Hilario Navarro con pechera y número incorrecto (2015)

Arquero con buzo rojo y pantalones largos negros. Árbitros íntegramente vestidos de naranja. ¿Pueden prestarse a confusión? Según Pablo Lunati, sí. Y por este motivo, el árbitro mandó a Hilario Navarro a cambiarse de ropa, cosa imposible unos minutos antes de arrancar Estudiantes vs. Racing, por la 8ª fecha del torneo de Primera División 2015.

La solución, ya vista en casos anteriores, fue recurrir a una pechera amarilla y marcarle con cinta el número “1”. ¿El detalle? El dorsal correspondiente al correntino era el “12”. Y la cosa no terminaba acá…

Para el segundo tiempo, apareció un buzo dorado. ¿Todo bien? Más o menos, porque no tenía número. Otra vez la cinta. En esta ocasión, la cifra era la correcta. ¿Asunto terminado? Casi.

Con el correr de los minutos, el pegamento fue perdiendo fuerza y el plástico se fue despegando. El “1” cayó, pero el “2” aguantó, como pudo, hasta el final.

De esta manera, Navarro consiguió una marca imbatible: jugar el mismo partido con tres números diferentes. Y todo por un capricho de Lunati.

Belgrano con imagen satelital (2015)

Un río, algunos bancos, escuelas y centros educativos, un hospital, decenas de viviendas, varios locales comerciales. En síntesis, todos elementos propios de una ciudad. Y también, de una camiseta de fútbol.

Estos sitios podían ser hallados en la prenda que Lotto confeccionó para Belgrano de Córdoba cuando esta institución celebró sus 110 años de vida. Teniendo un buen conocimiento del Barrio Alberdi, o ayudándose con Google Maps, era posible hallar cada referencia de la zona.

Por supuesto, no podía faltar la máxima atracción del popular distrito: el Estadio Julio Cesar Villagra, ubicado no casualmente bajo el escudo del club, rediseñado especialmente para la ocasión. Lo mismo que el logo por el aniversario, ubicado en la parte trasera.

La curiosa vestimenta fue utilizada en dos partidos: ante Newell’s y Sarmiento. En el primer encuentro, fue acompañada con pantalones y medias blancas, mientras que en el choque ante los de Junín la combinación fue de color negro. Lo importante era reflejar la pertenencia del Pirata con su barriada. Y vender camisetas, obvio.

Colón con camisa negra y tiras rojas (2001)

El 15 de diciembre de 2001, Colón de Santa Fe saltó a la cancha de Huracán con una indumentaria inédita que llamó la atención de propios y extraños. Se trató de un conjunto negro de camisa y pantalón, decorado a uno de sus costados por dos tiras verticales de color rojo. La impresión general del conjunto fue buena, favorecida por la ausencia de sponsor en el frente de la camisa, lo que le permitió lucir por completo la sobriedad y delicadeza del Pata Pereyra de su diseño.

Este modelo vintage fue promocionado por la marca Puma como homenaje a una casaca alternativa utilizada en 1965, año del primer ascenso sabalero. Un detalle a favor del nuevo modelo fue la recuperación del escudo tradicional, ya que si bien Colón había cambiado de marca, seguía utilizando el escudo rossonero diseñado por Lotto en 1998 (y que bien puede observarse en las medias de los jugadores).

Otro detalle -no menor- era que la prenda superior se trataba realmente de una chomba que simulaba ser una camisa. El modelo tenía una tapeta de botones similar al de una camisa… pero que no se podía abrir. Una trampita (?) de diseño no detectable a la vista de los espectadores.

Si bien la novedosa indumentaria le trajo suerte al equipo de Jorge Fossati, y contó además con una gran aceptación por parte de Micky Vainilla del público sabalero, dicho modelo tuvo estreno y despedida esa misma tarde en el Ducó. El que más extrañaría las propiedades mágicas (?) de la camisa negra sería El Topo Gigena, quien con el gol del triunfo se había sacado la mufa de estar 8 meses sin convertir.

