partidos que sirvieron para subir. Como si esto fuera poco, en la fiesta del ascenso robó cámara al lado de Diego Korol y Quique Felman, patético.

En 2004 pasó a préstamo por 15 mil dólares al Persija Yakarta (2004/2005) de Indonesia. Rápidamente se convirtió en uno de las figuras del equipo y de la liga. Allí anotó 16 goles en 28 encuentros. Luego se sumó al PSIS Semarang (2005/2006), donde también la rompió. Marcó en 23 ocasiones y perdió la final del campeonato local ante el Persik. Se fue como un ídolo.

Pegó la vuelta a Ferro Carril Oeste (2006), en la B Nacional, pero tuvo muy poca acción, apenas 6 presencias y a comienzos de 2007 se tomó el avión con rumbo a Italia.

Después de un periodo a prueba fichó con el Benevento de la Serie C2, donde disputó 8 partidos, la mayoría como suplente, y convirtió un gol. Finalizado el préstamo retornó a la Argentina, sin saber lo que le esperaba.

La penosa situación económica y financiera de Ferro provocaron que el jugador fuera rematado (no, no fue ajusticiado por una turba iracunda de hinchas del Verde, sino que fue subastado al mejor postor, bah, al único). En la sede del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial N° 13, a cargo de la Dra. Alejandra Tevez se determinó la venta de los derechos económicos y federativos del atacante al Benevento a cambio de 70.000 dólares (80.000 euros). El conjunto italiano fue el único que hizo una oferta por De Porras. Triste, pero real.

En la temporada 2007/2008 solo contabilizó 4 encuentros. En agosto de 2008 pasó al San Felice Normanna, por 90 mil euros. Sin embargo, en septiembre, rescindió el contrato para incorporarse al Hinterreggio donde continúa hasta estos días.

Nos reservamos lo más jugoso para el final, al mejor estilo Martín Granero, De Porras nos regala su página web personal, donde incluye una galería con goles, jugadas, fotos y hasta nos da la posibilidad de ser sus amigos (al menos a través de Facebook) o hacernos fans de él. Cachi, sos un grande.

Independiente 1984

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Arrancaba el Metropolitano 1984 pero ese domingo 1 de abril, Independiente estaba con la cabeza en otra cosa. Es que dos días antes, el viernes 30 de marzo, le había ganado 2-0 al Sportivo Luqueño de Paraguay por el grupo 1 de la Libertadores.

Como se venían compromisos más chivos en esos días (Estudiantes y Olimpia de Paraguay), no se dudó en mandar a la cancha a un grupo de pibes para recibir a Platense y abrir el campeonato. Todos buenos proyectos, pero la realidad es que tenían cero rodaje.

Con tribunas casi vacías (3.000 fanáticos compraron la entrada), los pibes del Rojo tocaron el cielo con las manos y le ganaron al Calamar 2 a 1 con dos goles de Carrera.

Aquí vemos la formación de esa tarde. Formación que ni siquiera pudo ponerse las camisetas posta con cuello escote en V que usaban los titulares, ya que a los pibes les tiraron unas de cuello redondo. Arriba: Moriconi, Wiktor, Monzón (ya tenía cara de malo), Maggio, Sánchez y Oviedo. Abajo: Buffarini, Reinoso, Carrera, Percudani y Bordón.