Ante la llegada de Lionel Messi al PSG, los medios han aprovechado para llenar páginas evocando a otros argentinos que jugaron en la tierra del croissant y la baguette. Y En Una Baldosa, obviamente, no iba a ser la excepción. Aunque en este caso, no se encontrarán apellidos inolvidables como Bianchi, Heinze, Pastore o Lavezzi. Los que no tuvieron un paso trascendente por el fútbol francés, también merecen su mención.

Los que saben cuánto pesa
Haber vestido la camiseta de la Selección Argentina nunca aseguró el éxito en el viejo continente. Y hay varios campeones del mundo que pueden dar fe de esto. En total, fueron 8 los que pasaron por Francia antes o después de alcanzar la gloria con la albiceleste.
Algunos lograron establecerse varios años, como Alberto Tarantini (Bastia y Toulouse) y José Luis Cuciuffo (Nîmes Olympique). Otros, alcanzaron cierta continuidad, como el Tata Brown (Stade Brest), Julio Olarticoechea (Nantes) y el Chino Tapia (Stade Brest). Sin embargo, también existieron casos de pasos efímeros.
El Beto Alonso, por ejemplo, llegó con gran ilusión al Olympique de Marsella en 1976. No obstante, por culpa de las lesiones, jugó poco y decidió regresar para no perderse la oportunidad de formar parte del equipo que se quedaría con el Mundial 1978.
Uno de sus compañeros en el mediocampo de aquel conjunto de Menotti era Osvaldo Ardiles, que en 1982 fue prestado por el Tottenham al PSG. Con la Guerra de Malvinas recién finalizada, tuvo una breve estadía en el club parisino, donde mostró un flojo rendimiento. “Mentalmente estaba destruido”, reconoció el Pitón. “El país en donde había nacido estaba en guerra contra el que me había adoptado. Muy difícil estar en el medio”
Un párrafo aparte merece Jorge Burruchaga. Si bien fue el que más jugó (entre 1985 y 1993 lo hizo para Nantes y Valenciennes), su final fue abrupto, al ser acusado de “corrupción pasiva” (o sea, de ir para atrás). Burru recibió una sanción de dos años de inhabilitación, luego reducida a 18 meses. Peor la pasó el presidente de su club, que terminó preso.

¿Atajar? ¿Para qué?
Son arqueros que tienen varias similitudes. Íconos de la Selección, fueron subcampeones del mundo, nunca se pudieron afianzar en el arco de un club y ambos vivieron en suelo galo.
Sergio Goycochea lo hizo en el segundo semestre de 1991. Llegó para sustituir a Bernard Lama en el Stade Brest, pero solo pudo disputar 11 partidos, ya que la institución fue sancionada por sus deudas, decretándose su descenso administrativo. Y Goyco retornó a Sudamérica, para jugar en Cerro Porteño.
Así y todo, tuvo más participación que Sergio Romero, quien formó parte del Mónaco en 2013/14. Chiquito se puso los guantes en sólo 9 encuentros, siendo suplente la mayor parte de la temporada. Una constante en su carrera.

Exportación de baldoseros
¿Qué tienen en común Sergio Comba, Juan Manuel Barrientos y Gino Pádula? Todos ellos contaron con una breve experiencia en la Primera División del fútbol argentino, y apenas tuvieron oportunidades en Francia.
Entre los que engrosan las páginas de En Una Baldosa y su filial francesa (?), también se pueden sumar Andrés Grande (Bastia y FC Gueugnon), Pablo Calandria (Olympique de Marsella y Lens), Emiliano Romay (Niza) y Mariano Córsico (LB Châteauroux), entre otros. Si no se consolidaron acá… ¿por qué tendrían que haberlo hecho allá?

Andá a chequearlo…
Aunque se afianzaron en nuestras canchas, a duras penas alcanzaron a jugar algún que otro partido en los estadios franceses. Para nosotros, y para ellos, también existieron pasos totalmente incomprobables por la Ligue 1.
Este es el caso de Daniel Montenegro. En 1999, el Olympique de Marsella lo adquirió por 6.000.000 de dólares. Una cifra enorme para lo poco que jugó: apenas 9 encuentros. “Cuando llegué fue todo bien. Jugué un par de partidos y hasta convertí un gol. Pero después de las vacaciones echaron al técnico y al que vino parece que no lo convencí porque a veces ni siquiera concentraba”, relató el ex mediocampista.
Y si se menciona al Rolfi, también hay que hablar de Juan Krupoviesa, su némesis (?). Curiosamente, el tucumano también tuvo un paso discreto por el mismo club: en 2008 vivió durante un semestre su única experiencia en el exterior, aunque solo disputó 8 cotejos. “Al principio era titular, pero después llegó un africano y se decidieron más por él porque era jugador del club. Igual a mí me sirvió, sobre todo por lo económico”, contó sin ponerse colorado.
Entre fines del Siglo XX y principios del XXI, se siguieron sumando compatriotas al país de Brigitte Bardot. Entre los que no alcanzaron a jugar una decena de partidos se encuentran Darío Cabrol (Toulouse, 2000), Mariano Herrón (Montpellier, 2000), Sebastián Chirola Romero (Toulouse, 2001), Hernán Medina (Lorient, 2001/02), Gabriel Loeschbor (Rennes, 2002/03), Juan Esnaider (Ajaccio, 2003) y Nacho Piatti (Saint Ettiene, 2006).
En tiempos más cercanos, nuevos nombres se sumaron a la costumbre de pasar fugazmente por aquel suelo, como Hugo Colace (Auxerre, 2012) o Nicolás Gaitán (Lille, 2020).
Pero lo más destacado fue lo del Metz, que tras haber contratado a dos delanteros argentinos que se fueron del club sin anotar un solo gol (Federico Andrada en 2014/15 y Juan Cruz Kaprof en 2015/16), insistió con Brian Fernández (2017). El ex jugador de Racing disputó 7 encuentros, siempre entrando en el segundo tiempo (todas fueron derrotas). Tampoco convirtió, pero al menos se dio el mismo lujo que Di María, Paredes e Icardi: compartir el campo de juego con Neymar.