Como es de público conocimiento (?), la prenda abotonada no fue exclusividad de Colón, sino que perteneció a una línea retro que Puma continuó promocionando en otros clubes. Tal es así que poco tiempo después, el resto de los equipos vestidos por la misma marca (Gimnasia, Rosario Central y Talleres, por ejemplo) estrenarían el mismo «modelo de época«, aunque con algunas variaciones en el template y, en algunos casos, con un uso indiscriminado del patrocinio.

Pocos años después, Puma repetiría la experiencia con Colón, aunque esta vez no hubo gol del Topo mucha originalidad, sino un template tradicional en mitades verticales que jamás sería estrenado oficialmente en un campo de juego.

Agradecimiento especial a @fotobairesarg por el material fotográfico.

Tigre con números rojos (2008)

Comenzaba el Apertura 2008 y Tigre estrenaba vestimenta. Después de varios años con Topper, el equipo del norte del GBA iba a ser vestido por una marca con poca tradición en el fútbol argentino: Diadora.

El modelo presentado no tenía nada de malo, salvo por un detalle que no se podía pasar por alto: los números rojos de la camiseta no contrastaban lo suficiente con el azul, y era muy difícil distinguirlos desde lejos.

Después de dos fechas en las que hinchas y periodistas trataban de adivinar quien era cada jugador, la numeración pasó a ser blanca. Algo lógico.

Lo que no tuvo tanta lógica fue la campaña del Matador en ese torneo: terminó primero junto a Boca y San Lorenzo, disputando un triangular que quedó en poder del Xeneize.

Español «Juegos Olímpicos Madrid 2020» (2013)

Desde que arrancó el Siglo XXI, existe un color comodín en la indumentaria de los equipos del fútbol argentino que dice presente cada vez que se busca innovar, vender o simplemente suplir la falta de ideas en cuanto al diseño.

Ese color es el gris, utilizado por equipos grandes, medianos, chicos, de Buenos Aires o del interior. Pocos se han salvado, aún cuando no había ninguna necesidad.

Tal es el caso del Deportivo Español, que, pudiendo utilizar una alternativa amarilla, blanca, azul y hasta negra, también cayó en la volteada grisácea, de la mano de la marca Dana. La casaca, además, lucía en el frente la candidatura de Madrid como sede de los Juegos Olímpicos de 2020.

El Gallego usó esta prenda en la temporada 2012/13 y terminó perdiendo la final por el ascenso a la Primera B, ante Fénix.

Kletnicki con pechera (2016)

Jugadores vestidos de violeta, arquero con ropa azul. Colores diferentes, pero bastante similares. Por lo menos, así lo juzgó el árbitro Pedro Argañaraz antes del comienzo de Nueva Chicago – Villa Dálmine, por la 14ª jornada de la Primera B Nacional 2016.

Su víctima fue Carlos Kletnicki, el 1 del Viola, quien tuvo que cambiarse y lo único que consiguió fue una remera… violeta. ¿Y qué querés? Si es arquero.

Ante la inflexibilidad del juez, y a pesar de que el ex Gimnasia insistía con que en los últimos partidos había usado la camiseta azul con la que había entrado a la cancha, la única solución fue utilizar una pechera amarilla.

“Esto es una vergüenza, parece que estamos en un entrenamiento”, bramaba el 1 del visitante. Y eso que todavía faltaba que le dibujaran el número con una cinta adhesiva.

Finalmente, el partido se jugó en estas condiciones y los de Mataderos se quedaron con la victoria por 6 a 4. Sí, Kletnicki se comió media docena de goles. Todo por culpa de la pechera, obvio.

Huracán camuflada (2015)

El ascenso de Huracán a Primera División en 2014, sumado a la obtención de la Copa Argentina y su consecuente participación en la Copa Libertadores 2015, hizo reaccionar a los diseñadores de TBS, que se encontraron con la necesidad de estrenar nuevos modelos de camisetas.

Además de la tradicional camiseta titular blanca y la suplente roja, la empresa entregó una muy similar a la que utilizó Dinamarca en el Mundial 1986. Pero esto no era todo. Envalentonados por las buenas ventas de los modelos anteriores, la marca de indumentaria decidió presentar un par de alternativas con alto grado de experimentación.

Una de ellas era verde, en homenaje a los comienzos del club, que antes de tener la actual denominación se llamó Verde Esperanza y Nunca Pierde. Este color también había sido utilizado en la temporada 2013/14.

El otro diseño era más polémico. Se trataba de una camiseta negra y gris de estilo militar, más conocido como camuflaje. Los soldados de Apuzzo la utilizaron complementándola con pantalones y medias al tono, pero en un momento dejaron de lado la prolijidad y salieron a jugar combinando la nueva casaca con el conjunto titular.

Las críticas del pueblo Quemero por semejante destrato a la historia no le importaron demasiado a Manuel Petrakovsky, máxima autoridad de TBS. “Si los hinchas están conformes o no, es lo que menos nos preocupa”, arrancó, antes de apuntarle a la directiva. “Quien sabe de moda y tendencia es la marca, no un dirigente de fútbol. El dirigente me puede decir ‘me gustaría más esto o lo otro’, pero nada más. El color lo impone la marca”.

El polémico empresario tampoco se olvidó de la competencia: “Huracán viene de una marca como Meister, que es un fabricante de camisetas de tercera línea. Vienen de Kappa, de Joma, que es una marquita española que viste a dos equipitos en España. TBS los está prestigiando con los diseños, con la calidad y la cantidad de variedad de productos que hay en las tiendas deportivas”.

Por último, no dejó dudas de la influencia de su firma en los logros de la institución: “no se olviden que cuando comenzamos a vestirlos, estaban 10º de 11 equipos, sin ninguna expectativa, y con TBS ascendieron y tuvieron dos estrellas más. En seis meses ganaron lo que no habían ganado en 41 años«.

Olimpo naranja (2015)

Hubo un tiempo en el que Olimpo dejó de ser Olimpo. Esto fue en el Campeonato de Primera División 2015, aquel que disputaron 30 equipos.

Por un lado, abandonó la rutina de andar por los últimos puestos, al realizar una digna campaña (terminaría en el 18º puesto). Digna en un torneo superpoblado, claro. Y por el otro, le dio la espalda a sus habituales colores para darle lugar a algo más novedoso. Aunque no todo lo nuevo es lindo.

Ese año, el conjunto bahiense presentó 4 camisetas de la marca Kappa. ¿Tradicional? Ninguna, ya que la titular era negra con finos bastones amarillos, la suplente era gris, la tercera «de copas» (?) era aurinegra a mitades, y la cuarta…¿había una cuarta camiseta para un equipo que no jugaba otros torneos que no fueran los locales? Claro que sí.

Una semana antes del inicio de aquel particular campeonato que descajetaría por años el fútbol argentino, Olimpo organizó un cuadrangular amistoso en su estadio, el Roberto Carminatti, del que también formaron parte Godoy Cruz, Nueva Chicago y Sarmiento. El local terminaría levantando el trofeo Ciudad de Bahía Blanca, usando la casaca naranja, con short del mismo color y medias amarillas. Nacía una cábala.

Para la primera fecha del Torneo de Primera División, en La Bombonera, el cuadro bahiense fue a lo seguro: la naranjita para seguir en la racha triunfadora. ¿Resultado? Cayó 3 a 1. Moría una cábala.

Lo que no cambió fue el hábito de lucir más publicidades que un auto de TC. Al frente, en las mangas, sobre la espalda; cualquier hueco fue aprovechado para meter un auspiciante. Y no hubo exclusividades, si hasta los logos de Chevrolet, Renault y Volvo supieron coexistir. Es entendible: todos quisieron ser parte de la Holanda del Sur.